El Islam y la Romanización en la Historia de España

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AL ALANDALUS. INTRO

Al-Ándalus: La expansión del Islam en la Península Ibérica

El islam nació en Arabia en el S.VII y se extendió rápidamente por Oriente Próximo, el Mediterráneo Oriental y el norte de África. En el año 711, la mayor parte de la península Ibérica pasó a formar parte del Islam y el territorio ocupado por los musulmanes se conocerá como Al-Ándalus. Tras la muerte del rey Witiza, el duque de la Bética don Rodrigo ocupó el trono, desencadenando una guerra civil entre grupos nobiliarios rivales. Un pequeño ejército musulmán dirigido por Tariq desembarcó en la zona de Gibraltar y derrotó a Rodrigo en la batalla de Guadalete. En los dos años siguientes, los musulmanes acabaron dominando la Península, excepto la cornisa cantábrica. Las causas de esta conquista fueron: 1) Debilidad del reino visigodo por continuas guerras civiles. 2) Pactos con la nueva mayoría de la nobleza visigoda para conservar la vida y las propiedades. 3) Indiferencia del resto de la población hispanorromana. Algunos nobles que no se sometieron al Islam huyeron hacia el norte, abandonando bienes y propiedades. El valle del Duero quedó despoblado y se convirtió en una “tierra de nadie” que servía de frontera entre Al-Ándalus y los pequeños reinos cristianos que se habían formado en el norte de la península.

DESARROLLO. EMIRATO DEPENDIENTE DE DAMASCO (711-756)

La península constituía una pequeña provincia del califato de Damasco, gobernada por un emir que dependía en lo político y religioso del califa omeya. La batalla de Covadonga (722) garantizó la independencia del pequeño núcleo cristiano de Asturias. En la batalla de Poitiers (732), a manos de los francos, intentaron la expansión al otro lado de los Pirineos. EMIRATO INDEPENDIENTE DE BAGDAD (756-929): los abasíes asesinaron a la mayoría de los omeya. Abderramán logró escapar de Damasco y buscó refugio en Al-Ándalus, declarando esta zona emirato independiente del califa de Bagdad. El nuevo emir inició una serie de reformas.



1. Ejército de mercenarios

Se formó un ejército de mercenarios que serían fieles solamente a quien les pagase.

2. Poderes ejecutivo y legislativo

Se establecieron poderes ejecutivo y legislativo.

3. Nombramiento de cadíes

Se nombró a cadíes que ejercían el poder judicial apoyándose en la ley coránica y la tradición.

4. Pago de tributos y vasallaje

Se estableció el pago de tributos y el vasallaje de los primeros monarcas asturianos. Continuaron las sublevaciones de los muladíes y también hubo revueltas de mozárabes.

CALIFATO DE CÓRDOBA (929-1031)

Abderramán III se encontró al subir al trono con las arcas del estado vacías, rebeliones constantes de árabes, berberiscos y muladíes, así como una crisis económica generalizada, y tardó 25 años en tener el control de todo. En el año 929, convirtió Al-Ándalus en un califato, desvinculándose de los abasidas de Bagdad en lo religioso. Los cristianos del norte siguieron pagando cuantiosos tributos para evitar los ataques del ejército. Su sucesor, Al-Hakam II, se dedicó a la realización de ambiciosas obras públicas y a reunir una impresionante biblioteca. Le sucederá Hisham II, quien dejó las riendas a Almanzor, quien gobernaría con un poder absoluto y dejando al califa en un segundo plano. Sometió al ejército a su autoridad, realizó expediciones contra los cristianos arrasando con sus territorios y saqueando ciudades y monasterios. Las continuas guerras acabaron por agotar las arcas del Estado y fue necesario aumentar los impuestos. En 1031, una junta de notables expulsó de Córdoba al último califa, lo que llevó a la separación política de Al-Ándalus en numerosos reinos taifas. Los reinos de taifas gozaron de cierta prosperidad económica pero eran débiles políticamente y militarmente, lo que les impedía resistir con firmeza a los ataques cristianos. Tras la conquista de Toledo (1085) por parte de Alfonso VI de Castilla y León, los reinos taifas pidieron ayuda a un poder norteafricano formado por tribus bereberes, los almorávides. Los almorávides acabaron con las taifas, unificaron Al-Ándalus y pusieron freno al avance cristiano.



La Romanización

INTRO: Periodo de conquista de la Península por el Imperio Romano y su influencia en la cultura y sociedad.

DESARROLLO

LA ADMINISTRACIÓN: Roma dividió la Península Ibérica en provincias, gobernadas por un gobernador y un Consejo. Tras la segunda guerra púnica, Hispania quedó dividida en dos provincias: Citerior al norte y Ulterior al sur. Augusto dividió el Imperio en dos tipos de provincias: Conquistadas, que no requerían presencia permanente de legiones y eran dirigidas por el Senado, y Pacificadas, que eran dirigidas por el emperador.

Hispania se dividió en tres provincias: Bética, gobernada por el Senado, Tarraconensis, gobernada por el Emperador, y Lusitania, que más tarde se dividió en Cartaginensis y Gallaecia. Las ciudades romanas se clasificaban en varios tipos: coloniales, estipendiarias, inmunes y federadas. Además, se desarrolló un amplio sistema de calzadas que facilitaba el intercambio comercial entre las principales ciudades romanas.

LA ECONOMÍA: La economía romana en Hispania se basaba en la explotación de los recursos naturales. Se extraían materias primas de la Península, se transformaban en Roma y se vendían a un precio superior. La agricultura también fue importante, introduciendo sistemas de regadío y el arado romano. La propiedad de la tierra se dividía en privada, pública y tribal. Además, había una gran riqueza de minerales en la Península, como oro, plata, cobre y plomo.

LA SOCIEDAD: La sociedad romana en Hispania se dividía en hombres libres y hombres no libres. Los hombres libres se clasificaban en honestiores, que eran las clases pudientes y ricos propietarios, y humiliores, que tenían pequeñas propiedades. Los hombres no libres se dividían en libertos, que eran esclavos liberados pero tenían cierta dependencia con sus antiguos dueños, y esclavos, que eran la base de la economía y trabajaban en el campo. Con el emperador Caracalla, todos los hombres libres del Imperio recibieron la ciudadanía romana en el año 212.

LA RELIGIÓN: La religión romana era politeísta y tolerante hacia otros cultos y dioses. Además de los dioses griegos, se adoraba al emperador y al cristianismo, que fue legalizado por el emperador Constantino en el año 313 mediante el Edicto de Milán.

EL EJÉRCITO: Los soldados romanos llevaban la lengua, creencias y costumbres de Roma y las difundieron por todo el Imperio. Los campamentos romanos se convirtieron en ciudades que atraían a mujeres, mercaderes, artesanos, etc.

EL DERECHO: El derecho romano fue una de las grandes creaciones del pueblo romano y una de sus más valiosas aportaciones a la civilización. El latín era la lengua oficial utilizada por los romanos. A partir del siglo III, Roma entró en una crisis profunda y se inició un proceso de ruralización. La presión de los pueblos bárbaros y la incapacidad del ejército romano para defender las fronteras llevaron a la entrada de varios pueblos germánicos en la Península, como los suevos, alanos, vándalos y visigodos.

CONCLUSIÓN

La presencia musulmana durante el califato de Abderramán III tuvo especial relevancia en la historia de España. El arte hispano-musulmán refleja el poder político y la hegemonía cultural alcanzados por Al-Ándalus durante la Edad Media. Las construcciones más importantes de la España islámica son: la Mezquita de Córdoba, la Ciudad-Palacio de Medina Azahara, la Giralda de Sevilla, la Alfajería de Zaragoza, la Alhambra de Granada y el conjunto de Monteagudo y el palacio de las Claras en la Región de Murcia. La presión de los reinos cristianos del norte debilitó progresivamente Al-Ándalus.

ROMANIZACIÓN

INTRO: Periodo de conquista de la Península por el Imperio Romano y su influencia en la cultura y sociedad.

DESARROLLO

LA ADMINISTRACIÓN: Roma dividió la Península Ibérica en provincias, gobernadas por un gobernador y un Consejo. Tras la segunda guerra púnica, Hispania quedó dividida en dos provincias: Citerior al norte y Ulterior al sur. Augusto dividió el Imperio en dos tipos de provincias: Conquistadas, que no requerían presencia permanente de legiones y eran dirigidas por el Senado, y Pacificadas, que eran dirigidas por el emperador.

Hispania se dividió en tres provincias: Bética, gobernada por el Senado, Tarraconensis, gobernada por el Emperador, y Lusitania, que más tarde se dividió en Cartaginensis y Gallaecia. Las ciudades romanas se clasificaban en varios tipos: coloniales, estipendiarias, inmunes y federadas. Además, se desarrolló un amplio sistema de calzadas que facilitaba el intercambio comercial entre las principales ciudades romanas.

LA ECONOMÍA: La economía romana en Hispania se basaba en la explotación de los recursos naturales. Se extraían materias primas de la Península, se transformaban en Roma y se vendían a un precio superior. La agricultura también fue importante, introduciendo sistemas de regadío y el arado romano. La propiedad de la tierra se dividía en privada, pública y tribal. Además, había una gran riqueza de minerales en la Península, como oro, plata, cobre y plomo.

LA SOCIEDAD: La sociedad romana en Hispania se dividía en hombres libres y hombres no libres. Los hombres libres se clasificaban en honestiores, que eran las clases pudientes y ricos propietarios, y humiliores, que tenían pequeñas propiedades. Los hombres no libres se dividían en libertos, que eran esclavos liberados pero tenían cierta dependencia con sus antiguos dueños, y esclavos, que eran la base de la economía y trabajaban en el campo. Con el emperador Caracalla, todos los hombres libres del Imperio recibieron la ciudadanía romana en el año 212.

LA RELIGIÓN: La religión romana era politeísta y tolerante hacia otros cultos y dioses. Además de los dioses griegos, se adoraba al emperador y al cristianismo, que fue legalizado por el emperador Constantino en el año 313 mediante el Edicto de Milán.

EL EJÉRCITO: Los soldados romanos llevaban la lengua, creencias y costumbres de Roma y las difundieron por todo el Imperio. Los campamentos romanos se convirtieron en ciudades que atraían a mujeres, mercaderes, artesanos, etc.

EL DERECHO: El derecho romano fue una de las grandes creaciones del pueblo romano y una de sus más valiosas aportaciones a la civilización. El latín era la lengua oficial utilizada por los romanos. A partir del siglo III, Roma entró en una crisis profunda y se inició un proceso de ruralización. La presión de los pueblos bárbaros y la incapacidad del ejército romano para defender las fronteras llevaron a la entrada de varios pueblos germánicos en la Península, como los suevos, alanos, vándalos y visigodos.

CONCLUSIÓN

Roma se volcó en la Península para explotar sus gigantescas riquezas. Hispania se convirtió en una colonia de explotación que aceptó la cultura romana. Son muchos siglos de presencia del mundo romano sobre la Península y constituyen el primer capítulo fundamental de la Historia de España. Nuestra sociedad actual ha heredado de Roma un extenso legado, al que pertenecen elementos como la lengua o el sentido del derecho y la justicia.

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