La Iglesia Católica frente a los desafíos modernos y su historia en España (Siglos XIX-XX)

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La Iglesia Católica ante los Desafíos Modernos

Condena del Liberalismo

Tras la Revolución Francesa, el liberalismo se extendió. Era una corriente de pensamiento racionalista e individualista que defendía la libertad de conciencia, pensamiento, palabra, culto y de imprenta. Proponía la separación de la Iglesia y el Estado. Consecuencias: matrimonio civil, divorcio, libertad de culto... Todo ello mermaba los privilegios de la Iglesia. Además, los gobiernos liberales legislaban en contra de ella. Apoyado y presionado, el Papa Pío IX condenó esos errores modernos en la encíclica Quanta Cura, acompañada por el Syllabus Errorum: 80 proposiciones erróneas que la Iglesia no podía aceptar.

Reacción del Proletariado

La desprotección del trabajador ante el paro, la enfermedad era total. Consiguieron permiso para asociarse y formar sindicatos. Pensadores de la época, observando la explotación obrera, intentaron buscar soluciones y así nació el socialismo utópico, que pretendía una sociedad igualitaria y fraterna, sin propiedad privada...

Doctrina Social de la Iglesia: la Rerum Novarum

En la primera mitad del siglo XIX, la Iglesia estuvo alejada de la realidad social, aunque se atendieron los problemas que surgieron en la nueva sociedad proletaria. En la segunda mitad del siglo, presionaron al Papa León XIII, que hizo la encíclica Rerum Novarum (1891), que fue el primer documento de la Iglesia en materia social. Esta huía de los extremismos marxistas, pero también atacaba al capitalismo. Los puntos son:

  • Defensa del derecho natural a la propiedad privada.
  • Defensa del derecho que tiene el trabajador a un salario digno.
  • Condena de la lucha de clases.
  • Reconocimiento del derecho de los obreros a la libre asociación para defender sus intereses.
  • Fijación de la doctrina por la que se le exige al Estado intervenir para asegurar los derechos públicos y privados y el apoyo a las iniciativas individuales y corporativas.

Postura de la Iglesia ante los Totalitarismos

La Iglesia se opuso radicalmente al comunismo porque negaba lo más esencial de la persona y porque perseguía todo tipo de religión. El Papa Pío XI condenó al comunismo en la encíclica Divini Redemptoris (1937). En principio, la postura de la Iglesia fue más flexible con el fascismo y el nazismo. Con Mussolini firmó el Tratado de Letrán (1929), zanjando el contencioso sobre los Estados Pontificios. Con Hitler firmó un tratado en 1933. Pasado un tiempo, el Papa Pío XI los condenó en las encíclicas Non abbiamo bisogno (1931) (fascismo) y Mit brennender Sorge (1937) (Alemania).

La Iglesia en España

La Iglesia en el siglo XIX

La Iglesia ocupaba un puesto importante en España. Tenía en sus manos casi toda la obra social: hospitales, hospicios, asilos, casas de caridad... así como la enseñanza. A pesar de ello, pasó por altibajos dependiendo del tipo de gobierno que hubiera. Con gobiernos liberales se produjeron la supresión de las órdenes religiosas y la desamortización de los bienes de la Iglesia por Mendizábal. Con gobiernos conservadores, la Iglesia recobraba su protagonismo y marchaba del brazo del poder estatal.

La Iglesia en el siglo XX

Se acrecentó el anticlericalismo y se produjo un distanciamiento entre la Iglesia, la sociedad obrera y la clase intelectual. En la Semana Trágica de Barcelona (1909) se quemaron y saquearon 50 iglesias y conventos. Durante la Segunda República, la Iglesia lo pasó mal. La Constitución de 1932 atacó frontalmente a la Iglesia: separación Iglesia-Estado, libertad de culto, se suprimen las órdenes religiosas, se prohibió la enseñanza religiosa. En la Revolución de Asturias fueron asesinados religiosos y quemadas iglesias. Durante la Guerra Civil (1936-39) murieron muchos obispos, sacerdotes, religiosos/as. Durante el gobierno de Franco, la Iglesia caminó del brazo con el Estado y se vio favorecida y controlada. Al llegar la democracia, la Iglesia optó por la separación de poderes y por la libertad de culto.

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