Impacto del Cambio Climático en la Evolución Humana en África

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El Cambio Climático en África

En el oeste y centro de África subtropical, las lluvias eran abundantes, mientras que en el este eran mucho menores. Los vientos fríos y secos del noroeste perjudicaban a la región oriental. Como consecuencia de estas condiciones, la vegetación del oeste de África subtropical se conservaba como selva húmeda, y en el este predominaba la sabana.

Hace 5 millones de años, los bosques húmedos cubrían toda la región subtropical, pero hace 2.8 millones de años comenzó el inicio de las oscilaciones climáticas de gran amplitud, con hielos permanentes en muchas tierras del norte en las épocas frías. Esta situación influyó en el enfriamiento de las aguas del Atlántico norte, lo que dio lugar a una serie de monzones de veranos más fríos y menos húmedos, afectando a los bosques del África oriental.

Como consecuencia de este cambio climático, desaparecieron muchas especies de homínidos y surgieron ecosistemas más abiertos en gran parte de África con nuevas especies animales y vegetales, entre ellas, nuevos homínidos.

Evolución Humana

La vida comenzó hace unos 4 mil millones de años, y los primeros animales hace 600 millones de años, lo suficientemente grandes como para dejar restos fósiles.

  • Periodo Devónico: 300-400 m.a
  • Mesozoico: 200-150 m.a
  • Cenozoico: 70-60 m.a
  • Oligoceno: 40-25 m.a
  • Mioceno
  • Plioceno
  • Pleistoceno

Los Hominoideos se originaron en África hace 23 millones de años y fueron variados y numerosos en este continente, así como en Europa y Asia. Hace 10 millones de años, comenzó un rápido declive, y hace unos 7 millones de años, la mayoría de las especies desaparecieron por:

  • La pérdida del hábitat por cambios ecológicos.
  • La competencia con los cercopitecos.
  • Una producción de dióxido de carbono a la atmósfera hace 8 millones de años que favoreció la extensión de la sabana.

Hasta hace poco se pensaba que el primer homínido rondaba la edad de los 4 millones de años (Ardipithecus ramidus), que llevaban una vida plenamente forestal. Pero hace poco se ha encontrado un cráneo en el Chad que se calcula una antigüedad de 7 millones de años, una época que corresponde al inicio de la diferenciación entre el hombre y el chimpancé (Sahelanthropus tchadensis, más conocido como Toumaï). Del análisis de los restos se puede saber que:

  • Por el tamaño del cráneo no podía tener un tamaño mayor que el de un chimpancé.
  • Capacidad craneal entre 320 y 380 cc.
  • Por la forma y ubicación de donde se conecta la espina dorsal, se puede pensar que podían caminar de forma erecta.
  • El esmalte dental es más grueso que el de un chimpancé, por lo que tendría una dieta con menos fruta.

Evolución y Lenguaje

Nuestra capacidad para generar habilidades lingüísticas está localizada, como no podía ser de otro modo, en el cerebro. El estudio de personas que han sufrido lesiones cerebrales que han afectado a sus capacidades lingüísticas nos proporciona los datos necesarios para localizar las zonas del cerebro que se dedican a procesar la información lingüística.

Las áreas del córtex que controlan la actividad lingüística están situadas, en el 95% de los seres humanos, en el hemisferio izquierdo. Estas áreas rodean a la corteza auditiva y se extienden por la mayor parte de los lóbulos temporales, llegando a tocar el lóbulo parietal y el lóbulo frontal. Los dos grandes centros de procesamiento del lenguaje son el área de Broca, encargada de la codificación del habla y la producción del lenguaje (también se piensa que puede regular aspectos relativos a la sintaxis), y el área de Wernicke, dedicada a la comprensión del habla. Estas áreas no son exclusivas de nuestra especie. Los neuroanatomistas Al Galaburda y Terrence Deacon han descubierto áreas del cerebro de algunas especies de monos que se corresponderían con las áreas del lenguaje en el cerebro humano. Estas regiones no intervienen en la producción de sonidos vocales ni tampoco en la producción de gestos. En los monos, estas áreas son usadas para reconocer secuencias de sonidos y para discriminar los sonidos de su propia especie de las llamadas de otras especies. El hecho de que en los monos aparezcan estas similitudes en cuanto a localización y al “cableado” de entrada y salida de información vendría a suponer que esta organización cerebral estuviera ya presente en el antepasado común a primates y humanos. La aparición del lenguaje específicamente humano se debería a una reorganización de los circuitos cerebrales de los primates que no desempeñarían papel alguno en la comunicación, y a los enlaces que se producirían con otras zonas del cerebro.

Según Steven Pinker, es posible que en un principio la aparición del lenguaje estuviera relacionada con el hecho de que ciertas zonas del córtex que se ocupan de efectuar cómputos abstractos pudiesen acabar enlazadas con las zonas que controlan el flujo de información. Los monos tota son capaces de emitir llamadas de alerta ante la presencia de depredadores, discriminando si se trata de un águila o de una serpiente. Es posible que llamadas de este tipo, que Pinker llama «cuasi-referenciales», quedaran bajo el control voluntario del córtex, llegando a combinarse para poder expresar sucesos más complejos. “Al mismo tiempo, se habría desarrollado una capacidad para analizar combinaciones de llamadas en segmentos discretos.”

No se sabe en qué momento de la evolución surge el proto-lenguaje, ni tampoco la velocidad a la que fue evolucionando, hasta llegar a convertirse en el sistema de comunicación tan complejo del que disponemos en la actualidad. Es posible que exista una vinculación entre la fabricación de útiles complejos y el desarrollo del lenguaje. La fabricación de artefactos con cierta complejidad solo es indicio de una mente compleja, y cabe la posibilidad de que esa mente compleja estuviese equipada para utilizar el lenguaje.

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