Literatura Española Durante el Franquismo: Poesía, Novela y Teatro
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Literatura Española Durante el Franquismo
Poesía de la Posguerra: Arraigada y Desarraigada
Tras la Guerra Civil surgieron dos tipos de poesía, conocidos como poesía arraigada y poesía desarraigada.
- Poesía arraigada: cultivada por autores como Leopoldo Panero o Luis Rosales, era afín al régimen franquista y se caracterizaba por el tono optimista.
- Poesía desarraigada: por el contrario, expresaba un sentimiento de angustia ante la vida. Entre las obras pertenecientes a esta corriente destacan Hijos de la ira de Dámaso Alonso, y dos poemarios de Blas de Otero: Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia.
Poesía Social de los Años 50
La poesía desarraigada evolucionó hacia la poesía social de los años 50, que concebía la palabra poética como herramienta para denunciar la injusticia. El precursor de la poesía social fue Miguel Hernández (1910-1942), autor de obras como Viento del pueblo, en la que ponía de manifiesto su compromiso con la causa republicana.
Dentro de la poesía social destacaron Blas de Otero, Gabriel Celaya y José Hierro.
La Generación del 50
A finales de los años 50 se fue abandonando la poesía social tras la aparición de un nuevo grupo de poetas que recibieron el nombre de Generación del 50. Integraban este grupo, entre otros, Claudio Rodríguez, Jaime Gil de Biedma, José Ángel Valente y Ángel González. Estos autores pretendían profundizar en el conocimiento de la realidad o evocar recuerdos y experiencias personales.
Los Novísimos
En 1970 el crítico José María Castellet publicó la antología Nueve novísimos poetas españoles. Este hecho marcó la aparición de los Novísimos, un grupo de poetas que renovaron el lenguaje poético mediante la creación de una poesía esteticista y minoritaria cargada de referencias culturales (citas de autores extranjeros, alusiones al cine, a la música, etc.). A este grupo pertenecen Guillermo Carnero, Félix de Azúa, Ana María Moix o Pere Gimferrer, este último es el autor más emblemático.
La Novela y el Teatro Durante el Franquismo
La Novela en los Años 40: El Tremendismo
La publicación de La familia de Pascual Duarte (1942), de Camilo José Cela, marcó el inicio de una nueva tendencia, el tremendismo, que abordaba con crudeza los aspectos más sórdidos de la realidad.
Otra obra relevante fue Nada (1945), de Carmen Laforet, que narra el paulatino desencanto de una joven estudiante universitaria. En ella se expresa el sinsentido de la existencia simbolizado en el ambiente asfixiante y mezquino de una familia de clase media.
La Novela Social de los Años 50
La realidad irrumpió en la narrativa. De nuevo fue un libro de Cela, La colmena (1951), el que dio el origen a esa corriente. Entre los rasgos de la novela social destacan los siguientes:
- El narrador intenta reflejar los hechos con objetividad y reproduce los diálogos como si los hubiese grabado previamente. Esta técnica alcanzó su cima en El Jarama (1956), de Rafael Sánchez Ferlosio.
- La novela no se centra en un único protagonista, sino en la vida de un grupo de personajes que constituyen un protagonista colectivo.
- Las descripciones de personajes y ambientes retratan la cotidianidad con intención crítica y alcanzan gran importancia en la narración.
Entre las novelas sociales de los años 50 destacan Las ratas, de Miguel Delibes, Entre visillos, de Carmen Martín Gaite, o Primera memoria, de Ana María Matute.
La Novela Experimental de los Años 60
La novela social provocó el cansancio de autores y lectores a finales de los años 50. La publicación en 1962 de Tiempo de silencio, de Luis Martín-Santos, supuso el comienzo de la novela experimental.
Los autores renovaron la técnica narrativa y abandonaron la estética realista. En sus obras dieron más importancia al lenguaje y a la estructura que al argumento, adoptaron el punto de vista múltiple e indagaron en sus personajes a través del monólogo interior.
Muchos escritores de la generación anterior elaboraron novelas experimentales: Cinco horas con Mario, de Miguel Delibes; Oficio de tinieblas 5, de Camilo José Cela; La saga/fuga de J.B., de Gonzalo Torrente Ballester. Otros autores destacados fueron Juan Benet, Juan Goytisolo y Juan Marsé.
La Novela Hispanoamericana y el Realismo Mágico
La revolución de las formas narrativas en España coincidió con la aparición en Hispanoamérica de un grupo de escritores que constituyeron el llamado “boom” de los 60. Estos autores, entre los que se encuentran Gabriel García Márquez (Cien años de soledad), Mario Vargas Llosa (La ciudad y los perros), Ernesto Sábato (El túnel) o Julio Cortázar (Rayuela), también se apartaron de los modelos realistas y buscaron nuevos procedimientos narrativos. En algunas obras cultivaron el realismo mágico, técnica que mezcla elementos reales y míticos.
El Teatro Durante el Franquismo
En los primeros años de posguerra predominó un teatro cómico destinado a la burguesía. Ya en los años 40, comenzó a escribirse un teatro de humor más intelectual. Los autores cercanos a este teatro del absurdo europeo son: Enrique Jardiel Poncela con Eloísa está debajo de un almendro y Miguel Mihura con Tres sombreros de copa.
Los años 50 supusieron la aparición del teatro social, que intentaba reflejar los problemas del país. Esta tendencia se inaugura con Historia de una escalera en 1949 de Antonio Buero Vallejo.
Durante los años 60 y 70 se impuso la experimentación escénica. Se dio mayor importancia al espectáculo y a la interacción con el público. Surgieron autores como Fernando Arrabal y los grupos independientes como Els Joglars o Tábano.