Impresionismo y Expresionismo en la música del siglo XX

La música al iniciarse el siglo XX cambió. Los parámetros en los que se sustentaba la música romántica varían sustancialmente. Aparecen nuevas formas en este siglo ecléctico, donde se acogen junto a las nuevas rupturistas, tendencias conservadoras o de recuperación del pasado. Se da un Neoclasicismo practicado por Igor Stravinsky y Manuel de Falla.

Tuvo influencias científicas y filosóficas como las de Freud y Nietzsche.

El primer cambio en los lenguajes musicales surge con el impresionismo, donde los músicos impresionistas cuestionan el valor de la línea melódica para potenciar las texturas armónicas, timbres y dinámicas. Se incluyen compositores como Satie, Debussy o Falla.

Claude Debussy fue el primero en poner en práctica estos principios y aporta obras que han quedado como símbolos del impresionismo musical. "Preludio a la siesta de un fauno" es su primera composición orquestal basada además en un poema de Mallarmé. La música que componía tenía una afinidad esencial con la obra de maestros de la literatura. En sus últimos años de vida compuso casi exclusivamente obras para piano.

Las innovaciones fueron sobre todo armónicas y su tratamiento de los acordes fue revolucionario en su tiempo. La falta de tonalidad estricta producía un carácter vago y ensueñador.

Erik Satie fue un precursor del minimalismo, serialismo e impresionismo, aunque también fue un precursor importante del Teatro del absurdo y la Música repetitiva.

Las primeras obras suyas lo llevaron a crear una especie de medievalismo imaginario. Debussy y Satie fueron contemporáneos.

Trabajó en música incidental para una puesta en escena de "El sueño de una noche de verano".

Junto a otros músicos formó los Nouveaux Jeunes.

Maurice Ravel fue un músico impresionista aunque su música se suele asociar a la de Debussy. Compuso suites, composiciones para piano, obras de cámara, etc. Fue famosa su obra titulada "Bolero".

La colaboración de Ravel con Gershwin ejerció una fuerte influencia mutua entre ambos compositores. En las dos últimas obras de Ravel se observa una sutil influencia jazzística.

Otros seguidores del impresionismo francés fueron Dukas, Respighi o Manuel de Falla.

El segundo movimiento hacia la modernidad fue el expresionismo, aún más rompedor que el anterior. La influencia de la música wagneriana en el lenguaje armónico del siglo XX es enorme en Alemania. La ambigüedad tonal de los acordes de su ópera "Tristán e Isolda" y la confusión de sus tonalidades marcó profundamente a los músicos de la llamada Segunda escuela de Viena. El arte expresionista trata de una estética del horror y la desesperación propia del período entre las dos guerras mundiales que se vierte en música mediante la atonalidad y el dodecafonismo, inventados por Schönberg. Su pieza más expresionista fue "Pierrot Lunaire".

Berg y Webern también destacaron en este periodo.

Igor Stravinsky resume todas las tendencias del siglo XX, fue discípulo de Rimsky-Korsakov. Alcanzó el éxito con "El pájaro de Fuego" y "Petrushka". También destacará la obra de "La consagración de la primavera". En su etapa neoclásica utiliza los recursos típicos del siglo XVIII. El cuerpo del compositor fue enterrado en Venecia junto a la tumba de Diaghilev. El lugar y la compañía son símbolos de su amor por la música dieciochesca italiana y su pasión por el ballet.