La Influencia de la Revolución Francesa y el Reinado de Carlos IV en España
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1. El Contexto Internacional
1.1. Tres Acontecimientos que Cambiaron la Historia
Tres acontecimientos que cambiaron la Historia Contemporánea universal se sucedieron en estos años en Europa: la Revolución Francesa, el Imperio Napoleónico y la Restauración. Los tres influirían decisivamente en el continente europeo y también en España.
1.1.1. La Revolución Francesa (1789)
En 1789 estalla la Revolución Francesa tras los reiterados fracasos de Luis XVI por cambiar la calamitosa situación de la Hacienda Pública. Lo que comenzó como una simple convocatoria de los Estados Generales para acometer dicha reforma se tornó en un proceso revolucionario que destruiría el Antiguo Régimen, al tiempo que sentaba las bases de los regímenes políticos contemporáneos. La radicalización progresiva de la Revolución obligó a los países europeos a adoptar una posición de hostilidad frente a Francia, que en España significó una actitud de dependencia a causa de la debilidad de nuestros gobernantes.
1.1.2. El Imperio Napoleónico
Pronto Europa conocería el programa político de Napoleón: la creación de un gran Imperio al que estarían subordinados todos los monarcas europeos. Excepto Gran Bretaña, toda Europa aceptó la dominación o la alianza con el "emperador de los franceses", cuyas conquistas conformaron el Imperio Napoleónico y dieron al traste con el Antiguo Régimen en muchos países del continente. Las heroicas victorias del ejército napoleónico concluyeron en Leipzig (1813), donde las tropas francesas fueron vencidas. Las campañas de España y Rusia prepararon su caída definitiva en Waterloo (1815).
1.1.3. La Restauración (1814)
A finales de 1814 se reunían en Viena las potencias vencedoras de Napoleón. Tras restituir a los monarcas europeos, hubo que configurar un nuevo mapa de Europa, que obligó a Francia a retornar a sus fronteras de 1792. Las líneas maestras que presidieron las relaciones internacionales desde entonces se basaron en un sistema político basado en el equilibrio entre las potencias que impidiera la repetición de la experiencia napoleónica. Como garantía, se creó la Cuádruple Alianza, formada por Rusia, Prusia, Gran Bretaña y Austria, y la celebración anual de congresos en los que se examinaba la situación política europea. En ellos se adoptaban las medidas pertinentes para reprimir cualquier intento revolucionario.
El pulso mantenido a lo largo de tres lustros entre la Europa de la Restauración y las fuerzas liberales acaba en 1830 con el triunfo del liberalismo.
2. El Infortunado Reinado de Carlos IV
Carlos IV sucedió a su padre a la edad de 40 años. Casado con su prima María Luisa de Parma, que era realmente quien mandaba en palacio, pronto se mostró como un hombre carente de talento y de la energía necesaria para superar las difíciles circunstancias que le tocaron vivir. A los pocos meses de subir al trono (en julio de 1789), estallaba la Revolución Francesa, acontecimiento que condicionaría totalmente la política del nuevo Rey. Por otra parte, Carlos IV heredó políticamente todas aquellas instituciones, cuando menos, criticadas por los ilustrados, como la Mesta, la Inquisición, los señoríos, los mayorazgos, los privilegios estamentales, etc. Todas ellas, junto a los conflictos marítimos e internacionales, llevaron al Estado al borde de la bancarrota.
2.1. La Influencia de la Revolución Francesa
La Revolución Francesa, iniciada en 1789, influyó de inmediato en la política interior de España, que estuvo dirigida por Floridablanca hasta 1791, quien impuso una férrea censura contrarrevolucionaria (censura de libros, control de los extranjeros, "cordón sanitario", etc.). Este hecho brindó a sus enemigos personales y políticos una excelente oportunidad para derribarle. En 1792, le sucedía en el gobierno el conde de Aranda, pero los acontecimientos del proceso revolucionario francés hicieron fracasar su política de transigencia. Pronto, a finales de 1792, fue separado del gobierno víctima de sus vacilaciones, siendo sustituido por el hasta entonces desconocido Manuel de Godoy.
En conjunto, la Revolución Francesa puso en evidencia la debilidad del reformismo y de la Ilustración española frente al empuje de la "reacción", que impactó en la sociedad española, quebrando la confianza en el pensamiento ilustrado: la libertad, la razón y el resto de los principios ilustrados fueron presentados como las bases de la conspiración contra la tradición, la fe y el absolutismo. Por otra parte, aquellos que mantuvieron sus ideales ilustrados debieron soportar los rigores del sistema integrista, bien de una manera radical (como los sufrieron Picornell, Marchena y Arroyo, entre otros), o bien dependiendo del veleidoso Carlos IV, caso de Jovellanos, Cabarrús, Urquijo o Meléndez.