Las islas en que vivo Pedro García cabrera comentario

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El poema ante el cual nos encontramos es de Pedro García Cabrera y se titula “Un día
habrá una isla” que fue escrito en 1971, el mismo, pertenece al género lírico, ya que hace
uso del verso, diversos recursos estilísticos y una métrica cuidada, además, se puede ver
incluido dentro de la obra de nuestro autor

Las islas en que vivo


García Cabrera nacíó en La Gomera en 1905, donde se crió hasta cumplidos los 10 años, y
es ahí cuando se muda a Tenerife con su familia. Se le considera un autor canario con
mucha proyección tanto en el tiempo como en el espacio, es por ello que podemos dividir
sus obras en tres etapas diferenciadas; la primera de ellas definida como neopopulista,
vertiente la cual era muy carácterística de la generación del 27 y que se caracterizó por un
lado, por su crítica a la política de su tiempo, además de por sus anhelo de libertad, y por
otro lado, su tendencia a volver sobre la la poesía popular. Durante este tiempo, nuestro
autor comienza a asumir diferentes compromisos políticos, como la dirigencia de la revista
El socialista, la cual pertenecía al bando republicano.
La segunda etapa de García Cabrera, comienza con el Surrealismo español, junto con tintes
muy humanos y una renovación de las metáforas haciendo así, innovaciones dentro de la
métrica, de esta etapa cabe destacar su obra más importante que es Entre la guerra y tú en
1936-1939 la cual está influenciada por el amor hacia su futura mujer.
En la tercera y última etapa sorprende componiendo una poesía totalmente social y con un
compromiso ligado con la política y con la sociedad y también con todos los escritores, es
entonces cuando comienza a ser un poco más conocido y sus obras se publican en Le
Journal des poètes además, es en esta etapa en la que más obras pública, destacando:
Vuelta a la isla (1968), Las islas en que vivo (1971) y Hacia la libertad (1978).
Gran parte de sus obras han sido publicadas después de 1980; esta ha sido causado por la
gran represión del régimen franquista, y a las ideas de García Cabrera, las cuales iban en
contra del modelo dictatorial que dominaba en España hasta 1978. Por ello es en sus
últimos años de vida y después de su muerte en 1981, cuando comenzó a tener más
reconocimiento a nivel nacional e internacional.
En concreto en “Un día habrá una isla” se relatan una serie de temas asociados
principalmente a la situación en la que se encontraba, un momento histórico marcado por
Franco. De esta forma, la libertad se presenta como el sueño que el autor pretende
alcanzar, reflejada en todo momento por la figura de una isla como el objetivo logrado, lo
que además expresa su amor por ellas, un tema necesariamente tratado en todas sus
obras, expresado en este en concreto. En contraste, el dolor ante el encadenamiento de su
libertad también es expresado por Pedro García como ese “silencio amordazado” que tanto
caracteriza a la época en la que vive. De esta forma, la fortaleza frente a este hecho es lo
que dicho autor pretende reflejar en su obra junto a un llamamiento colectivo ante la
búsqueda y el encuentro de esa liberación, una esperanza vinculada al “un día habrá”.

Por otra parte, el poema sigue una estructura de 18 versos en la que se combinan versos
heptasílabos y endecasílabos. Es por ello, por lo que el autor para la creación de este
poema se apoya en una silva, una estrofa de extensión indeterminada, en donde existe la
posibilidad de intercalar versos sueltos sin rimas concretas dentro del poema. Normalmente
suelen ser de rima consonante, pero en este caso, García Cabrera se sirve de una rima
asonante en los pares. Los encabalgamientos por otra parte son numerosos, como por
ejemplo en: “Cuando mis palabras se liberen del combate en el que muero y en el que vivo”.
Además, el poeta une en el libro poemas dedicados a la esperanza de un futuro mejor que
se construye solidariamente, entre todos. La estructura del poema puede dividirse en tres
partes principales: Una primera compuesta por los primeros cinco versos en donde el poeta
hace una descripción a través de los elementos del paisaje para mostrar la realidad a nivel
insular. A continuación, hasta el verso 13, muestra a quién va dirigido su poema así como
sus sentimientos, incluyendo en este grupo a los socialistas y los represaliados por la
dictadura. Para concluir, el resto del poema muestra una ilusión o esperanza de cambio al
finalizar el conflicto y en donde la solidaridad y la libertad reinen para todos a través de la
liberación de sus palabras y la felicidad encontrada al alcanzar la libertad del mar.
En este poema, la palabra ''isla'' posee un doble valor significativo: Por un lado, representa
el lugar natural en el que viven los isleños, y por otro representa el sentimiento de soledad y
aislamiento experimentado por el hombre moderno.
Asimismo, García Cabrera defiende que el sentimiento de soledad del individuo que
únicamente puede compartirse con aquellos que han sufrido la guerra.
Se emplea un lenguaje sencillo donde predomina un léxico connotativo como es el caso de
“silencio amordazado” para referirse a la arrogante censura.
Respecto al léxico valorativo, el autor utiliza adjetivos valorativos (amordazado); o
sustantivos que marcan en el lector como: libertad, silencio, esperanza, heridas, tormentas,
rabia, combate. Los tiempos verbales utilizados son el futuro imperfecto y el presente. El
poema posee una gran abundancia de personificaciones con las que el autor pretende dar
vida a la naturaleza para poder identificarse con ella. En los versos 8 y 10 se da la
presencia de un polisíndeton que expresa aquellos que no cesan y que no pierden son el
horizonte y al mismo tiempo a las numerosas familias que mantienen viva la esperanza. La
métrica destaca por un gran uso de este recurso para dar un reflejo de sus sentimientos y
sus ansias por que se produzca un gran cambio.
En la expresión ''en ella'', el autor menciona a la isla sin llegar a nombrarla para darle al
poema una mayor rapidez y fluidez a la hora de la lectura. Cabe destacar la utilización de un
hipérbaton en los versos finales para reforzar el poema y captar la atención del lector para
así darle a la obra un toque de elegancia. También, se localiza la presencia de una
aliteración el la letra ''s'' en el verso número 2 con la que el autor intenta representar el
sonido que se realiza cuando se pide silencio, poniéndolo en relación con la soledad que se
siente en la isla representada en el poema. Encontramos una sinestesia en la expresión
''silencio amordazado'' en la que el autor apela al refuerzo del tacto y del oído para
intensificar los sentidos del lector. Asimismo, encontramos una antítesis(“vivo”-”muero”) que
expresa el contraste entre sus sentimientos.

También, emplea paralelismos (un día habrá una isla que no sea silencio amordazado), y
anáforas (aquellos) para hacer hincapié en la trágica situación que se sufre a diario.
Para añadir, predomina el uso de sustantivos abstractos con los que el autor expresa con
detalle sus sentimientos, y se hace uso del presente y del futuro perfecto puesto que en ''un
día habrá una isla'' se expone la situación de decadencia que se está viviendo en la
España del presente de aquella época, y se expone lo que se ansía que suceda en un
futuro.
Todos estos recursos que fueron usados por Pedro García Cabrera se destinaron para
expresar la opresión y la censura que, por culpa de la dictadura vive la isla y sus habitantes;
al igual que su deseo de que al final llegue la libertad que hasta el momento en el que
escribíó el poema, solo podía ver a través del mar. Se localizan varias las figuras retóricas
que utiliza para intensificar el valor de sus palabras y reforzar la idea de la ansiada libertad.
Para transmitir sensaciones de opresión y de falta de libertad, emplea recursos literarios
como hipérboles (que no sea silencio amordazado; se tragan el tiempo en carne viva) para
exaltar la constante censura. Asimismo personifica las palabras presas y sometidas (cuando
mis palabras se liberen) para otorgarle un carácter más cercano a la condición humana.
Las carácterísticas de la poesía social de los años 50 que aparecen al mostrar la realidad
del ser humano en esta situación de régimen autoritario liderado por la censura “un día
habrá una isla que no sea silencio amordazado”. Así como el empleo de temas colectivos
en contraposición a la anterior etapa intimista del autor.

Pedro García Cabrera, a través de este poema, critica la dictadura franquista que le ha
tocado vivir y que ha convertido a las islas en un infierno por culpa de la opresión que se
ejerce sobre ellas y sobre el pueblo canario en particular. Sobre los canarios se impone es
la censura. La gente de las islas vive atemorizada y no son libres de hacer y decir lo que
quieren. Los derechos de los ciudadanos son casi inexistentes y, es por ello que el autor
pide un cambio consistente en que aparezca la tan deseada libertad. La libertad para decir y
hacer lo que se quiere dentro de unas normas que aseguren la convivencia y, la libertad
para volver a ser el pueblo canario que tanto ama y respeta y por el que tanto demuestra
que se preocupa.
Pedro García Cabrera describe en sus obras distintas situaciones precarias debidas a la
represión que genera el régimen retrógrada franquista. La limitada libertad de expresión
generó un gran deseo de expresar cualquier pensamiento acerca de cualquier tipo de
ámbito que afectara al país.
Obviamente, con la llegada de la democracia lo esperable sería una libertad de expresión
plena para todos los ciudadanos de la nacíón. La gran sorpresa es la reacción de los grupos
políticos conservadores quienes instauran una vía para que la población no pueda opinar
libremente, públicamente, sobre el tema que se quiera.
Un ejemplo sería el caso del rapero Valtonyc, que tras interpretar un rap insultando y
criticando muy duramente a la monarquía española; se vio obligado a huir de la justicia
española, refugiándose en Bélgica. ¿Qué clase de democracia hay en España? ¿No
podemos criticar lo que queramos de nuestra sociedad? ¿No podemos tener voz propia?

Democracia significa libertad, derechos y voz propia. Que exista una serie de vías
legislativas como la ley mordaza, que impidan la expresión del pensamiento critico que
puede ser o no compartido por el resto de la sociedad, no es sólo un insulto para los
ciudadanos de nuestro país; también, es un insulto para el concepto de democracia.
La realidad relatada, no es más que otro efecto de la sociedad actual, injusticia social,
hipocresía y extremismo político. Vivir en un estado democrático es y debe ser muy
diferente a un estado dictatorial.
Por desgracia, actualmente siguen habiendo dictaduras, en las que las personas de dichos
lugares no pueden expresarse plenamente, ni sus necesidades son cubiertas por su modelo
de estado. Los ciudadanos observan al mar buscando una libertad prácticamente olvidada,
tal y como hacía nuestro autor.
Debemos luchar, ya no estamos en una dictadura, estamos en una democracia que se debe
mejorar. No debemos temer a las consecuencias judiciales de expresarnos de manera
plena. Debemos luchar contra la injusticia de la ley mordaza y las medidas proteccionistas y
falangistas de las partes conservadoras de nuestra sociedad.

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