Introducción a la crítica literaria desde la perspectiva marxista: Plejánov y Lukács
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Lectura literaria marxista
La lectura literaria marxista es una corriente crítica que surge a partir de las ideas objetivadas por figuras como Karl Marx. Aunque en la actualidad su uso ha disminuido debido a la caída del socialismo, sus principios ofrecen una perspectiva única para el estudio de la literatura. Marx se basa en el materialismo platónico, analizando la realidad desde el punto de vista de la infraestructura. Según esta teoría, cada cultura y sociedad posee una forma particular de producir y distribuir los bienes, lo que influye directamente en su percepción de las ideas (moral, derecho, arte, etc.). Esta percepción depende de la infraestructura, que se corresponde con el mundo sensible platónico. Esta teoría se denomina Materialismo Histórico.
El mundo de las ideas platónico se identifica con la Superestructura Ideológica de Marx, que es un reflejo del mundo sensible, es decir, de la infraestructura. La lectura literaria marxista sentará las bases para el realismo. Muchas de las ideas de Marx están recogidas en su libro Contribución a la crítica de la economía política, escrito en 1857. En él, se proclama la autonomía del arte y, por tanto, de la literatura, aunque en última instancia, esta depende del desarrollo social, es decir, de la infraestructura. El valor estético es permanente, ya que una obra sigue agradando con el paso del tiempo, a pesar de que su paradigma haya quedado atrás.
Yuri Plejánov y el enfoque sociológico
El primer teórico de la corriente marxista fue Yuri Plejánov, quien dio un enfoque sociológico a su literatura en su libro Arte y vida social. Según Plejánov, el valor estético es social y relativo. Identifica dos posturas sociales:
- Postura utilitaria: produce una simpatía recíproca entre el artista y la burguesía.
- Postura esteticista: se basa en el divorcio entre el artista y la sociedad en la que vive.
Plejánov defiende la compatibilidad entre el arte y la sociedad, de lo que se desprende que la burguesía se encuentra en decadencia, ya que el realismo socialista (teoría defendida por Plejánov) propugna la simpatía entre el artista y el proletariado.
Georg Lukács y el realismo crítico
Otro importante teórico es el húngaro Georg Lukács, defensor del realismo crítico. Este realismo se basa en la diferencia entre la representación de la realidad y la realidad en sí misma. La representación debe reflejar lo que haría que la sociedad progresara, lo que se denomina típico. Según Lukács, se deben cultivar diversos géneros y, además, crear algunos como medio de propugnación, sin contradecir la expresión original.
Bertolt Brecht y el teatro épico
Lukács critica a su compañero de profesión Bertolt Brecht por formalista, acusación que es recíproca. En sus obras, Brecht capta la atención del espectador mediante la técnica del extrañamiento, que consiste en representar cosas que se salgan de lo normal para sorprender al espectador y así obtener su atención. Esta técnica también es usada con fines revolucionarios, por lo que, en este sentido, la acusación de formalista es infundada. Su teatro se denomina épico porque es el efecto que produce con sus obras. Este efecto consiste en hacer la historia modificable mediante el manifiesto del arte como arte. Sin embargo, no se pretende que el espectador caiga en la equivocación de creer que la obra es la vida misma.