Identifica los grandes conflictos del sexenio

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6.10. Describe las CarácterÍSTICAS ESENCIALES DE LA CONSTITUCIÓN DEMOCRÁTICA DE 1869. En los primeros días de Octubre de 1868, tras el triunfo de la revolución de La Gloriosa, la Junta revolucionaria de la capital nombró un Gobierno provisional integrado únicamente por progresistas y unionistas, de forma que el general
Serrano fue proclamado presidente, el general Prim, ministro de la Guerra, y el almirante Topete, ministro de Marina. Este nuevo Gobierno convocó elecciones a Cortes constituyentes, que se celebraron en Enero de 1869 y que dieron la victoria a la coalición gubernamental de progresistas, unionistas y un sector de los demócratas. Las Cortes se reunieron en el mes de Febrero y crearon una comisión parlamentaria encargada de redactar una nueva Constitución (uno de los principales objetivos de los revolucionarios), que fue aprobaba el 1 de Junio de 1869. La Constitución de 1869 puede considerarse la primera Constitución democrática de nuestra historia. Prevalece (1.) el solemne reconocimiento de la soberanía nacional, de la que emanan tanto la legitimidad de la monarquía como de los tres poderes. Establece un (2.) amplísimo régimen de derechos y libertades: se reconocen los derechos de manifestación, reuníón y ASOCIACIÓN , la libertad de enseñanza y la igualdad para obtener empleo. De la misma manera, se reconoce la (3.) libertad de profesar de manera pública o privada cualquier religión, aunque el Estado debe mantener el culto y los ministros de la religión católica. El Estado se declara (4.) monárquico [monarquía democrática: el rey reina, pero no gobierna]. El (5.) poder ejecutivo reside en el Rey, que lo ejerce por medio de sus ministros. La (6.) potestad de hacer las leyes [poder legislativo] reside exclusivamente en las Cortes: el rey tan sólo las promulga, pero no puede vetarlas (como vemos, sus prerrogativas quedan bastante limitadas). Las Cortes [bicamerales] (7.) se componen de un Congreso de los Diputados y de un Senado. El primero elegido por SUFRAGIO UNIVERSAL (masculino) y DIRECTO en razón de un representante por cada 40.000 personas y los candidatos no precisan más condiciones que la de ser elector8 . El Senado es elegido también por SUFRAGIO UNIVERSAL (masculino), pero indirecto y los candidatos deben ser mayores de 40 años y haber desempeñado funciones públicas importantes, o poseer titulación superior o estar entre los grandes propietarios agrarios o industriales. Hay cuatro por provincia. En conclusión, esta Constitución ha sido valorada como la más avanzada en el constitucionalismo español del Siglo XIX. Incorpora los principios de la democracia, triunfante a partir de la Revolución de 1848 en Europa. Responde a la composición de la Asamblea Constituyente en la que eran clara mayoría los progresistas y monárquicos demócratas (176, dirigidos por Sagasta o Prim) y la izquierda con 70 republicanos (Figueras o Castelar), frente a 80 tradicionalistas, isabelinos y unionistas (Cánovas, por ejemplo). Había una nueva Constitución, pero España era una monarquía sin rey; por ello, se instauró una regencia presidida por el general Serrano, mientras que Juan Prim fue nombrado jefe de gobierno. Estaba descartada la vuelta de la familia borbónica; pese a ello, Cánovas del Castillo comenzó a formar un partido “alfonsino” para asegurar la defensa de los derechos de Alfonso, hijo de Isabel II, en quien abdicó en 1870. Mientras tanto, durante el año 1869 se produjeron diversos problemas que amenazaban la estabilidad del nuevo régimen: comenzó la guerra de Cuba, tras el “grito de Yara”, en demanda de la autonomía política; se reorganizaron los carlistas que promovían al pretendiente don Carlos VII, nieto de Carlos M.ª. Isidro, como rey legítimo y, finalmente, se sucedían los levantamientos y agitaciones republicanas en gran parte del país. A finales de Octubre de 1870 se logró solucionar la cuestión del rey en la persona de don Amadeo, duque de Aosta, que aceptó el trono tras obtener el consentimiento de las potencias europeas, y, por fin, las Cortes lo eligieron rey a mediados de Noviembre. Fue proclamado rey el 2 de Enero de 1871 iniciándose así una nueva etapa de MONARQUÍA DEMOCRÁTICA, aunque en realidad se caracterizó por una gran INESTABILIDAD POLÍTICA dados los escasos apoyos con los que contaba la nueva dinastía.

6.11. Identifica los GRANDES CONFLICTOS DEL SEXENIO y explica sus CONSECUENCIAS POLÍTICAS. El Sexenio
Democrático (Revolución Gloriosa de 1868, reinado de Amadeo de Saboyá –Enero 1871, Febrero 1873- y Primera República -Febrero 1873, Diciembre 1874-) es una de las etapas más agitadas de todo el Siglo XIX. Caben señalar tres conflictos: La guerra de Cuba (Guerra Larga: 1868- 1878), la Tercera Guerra Carlista (1872-1876) y la sublevación cantonal. La Guerra Cubana (Guerra Larga: 1868-1878) Cuba, fuente de recursos vital para España, era uno de los principales productores de azúcar y tabaco del mundo, un magnífico mercado para los productos textiles catalanes y una salida natural para la emigración española. En 1868 se inició, con el llamado “grito de Yara”, un conflicto en la isla de Cuba (Guerra de los Diez Años), uno de los últimos territorios coloniales españoles. La insurrección, dirigida por algunos propietarios criollos, como Manuel de Céspedes, contó rápidamente con el apoyo popular al prometer el fin de la esclavitud en la isla. Aunque el gobierno se mostró partidario de conceder reformas políticas a la isla, la negativa de los sectores económicos españoles con intereses en Cuba hizo imposible una solución pacífica al conflicto y convirtió la guerra en un grave problema. Esta primera Guerra de Cuba finaliza en 1878 con la Paz de Zanjón (ya en el período de la Restauración). En 1879 dará comienzo un nuevo conflicto, la Guerra Chiquita (1879-1880), y la posterior insurrección de 1895. La Tercera Guerra Carlista (1872-1876) Los carlistas, beneficiados por el clima de libertad que introdujo la Gloriosa, se habían reorganizado como fuerza política. La llegada de Amadeo de Saboyá dio argumentos a un sector del carlismo para volver a intentar métodos de insurrección armada y, en 1872, una vez que Isabel II ya ha abdicado en su hijo, se subleva, animado por las posibles expectativas de sentar en el trono a su candidato, Carlos VII. La rebelión se inició [durante el reinado de Amadeo de Saboyá] en el País Vasco y se extendíó a Navarra y a zonas de Cataluña. La proclamación de la República aceleró y animó el conflicto armado, que pasó del enfrentamiento con unas cuantas partidas armadas a un verdadero frente abierto, con un auténtico ejército y con el dominio de diversos territorios tradicionalmente carlistas. Entre las acciones bélicas de importancia cabe destacar el asedio a Bilbao, la victoria en la batalla de Montejurra (1873) y la toma de las ciudades de Éibar y Estella. En 1875 [Restauración], la intervención del ejército al mando del general Arsenio Martínez Campos forzó la rendición de los carlistas en Cataluña, Aragón y Valencia. Sin embargo, el conflicto continuó unos meses más en el País Vasco y Navarra, hasta su total rendición en 1876. La sublevación cantonal9 En el verano de 1873, siendo presidente de la República el federalista Pi y Margall, algunos territorios, especialmente áreas de Andalucía (Málaga), de Levante (Cartagena, Valencia), de Extremadura (Béjar, Plasencia), al comprobar que la aplicación de las propuestas del proyecto federal era más lenta de lo esperado, se declararon independientes [CANTONES10] y adoptaron sus propias políticas y leyes. Es la conocida como rebelión cantonal. Los protagonistas de los levantamientos cantonalistas eran un conglomerado social compuesto por artesanos, pequeños comerciantes y asalariados, dirigidos por federales intransigentes, decepcionados por el rumbo de los acontecimientos de la nueva República. Es, el del cantonalismo, un fenómeno complejo, al aunar las aspiraciones autonomistas de los republicanos federales con las aspiraciones de revolución social, introducidas en España a través de las ideas provenientes de la Primera Internacional. Pi y Margall fue sucedido como presidente de la República por Nícolás Salmerón quien no dudó en emplear el ejército dirigido por los generales Martínez Campos y Pavía para aplastar la rebelión (dando así un inmenso poder a los generales). La causa de su dimisión (Septiembre 1973) fue negarse a firmar unas penas de muerte impuestas por la autoridad militar contra activistas cantonalistas. Su sucesor, Emilio Castelar, tras suspender las sesiones de las Cortes, comenzó el asedio de Cartagena, el último reducto de la rebelión cantonal, que no caería en manos gubernamentales hasta el 12 de Enero de 1874, una semana después del golpe de Pavía que puso fin a la República federal dando paso a la dictadura de Serrano.

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