El Imperio Ruso: De los Zares a la URSS

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La Rusia Zarista

La Rusia de los Zares era un imperio inmenso, gobernado por un zar con poder absoluto de origen divino. Este régimen político, una autocracia, no estaba sujeto a ninguna constitución ni parlamento. El zar se apoyaba en una fiel burocracia, un numeroso ejército y la Iglesia Ortodoxa.

La economía rusa era fundamentalmente agraria, donde coexistían la propiedad comunal (mir) y la propiedad privada de la nobleza (kulaks). Desde finales del siglo XIX, el capitalismo se introdujo en la parte occidental del imperio, iniciando un proceso de industrialización concentrado y a gran escala. Esta industrialización conllevó la aparición de obreros industriales, muchos de ellos antiguos campesinos, que trabajaban en grandes empresas, percibían salarios bajos y vivían en condiciones precarias.

El Crecimiento de la Oposición

A finales del siglo XIX, la oposición al zarismo y sus estructuras sociales aumentó como resultado de la industrialización y la difusión de ideas liberales y doctrinas obreristas (anarquismo y marxismo).

En Rusia, tomaron fuerza los movimientos populistas, donde el anarquismo tuvo arraigo con figuras como Bakunin y Kropotkin. A finales de siglo, también se crearon partidos liberales y burgueses, como el Partido Democrático Constitucional y el Partido Social-Revolucionario. La influencia del marxismo dio lugar en 1898 al Partido Social Demócrata Ruso, con Plejanov como inspirador y Lenin como su líder más destacado. En el siglo XX, el partido se escindió en dos alas: bolcheviques y mencheviques.

La Revolución de 1905 y los Intentos de Reforma

Durante el reinado de Nicolás II (desde 1894), la agitación social y política aumentó debido a las malas condiciones de vida y la corrupción en la corte. La penuria económica se agravó por la derrota en la guerra ruso-japonesa.

En enero de 1905, estalló un movimiento revolucionario contra la opresión zarista, demandando mejoras en las condiciones de vida. La revolución en San Petersburgo, con una manifestación ante el Palacio de Invierno, fue reprimida por el ejército (Domingo Sangriento).

Tras la revolución de 1905, el gobierno de Nicolás II emprendió tímidas reformas, como la convocatoria de una Duma y una propuesta de reforma agraria, insuficientes para transformar el imperio.

La Revolución de 1917

La Coyuntura de la Primera Guerra Mundial

La participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial precipitó los acontecimientos. La mayoría de las fábricas se transformaron en industrias de guerra, escasearon los productos, los precios subieron y el poder adquisitivo disminuyó. A esto se sumaron las derrotas militares ante Alemania, debido a un ejército mal equipado y dirigido. Las críticas al gobierno, que había disuelto la Duma, se sumaron a las manifestaciones. La confianza en el zar se hundió y los complots se sucedieron. El desastre militar y económico condujo a una revolución de mayor envergadura que la de 1905.

La Caída del Zarismo (Febrero de 1917)

En febrero de 1917, grupos populares salieron a las calles pidiendo el fin de la guerra y la mejora de las condiciones de vida. La revolución comenzó el 23 de febrero en Petrogrado y finalizó el 27 de febrero con una huelga general. Se formaron soviets en todo el país. El zar abdicó ante la presión del ejército y los partidos. La Duma tomó el protagonismo. El nuevo gobierno prometió reformas y convocar una asamblea constituyente, pero mantuvo a Rusia en la guerra. La caída del zar no puso fin a los problemas: la guerra continuaba, las condiciones de vida no mejoraban y los soviets exigían la retirada inmediata, dando inicio a un doble poder: el gobierno provisional y el de los soviets.

La Dualidad de Poderes (Marzo-Octubre de 1917)

Durante marzo de 1917, la pugna entre el gobierno provisional y los soviets continuó. El gobierno de Lvov fue desbordado por los soviets, que pedían reformas y el fin de la guerra. Lenin, tras su regreso del exilio en abril, defendió una revolución proletaria («todo el poder para los soviets») y la salida inmediata de la guerra. Lvov fue destituido y reemplazado por Kerenski. Las dificultades de Kerenski aumentaron en agosto tras un golpe de estado de militares zaristas, que Kerenski venció con el apoyo del soviet y los bolcheviques. A partir de entonces, los bolcheviques, liderados por Lenin y Trotsky, tomaron la iniciativa.

La Revolución de Octubre de 1917

El gobierno de Kerenski quería una república, convocar una asamblea constituyente y mantener a Rusia en la guerra. Los bolcheviques y el soviet se opusieron.

Las Jornadas Revolucionarias

En el verano de 1917, el partido bolchevique fue prohibido y Lenin se exilió. Sin embargo, su voluntad de tomar el poder no cesó. Los soviets y algunos mencheviques planearon la insurrección con el apoyo de la Guardia Roja. El 25 de octubre, las fuerzas insurgentes tomaron lugares clave de la capital, culminando con el asalto al Palacio de Invierno, sede del gobierno provisional. El triunfo en Petrogrado fue decisivo y el gobierno, presidido por Kerenski, dimitió.

Las Primeras Medidas Revolucionarias

El Segundo Congreso de los Soviets destituyó al gobierno provisional y formó un Consejo de Comisarios del Pueblo, dirigido por Lenin. Se emprendió la instauración del socialismo con medidas como: la entrega de tierras a los campesinos, el control obrero de las empresas, la nacionalización de la banca y la supresión del ejército zarista. Se firmó el Tratado de Brest-Litovsk con Alemania, aceptando sus exigencias: Rusia renunció a países bálticos, Finlandia, territorios polacos y Besarabia; Ucrania se declaró independiente.

La Guerra Civil y el Comunismo de Guerra

La revolución triunfó en varios lugares, pero el dominio bolchevique era incierto. Defensores del zarismo (rusos blancos) iniciaron una resistencia armada contra el estado soviético (rusia roja). Los blancos, fuertes en el este, contaron con la Legión Checa y tropas francesas e inglesas. Los bolcheviques crearon el Ejército Rojo, dirigido por Trotsky. La guerra civil causó numerosas víctimas y miseria. El zar y su familia fueron ejecutados. Tras la victoria roja en Ucrania en 1921, se instauró el comunismo de guerra: supresión de la propiedad privada, control estatal de la producción y distribución agraria.

La Consolidación del Poder Bolchevique y la Formación de la URSS

La Asamblea Constituyente, surgida de las elecciones de noviembre de 1917, fue disuelta por los bolcheviques al no tener la mayoría. El partido bolchevique se renombró Partido Comunista de la Unión Soviética, controlando el poder. Se creó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), una república federal que comprendía repúblicas soviéticas y autónomas. La Constitución de 1924 definió las competencias de la Unión y las repúblicas federales.

La NEP: Una Nueva Política Económica

La NEP permitió negocios medianos y pequeños con un sistema capitalista para reactivar la economía. La industria pesada seguía nacionalizada.

De Lenin a Stalin

La Creación de la Tercera Internacional

Los bolcheviques fundaron la Tercera Internacional (Komintern) en Moscú, llamando a los partidos socialistas a abandonar la Segunda Internacional. Esto causó divisiones en el socialismo mundial, especialmente tras las 21 condiciones para adherirse a la Komintern, que llevaron al nacimiento de partidos comunistas. La Komintern, con sede en Moscú, impuso el leninismo.

La Expansión de la Revolución Comunista

Lenin y Trotsky creían que la revolución debía extenderse. Hubo intentos fallidos en Alemania (espartakistas) y Hungría. A pesar del entusiasmo, ninguna otra revolución socialista parecía cercana en Europa.

La Muerte de Lenin y la Disputa por el Poder

Tras la muerte de Lenin en 1924, Stalin, tras acercarse a los menos favorecidos por la NEP, llegó al poder. En 1927, depuró a los seguidores de Trotsky y acabó con la NEP, iniciando un plan quinquenal que estatizó la producción. Rusia se modernizó y aumentó su producción, escalando posiciones entre las potencias económicas mundiales.

Los Comienzos del Estalinismo

Stalin, Dueño del Poder

Stalin ejerció una dictadura personal, apoyado en el Partido Comunista, persiguiendo a sus opositores. Creó la nomenklatura, una élite con acceso a privilegios. Se impuso el culto a la personalidad de Stalin y el realismo socialista como arte oficial.

La Planificación y Colectivización de la Economía

Stalin impulsó una sociedad sin propiedad privada, con una rígida planificación económica para industrializar la URSS y colectivizar la agricultura. Los resultados estuvieron por debajo de lo esperado. El primer plan quinquenal (1929-1933) fue seguido por otros dos. Se colectivizaron bienes, transportes y finanzas en las ciudades. La colectivización agraria (1929) instauró granjas estatales, acabando con los kulaks. La desigualdad entre la ciudad y el campo persistió, con periodos de escasez de alimentos. La planificación industrializó la URSS en 10 años, aumentando la producción (hierro, acero, energía, infraestructuras). A finales de 1930, la URSS era una gran potencia industrial.

El Terror Stalinista

El estalinismo se consolidó con una dictadura y represión (Grandes Purgas). Se persiguió a dirigentes del partido, militares y ciudadanos, acusados de crímenes contra el estado, colaboración con el nazismo y otros delitos imaginarios. Miles fueron ejecutados o enviados al Gulag (campos de trabajo forzados en Siberia).

Las Nuevas Instituciones Políticas

La Constitución soviética de la era de Stalin mantuvo los soviets, controlados por el partido. Las elecciones eran solo para candidatos del Partido Comunista. El Soviet Supremo, con su Presidium, era el órgano superior. El gobierno estaba formado por comisarios. Los soviets locales ejercían el poder municipal. La URSS mantuvo su estructura federal, con repúblicas con sus propios soviets.

Los Problemas Económicos de la Paz

Los Efectos Inmediatos de la Guerra

La Primera Guerra Mundial tuvo efectos negativos en la economía mundial. Debilitó a los contendientes europeos, con millones de muertos, heridos e inválidos. Se destruyeron infraestructuras, las monedas se devaluaron y los aliados se endeudaron con EEUU. Los tratados de paz, especialmente Versalles, generaron desacuerdos económicos y desestabilizaron el sistema monetario. Alemania, considerada responsable del conflicto, debía pagar elevadas sumas, dificultando su recuperación. La ocupación franco-belga de la cuenca del Ruhr agravó la situación alemana y estimuló el nacionalismo radical.

Los Desequilibrios Comerciales

Las nuevas fronteras modificaron los flujos comerciales. Alemania perdió territorios y acceso a materias primas. El desequilibrio comercial entre países industrializados y exportadores, con la caída de los precios agrarios, empeoró la balanza comercial de estos últimos, obligándolos a solicitar créditos a EEUU.

El Auge de la Economía Estadounidense

La guerra consolidó la supremacía estadounidense. El Reino Unido, al intentar mantener una libra fuerte, afectó sus exportaciones y producción. El dólar se impuso como moneda de cambio. La banca estadounidense se convirtió en el principal inversor mundial.

Los Felices Años 20

La Prosperidad Americana

EEUU, como proveedor de mercancías y capital, aceleró su crecimiento industrial, con cambios en su estructura económica.

Un Gran Crecimiento Económico

La expansión económica estadounidense se debió a la innovación técnica y la organización del trabajo (segunda revolución industrial). Aumentó el uso de la electricidad y el petróleo. Se popularizaron el teléfono, el automóvil y los electrodomésticos. El automóvil, con la producción en serie, aumentó la productividad.

La Revolución de los Consumidores

Los grandes almacenes y la compra a plazos aumentaron el consumo, convirtiéndolo en motor de la expansión económica. La publicidad y el marketing tuvieron un papel relevante. La confianza en el futuro incrementó el consumo y el endeudamiento familiar.

La Desigual Distribución de la Renta

Los beneficios empresariales crecieron más que los salarios, generando sobreproducción.

La Fiebre Bursátil

El auge bursátil se debió a la buena situación de las empresas. La confianza en la subida de las cotizaciones generó una gran demanda de acciones. Los pequeños inversores pidieron préstamos para comprar acciones, pensando en devolverlos con la venta a otros inversores. El problema comenzó en 1929, cuando el valor de las acciones descendió.

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