Inicios y Desarrollo de la Revolución Industrial en Gran Bretaña: Factores Clave
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Antecedentes: Del Neolítico a la Era Industrial
El Neolítico marcó el comienzo de la agricultura y la ganadería, lo que provocó la sedentarización y la formación de las primeras aldeas. Posteriormente, en la segunda mitad del siglo XVIII, surgieron las máquinas y las primeras fábricas, dando inicio a la Revolución Industrial.
Características de la Revolución Industrial
- Innovaciones tecnológicas: Se aplicaron innovaciones técnicas a las actividades económicas. Se inventaron máquinas que permitieron aprovechar nuevas fuentes de energía y generar materias primas como el hierro.
- Aparición de las fábricas: Hasta entonces, la producción se realizaba en pequeños talleres. Con la Revolución Industrial, aparecieron las fábricas, que sustituyeron a los talleres. En las fábricas trabajaba mucha gente, incluyendo niños y mujeres, quienes recibían salarios más bajos. El trabajo se hizo más monótono.
- Producción orientada al mercado: La producción se orientó a la venta en lugar de al consumo familiar. Los productos se destinaron a mercados nacionales e internacionales, lo que provocó una bajada de precios. La producción industrial ha crecido de forma sostenida desde entonces.
- Crecimiento urbano: Las ciudades se multiplicaron y aumentaron su población. Muchas personas emigraron del campo a las ciudades para trabajar en las fábricas.
- Transición de una sociedad agraria a una industrial: La agricultura dejó de ser el sector económico principal, y poco a poco la industria y los servicios pasaron a un primer plano.
La industrialización tuvo características y consecuencias distintas en cada país y época en que tuvo lugar. Se distinguen tres fases: la Primera Revolución Industrial, que comenzó hacia 1760; la Segunda, alrededor de 1870; y la Tercera, que se desarrolla en la actualidad.
Factores que Explican el Surgimiento de la Revolución Industrial en Gran Bretaña
La Revolución Industrial se inició en Gran Bretaña en el último cuarto del siglo XVIII. Este liderazgo británico se explica por una serie de factores:
- Crecimiento demográfico: A lo largo del siglo XVIII, en Gran Bretaña se produjo un incremento de la población. La principal causa fue el descenso de la mortalidad, relacionado con la mejora de la alimentación, la medicina y la higiene. El crecimiento demográfico provocó el incremento de la demanda de productos agrícolas e industriales y la existencia de más mano de obra disponible.
- Revolución agrícola: Los cambios en la industria fueron precedidos por transformaciones en la agricultura y la ganadería. En Gran Bretaña se introdujeron innovaciones técnicas que incrementaron la productividad de la tierra: se sustituyó el barbecho por la rotación de cultivos y el arado de madera por el de hierro. El aumento de la productividad tuvo dos consecuencias: se pudo alimentar a una mayor población, lo que aumentó el crecimiento demográfico; y los campesinos, ante la introducción de nuevas herramientas y máquinas, se quedaron sin trabajo y emigraron a las ciudades, donde trabajaron en las nuevas fábricas.
- Riqueza de recursos minerales: Gran Bretaña tenía abundante carbón, un recurso energético capaz de mover las máquinas de vapor de la primera fase industrial.
- Ampliación de los mercados: Gran Bretaña tenía buenas comunicaciones terrestres y acuáticas, ausencia de aduanas interiores y un amplio mercado en sus colonias, cuyas rutas comerciales eran defendidas por una poderosa flota naval.
- Nueva mentalidad: La burguesía británica desarrolló una forma de pensar y actuar más abierta a la inversión, al riesgo empresarial y a la búsqueda del beneficio.
Gran Bretaña: Primera Potencia Industrial
Gran Bretaña se convirtió en la primera potencia industrial. Las innovaciones de esta fase se centraron en dos industrias: la del algodón y la del hierro.
- Industria textil algodonera: Fue la más importante en un principio y en la que más rápido se produjeron las innovaciones técnicas. En 1800, unas 350,000 personas trabajaban en el hilado y tejido de prendas de algodón con máquinas especializadas. Pronto, los productos textiles ingleses, baratos y de buena calidad, inundaron los mercados mundiales.
- Industria siderúrgica: Experimentó un gran desarrollo a mediados del siglo XIX. La sustitución del carbón vegetal por el mineral evitó la deforestación e impulsó la construcción de modernos altos hornos. Los nuevos procesos de fundición, pudelado y laminado permitieron producir a gran escala lingotes de hierro refinado.
El desarrollo industrial fue posible gracias a la invención de la máquina de vapor por James Watt, que se aplicó a la minería, a la industria y al transporte. El carbón se convirtió en una fuente de energía abundante, barata y muy potente, aunque también muy contaminante.