Lenguaje estilístico de la libertad guiando al pueblo

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  Nos encontramos delante del óleo de Delacroix “La libertad guiando al pueblo”, paradigma de pintura del Romanticismo. Dicho movimiento novecentista destaca por su carácter revolucionario, que plantea una ruptura con la tradición y el orden establecido en nombre de la libertad. Se afirma la subjetividad por encima de cualquier norma y del sentimiento por encima de la razón. No existe una belleza universal, el juicio estético es subjetivo.
También Goya será un precedente de esta corriente con “La carga de los Mamelucos”.

Pasando al análisis formal e iconográfico


El cuadro representa los sucesos que tuvieron lugar en la revolución parisina de 1830, siendo el primer cuadro de naturaleza política de la pintura moderna junto con algunas obras de Goya.

En primer término, está la barricada donde se encuentran, tratados con extraordinario Realismo, los cadáveres de aquellos que ya han caído en su lucha por la Libertad.
 La mujer que hace ondear la bandera tricolor sobre las barricadas es un símbolo, al mismo tiempo, de Francia y de la Libertad. Guiados por ella, hombres, mujeres, adultos, muchachos, obreros, intelectuales, burgueses (hombre con sombrero de copa), campesinos y soldados emergen hacia el espectador hermanados bajo la bandera. El grupo avanza hacia nosotros y sus siluetas quedan perfiladas a contraluz sobre un fondo encendido y humeante en el que se distinguen a la derecha, entre el humo, las torres de Notre Dame y los edificios próximos. Los personajes se mueven, se agitan, levantan las armas y gritan con gestos que logran transmitir

un sentimiento de fuerte patriotismo.

La composición nos remite a la obra de Géricault, La Balsa de

La Medusa


Las figuras se enmarcan en una pirámide cuyo vértice lo constituye la bandera y su base los muertos en las barricadas. Los lados vienen definidos por el palo de la bandera y el fusil a un lado, y en el
otro, la línea dibujada por los brazos agitados del muchacho que se continúa hasta el punto más alto de la bandera. El gesto de la
figura femenina y el del muchacho que la acompaña, imprimen a la obra un

poderoso impulso de avance hacia el espectador y transmiten una fuerza y energía extraordinarias.

La exaltación del color, con poderosos rojos y azulados, combinada con una pincelada suelta y una luz irreal y fría crean una atmósfera dinámica, agitada, que envuelve a la figura de la Libertad y disuelve los objetos y figuras del fondo.
 Como conclusión diremos que esta obra tardó un tiempo en exponerse por considerarse demasiado incendiaria. Como ejemplo del Romanticismo indaga en todos aquellos aspectos de la vidahumana que escapan a las leyes de la razón: el sufrimiento, la violencia, la libertad y la muerte. Este movimiento tiene su precedente en Goya, y destacan obras del mismo autor como La Matanza de Quíos”o“La balsa de la Medusa de Géricault.


Nos encontramos ante “la noche estrellada”, óleo de Van Gogh – pintor postimpresionista. Pertenece al final de su obra, cuando recluido en un psiquiátrico sale a pintar por la noche, acompañado, y ayudado por unas velas.

El periodo comprendido entre 1886, en que tuvo lugar la última exposición impresionista, y el nacimiento del Cubismo en los primeros años de este siglo, se denomina genéricamente "postimpresionismo". El postimpresionismo no es un movimiento es una respuesta múltiple al principio impresionista de que la impresión recibida y el color lo era todo. Los postimpresionistas empiezan a considerar que no es cierto que sólo miremos con los ojos, y que la respuesta a todo esté solo en nuestra retina.
También desea superar la fugacidad de la visión de las cosas, imponiendo una construcción lógica en la organización de la superficie pictórica.
 Pasando al análisis formal e iconográfico, el tema representado es un cielo nocturno, una noche estrellada. En primer término se encuentran dos cipreses, uno de los cuales llega hasta el límite superior del cuadro, que en paralelo con el campanario de la iglesia marca un fuerte impulso ascensional en la obra.
El cielo que ocupa la mayor parte de la superficie del cuadro está atravesado por dos enormes espirales.
Once estrellas lo iluminan y a la derecha se encuentra la enigmática figura de un sol-luna.
En el horizonte una brillante luz amarilla se extiende por encima de las
colinas. Las casas del pueblo están trazadas con líneas rectas
y formas geométricas básicas como rectángulos, triángulos, cuadrados… 

 El color adquiere un extraordinario valor como recurso expresivo.
 
La técnica se basa en una pincelada gruesa, muy matérica, que sigue las formas de los objetos representados: paralelas y concéntricas en los astros, sinuosas en los cipreses, rectas en las casas... Los dos cipreses actúan de nexo de uníón con el cielo y parecen perderse en la altura. En la obra hay inquietud porque la naturaleza se convierte en el vehículo de expresión de un alma atormentada.

Como conclusión diremos que el pintor toma de los impresionistas una versión propia del plenairismo, pero para él la naturaleza es lo que le dicta su estado de ánimo. La consecuencia no puede ser otra que la deformación, lo que le lleva a ser precursor de los Fauves, por su exaltación del color, y expresionistas.

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