La Ilustración: Corrientes Estilísticas, Neoclasicismo, Prerromanticismo y Ensayo
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La Ilustración: Corrientes Estilísticas
Posbarroquismo
A comienzos del siglo XVIII predomina una literatura heredada de la tradición barroca, pero agotada en su sentido y forma. Los poetas imitan a Góngora, aunque carecen de su genio creador. Aparece entonces el movimiento denominado rococó, un Barroco menor, refinado y elitista.
Neoclasicismo
Es el estilo que mejor define la literatura ilustrada, y supone una vuelta al mundo clásico grecolatino. Las reglas y la imitación de la naturaleza son sus bases; el sentimiento está proscrito. Leandro Fernández de Moratín y José Cadalso son los autores más destacados.
Prerromanticismo
Sin abandonar el espíritu reformador, en las últimas décadas del siglo aparecen manifestaciones literarias que rechazan la normativa neoclásica y ensalzan los sentimientos frente a la razón. Es el inicio de una nueva literatura que se desarrollará en el siglo XIX. Algunos autores ilustrados como Jovellanos o Cadalso, se dejan llevar por los nuevos rumbos estéticos.
El Neoclasicismo
El ideal estético está basado en la razón y en la sobriedad.
El arte clásico
Se convirtió en el modelo a seguir de los ilustrados, motivo por el que a este movimiento estético se llama Neoclasicismo. Seguía los siguientes principios:
- Las obras literarias debían ser un reflejo de la realidad y manifestar un espíritu crítico.
- Los autores debían imitar a los escritores grecolatinos ajustándose a los cánones clásicos.
- La literatura tenía una intención didáctica.
- Los ilustrados españoles demuestran una gran preocupación lingüística. Se cuida la sencillez de la lengua frente a los excesos barrocos, se protege el idioma ante la entrada desmesurada de extranjerismos de influencia francesa y se incorporan vocablos nuevos.
El Ensayo
Fue la forma literaria más cultivada en prosa, dado que era el género más eficaz para difundir los propósitos reformadores de los ilustrados.
Los ensayistas más destacados fueron Feijoo y Jovellanos.
Benito Jerónimo Feijoo
El primer ensayista es el benedictino fray Benito Jerónimo Feijoo, catedrático de la Universidad de Oviedo que luchó por la modernización de la mentalidad española. La experiencia, la observación y la crítica eran para él la base del progreso humano. La obra de Feijoo, recogida en el Teatro crítico universal y las Cartas eruditas y curiosas tuvo como finalidad: divulgar el conocimiento, criticar las costumbres de la sociedad española y desterrar las supersticiones. Feijoo emplea un estilo sencillo en el que emplea multitud de ejemplos y anécdotas.
Gaspar Melchor de Jovellanos
Uno de los ilustrados más relevantes y de innegable influencia. Nacido en Gijón, Jovellanos estudió leyes y ocupó distintos cargos públicos, hasta llegar a ser ministro de Justicia. Tras su muerte, las cortes de Cádiz le nombraron benemérito de la patria. Mezcla en sus obras la intención didáctica y crítica del Neoclasicismo con un estilo que muestra una gran sensibilidad artística. Sus obras más importantes son: Memoria para el arreglo de la policía de espectáculos y diversiones públicas, Informe sobre la ley agraria. En ellas plasma su ideario político y social reformador.
Artículos Periodísticos y Prosa de Ficción
La prosa de ficción tuvo menos acogida en el siglo XVIII, ya que solo se podía cultivar si tenía un fin didáctico.
José Cadalso
Poseía una formación cosmopolita debido a los múltiples viajes que realizó por Europa. Escribió una de las obras más importantes pertenecientes a la crítica social, utilizada en la época para satirizar vicios o costumbres. Cartas marruecas es una obra inspirada en las Cartas persas de Montesquieu. Mediante el género epistolar y a través del punto de vista de tres personajes, Cadalso aborda los temas más preocupantes de la sociedad española del momento. También destaca la obra de Cadalso Noches lúgubres, que cuenta la desesperación del protagonista por la muerte de su amada.
La Poesía
Entre los géneros poéticos más cultivados destacan:
Anacreóntica y los Idilios de carácter pastoril
Influidos por el Renacimiento, es una poesía de carácter artificioso, que canta con delicadeza y gracia los placeres del amor, el vino, la fiesta o la danza.
Sátira, Epístola y Odas
Propias de una poesía de carácter social, tratan temas cívicos, como la amistad o la convivencia, y las conquistas humanas como la invención de la imprenta.
Fábula
Fue un género muy cultivado por los ilustrados, ya que responde a la preocupación didáctica del siglo. Son cuentos populares en verso que ofrecen una moraleja final y cuyos protagonistas son animales. Los fabulistas españoles más destacados son Tomás de Iriarte y Félix María Samaniego.
El Teatro
El teatro sigue siendo el género literario de mayor importancia social.
Los ilustrados se rebelaron contra la influencia de la comedia del Siglo de Oro y restablecieron los preceptos clásicos.
La tragedia
La tragedia neoclásica aborda temas de la Antigüedad clásica de la historia nacional, e intenta crear una tradición basada en héroes nacionales que puedan convertirse en ejemplos para la comunidad. El autor más conocido en el género trágico es Vicente García de la Huerta.
La comedia
La comedia es el género teatral típicamente ilustrado. Nicolás Fernández de Moratín, Iriarte y Leandro Fernández de Moratín son algunos de los dramaturgos más destacados.
La Prosa Romántica
La novela histórica
Trata temas de la historia de España, ambientados principalmente en la Edad Media. Destacan obras como El doncel de don Enrique el Doliente, de Larra, y Sancho Saldaña o El castellano de Cuéllar, de Espronceda, de carácter liberal; y El señor de Bembibre, de Gil y Carrasco.
El cuadro de costumbres
Se trata de la descripción inmovilista de una sociedad social típica, sin desarrollo dramático. Recrea temas de la actualidad del momento recurriendo a un lenguaje popular y expresivo.
El artículo periodístico
Nace del éxito que adquirió la prensa periódica, convertida en un medio de comunicación imprescindible. Los románticos se sirven del periódico para transmitir sus ideas de progreso. Mariano José de Larra es uno de los principales exponentes de este género.
El Teatro Romántico
Temas y finalidad
El teatro romántico aborda temas como el amor imposible, el azar, la libertad, la venganza y la rebeldía política o moral. La intención del drama romántico es llegar a la sensibilidad del espectador.
Personajes y escenarios
El héroe es un ser misterioso, valiente, amante de la libertad, que busca una felicidad inalcanzable y cuyo destino es desgraciado. Las historias se ambientan en panteones, paisajes solitarios y abruptos, mazmorras, cuevas y montañas.
Aspectos formales
Se rechazan todas las reglas; la libertad es el principio artístico más importante. Mezcla elementos trágicos y cómicos, prosa y verso, y triunfa la sorpresa frente a la verosimilitud del teatro neoclásico.
El Duque de Rivas y Zorrilla
El Duque de Rivas
Fue dramaturgo y poeta. Su obra principal, Don Álvaro o la fuerza del sino, en 1835, supuso el triunfo del romanticismo en España. El tema principal de este drama es la fatalidad, que persigue al protagonista hasta destruirlo.
Zorrilla
Cultivó varios géneros literarios y gozó de gran popularidad en su tiempo. Su obra más famosa es el drama romántico Don Juan Tenorio, que aborda temas como el amor apasionado, los convencionalismos sociales y el sentido del honor.
El Romanticismo
La Estética Romántica
La naturaleza se convierte en confidente del héroe y refleja su estado de ánimo. La literatura romántica rompe los límites de la realidad, está llena de misterio y elementos sobrenaturales, y utiliza formas distorsionadas y un estilo retórico efectista y exagerado.
La Poesía Lírica
Los temas poéticos más frecuentes son la libertad, los sentimientos -principalmente, el amor-, lo satánico y sobrenatural, la muerte, lo exótico y lo legendario. Se distinguen dos etapas en la cronología del género lírico romántico, con autores como José de Espronceda, Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro.