La influencia de los sirios en al-Ándalus

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Sirios

Los contingentes militares que entran en la Península Ibérica, al mando de Balch b. Bixr al-Quxayri, enviados por el califa omeya de Damasco, para hacer frente a las revueltas beréberes que tienen lugar en el país en 740, como consecuencia de unos años de sequía que afectan a las dos orillas del Estrecho de Gibraltar. Una vez sofocada la revuelta, los sirios, gracias a su fuerza militar, se convierten en protagonistas de la vida política de al-Ándalus. Años más tarde, en 744, el gobernador Abu-l-Jattar b. Dirar asienta a cada contingente o yund en un lugar determinado del país, con lo que comienza a disminuir la influencia que ejercían en la vida política cordobesa. En la dinámica del emirato omeya se diferencian de los baladíes, los colectivos que entraron en la Península a partir de 711, cuando se produce la conquista del territorio. Ambos, sirios y baladíes, siguen conservando las denominaciones durante décadas, como sello de prestigio. Aunque se conocen algunos linajes baladíes que se identifican como sirios desde 740. Siria es la segunda tierra de origen de la familia gobernante en la Andalucía omeya. La misma denominación se aplica siglos más tarde, en la segunda mitad del XX, a un amplio grupo de personas procedentes sobre todo de Siria, Palestina y Jordania, que vienen en la década de los sesenta a realizar sus estudios en Andalucía y que permanecen entre nosotros. Se trata de una inmigración que en la actualidad se encuentra integrada con el resto de la población andaluza. Destacan entre ellos los profesionales dedicados a la medicina.

Abd al-Aziz b. Musa b. Nusayr

Hijo del conquistador árabe de la Península Ibérica a partir del 712. Cuando su padre, Musa b. Nusayr, sale para Damasco, en el 714, convocado por el califa omeya para dar cuenta de la nueva conquista, Abd al-Aziz queda como wali o gobernador de al-Ándalus, dependiente de la provincia del norte de África. Según la leyenda, fijada la sede del Gobierno en Sevilla, vive con la viuda del rey Rodrigo, el último gobernante visigodo, o una hija suya, llamada Egilona. Este gobernador consolida durante su mandato las conquistas árabes en el área de Portugal, desde el Algarve a Coimbra, y en Andalucía oriental. A la salida de la mezquita un grupo de personajes utilizaría sus relaciones con Egilona como motivo para asesinarlo, en marzo del 716. Posiblemente existiría, sin embargo, una orden de acabar con él emitida por Sulaymán, califa omeya de Damasco.

Hurr b. Abderrahmán, al Wali

Gobernador de al-Ándalus (716-719) durante el periodo del primer emirato, antes de la instalación de la dinastía omeya. Llega al país, desde Qayrawán (Túnez), nombrado por el gobernador del norte de África por parte del califa de Damasco. Se trata del primer gobernante, tras el momento inicial de la conquista, que se nombra desde esta instancia, lo que significa un intento de hacer entrar al nuevo territorio en la administración normal del califato. El nuevo wali llega a la Península acompañado de 400 notables. Se trataría de neutralizar a los personajes que han realizado la conquista, a partir de 711, y que se habían adueñado de las estructuras del poder. Según las fuentes árabes, es el que traslada la capital del país, que hasta entonces había estado en Sevilla, a Córdoba. Este movimiento puede indicar la necesidad de salir fuera de la órbita de los elementos militares asentados en la antigua capital y cuyo peso en la política de al-Ándalus debía ser entonces considerable. De su época data el primer dinar o moneda de oro acuñada en la Península y que ha llegado hasta nosotros. Se trata de una moneda bilingüe, en árabe y latín, donde aparecen los términos Spania y al-Ándalus. A su lado debe acuñarse igualmente moneda fraccionaria. A al-Hurr se le deben los primeros intentos de organización administrativa de al-Ándalus, como la percepción de impuestos, y recupera tierras de las que, fuera de la normativa musulmana, se habían apoderado los primeros contingentes que entran en el país. Las fuentes le atribuyen también incursiones que completan la conquista, como las realizadas en el alto Aragón. Al cesar como gobernador se sabe que abandona la Península.

Samh b. Malik al Jawlani

Wali o gobernador del territorio de al-Ándalus (719-721) durante el primer periodo denominado Emirato Dependiente sucede a al-hurr. A él se le atribuye la reconstrucción del puente romano sobre el río Guadalquivir en Córdoba y la emisión de los primeros dinares o monedas de oro acuñadas con leyendas en árabe. Durante su mandato recibe una consulta desde Damasco, por parte del califa omeya de Oriente Umar II (717-720), que le había nombrado sobre si se debía abandonar la Península Ibérica o seguir en ella. En ese momento se empezaban a dar los primeros movimientos de la revuelta abbasí en Oriente. Por otra parte una de las motivaciones iniciales para la conquista de al-Ándalus, el ataque a Constantinopla por la retaguardia, se había revelado ya como inviable tras atravesar los Pirineos y comprobar que los conocimientos geográficos de que disponían no se correspondía con la realidad.

Abderrahmán b. Abd Allah al-Gáfiqi

Gobernador o wali que gobierna la Andalucía árabe por mandato del califa de Damasco en dos ocasiones, durante unos meses en 721 y desde marzo de 730 a octubre de 732. En el verano de este último año dirige una aceifa o campaña de verano contra la zona del sur de Francia, que entonces pertenecía al territorio de al-Ándalus. Tras atravesar los Pirineos occidentales por Roncesvalles, saquea Burdeos y se encamina a San Martín de Tours, enclave religioso significativo para los francos. A mitad de la ruta es derrotado por Carlos Martel, muriendo en el enfrentamiento. Es lo que se conoce como la batalla de Poitiers, o del Campo de los Mártires para los andalusíes, y que marca el máximo avance de un poder musulmán hacia el Norte en el occidente del Mediterráneo.

Balch b. Bixr al-Quxayrí

Jefe militar sirio que viene al Norte de África, enviado por el califa omeya de Damasco, para reprimir las revueltas bereberes de 740 que tienen lugar en el Magreb y al-Ándalus. Cercado en Ceuta por los rebeldes, el gobernador o wali de al-Ándalus, Abd al-Malik b. Qatán, pedirá su ayuda para vencer a los bereberes andalusíes que están a punto de tomar la capital, Córdoba. Tras la derrota de éstos, Balch se quedará en al-Ándalus, produciéndose enfrentamientos entre los sirios y los baladíes, los primeros árabes que habían entrado en el territorio. La importancia de la fuerza militar en los primeros momentos de la historia de al-Ándalus queda demostrada en el hecho de que Balch acaba por proclamarse en 741 gobernador de al-Ándalus. Morirá al año siguiente en un enfrentamiento militar del que sale victorioso pero herido de muerte. Es sustituido como gobernador de al-Ándalus, teóricamente dependiente de Damasco, por su lugarteniente, Zalaba b. Salama al-Amili.

Sumayl, as-

Personaje relevante del último periodo del emirato de al-Ándalus durante el segundo cuarto del siglo VIII, antes de la llegada de los omeyas. Sumayl b. Hátim al-Kilabi era un dirigente sirio del yund de Qinnasrín que se enfrenta al gobernador Abu-l-Jattar b. Dirar, al que depone y sustituye por otro personaje en abril del 745. Años más tarde, dominando en la sombra los resortes políticos del país, hará lo mismo con Yúsuf b. Abderrahmán al-Fihri, el cual al llegar al poder lo envía como gobernador a Zaragoza. Allí irán a verle los enviados de Abderrahmán I, el futuro emir omeya, que se encuentra todavía en el norte de África. As-Sumayl romperá un pacto que ha firmado con el omeya, temiendo, como realmente sucede, un cambio de régimen político en al-Ándalus. Esto le lleva a defender la posición de Yúsuf al-Fihri y a enfrentarse a Abderrahmán I en la batalla de Almuzara, en marzo del 756. As-Sumayl permanecerá luego un tiempo como servidor del nuevo emir, al servicio del cual pondrá toda su experiencia política. Pero al final huye a Toledo junto con Yúsuf al-Fihri. Los días de as-Sumayl terminarán en el 759 cuando es mandado ejecutar por Abderrahmán I. La carrera política de as-Sumayl había empezado a raíz de sus dotes como poeta. Compañero de Balch b. Bixr al-Quxayri, el dirigente de las tropas sirias que entran en el país en el 740.

Yúsuf b. Abderrahmán al-Fihri

Último wali o gobernador de al-Ándalus (746-756), durante el periodo del Emirato Dependiente de los califas de Damasco. Gobierna cuando éstos atraviesan los últimos años de una crisis que va a llevar a los abbasíes al poder en Oriente, marcando allí el final de la dinastía omeya. Yúsuf al-Fihri es colocado, cuando ya es un anciano, como gobernador por as-Sumayl b. Hátim, sirio de uno de los yund que habían entrado en el país en 740. Este personaje había derrocado ya al gobernador Abu-l-Jattar b. Dirar en 745. Subido Yúsuf al-Fihri al poder, vuelve a derrotar a éste en el barrio de Secunda en Córdoba. Una vez asentado en su puesto, Yúsuf al-Fihri envía a as-Sumayl como gobernador de la Frontera Superior a Zaragoza. Allí se verá atacado por diversos elementos de la zona. En el cerco de la ciudad se presentan emisarios del príncipe omeya Abderrahmán b. Muawiya, el futuro emir Abderrahmán I ad-Dájil que se encuentra entonces en Almuñécar. Estamos en el año 755. Tropas cordobesas liberan a as-Sumayl del cerco. Los enviados del omeya, conseguidos apoyos en todo el país, intentan un acercamiento a Yúsuf al-Fihri proponiéndole el matrimonio con ad-Dájil, a lo que él se niega. Entre agosto de 755 y marzo de 756 logra reunir más partidarios, con lo que se dirige a Sevilla donde estará al final del último mes citado. Desde allí marcha hacia Córdoba. El 15 de abril derrota a Yúsuf al-Fihri en la batalla de la Almuzara, con lo que de hecho la dinastía omeya se ha entronizado en al-Ándalus.

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