Hobbes y Locke: Origen del Estado y Derechos Naturales

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El Origen del Estado según Hobbes

El Estado de Naturaleza y la Necesidad de la Ley Natural

Para Hobbes, el origen de las sociedades está en el temor recíproco que se guardan entre sí todos los hombres en el estado de naturaleza. Las causas de dicho temor serían las siguientes:

  1. La igualdad de naturaleza por la que todos los hombres desean la misma cosa. Se trata de un instinto natural inevitable en el hombre y no tanto un "derecho", definido por Hobbes como libertad para usar las facultades naturales según la recta razón. La ausencia de razón presidiría las relaciones en el estado de naturaleza.
  2. La voluntad de dañarse mutuamente, así como el antagonismo entre los gustos y opiniones.

Dichas causas explicarían que el estado de naturaleza es un estado de guerra de todos contra todos, donde no hay derecho, justicia ni ley. Sin embargo, todavía restaría una esperanza al hombre, precisamente por estar dotado de razón. La razón, estima Hobbes, es la capacidad de prever y proveer a las necesidades del hombre mediante un cálculo prudente. Sin la razón, el hombre es incapaz de superar el estado de guerra de todos contra todos. En la razón natural humana encuentra su fundamento la ley natural. De ese modo, la ley natural es aquella ley racional que permite la superación del estado de naturaleza porque sujeta el instinto natural del hombre a poseerlo todo. Hobbes enunció hasta 20 leyes naturales en sus obras.

Las Leyes Naturales Fundamentales

La primera ley fundamental es la siguiente: buscar la paz en cuanto se tenga esperanza de obtenerla y, cuando esta sea imposible, usar todas las ventajas y auxilios de la guerra. De esta ley fundamental se deriva la segunda ley natural: cuando los demás también lo hagan, el hombre debe renunciar a su derecho sobre todo y contentarse con tener tanta libertad con respecto a los demás cuanta él mismo reconozca a los demás respecto de sí.

Esta segunda ley natural significa que el hombre abandona su instinto natural a poseerlo todo y puede así salir del estado de guerra. Los hombres podrían celebrar pactos entre sí por los que renuncian a su avidez natural, dado que los pactos, para ser eficaces, necesitan ser respetados, Hobbes pone el acento en la necesidad de respetar la palabra dada.

Del Estado de Naturaleza al Estado Civil

El respeto a los pactos en cumplimiento de la segunda ley, es clave para lograr el paso del estado de naturaleza al estado civil. Dicha ley permite la estipulación de un contrato entre los miembros de la sociedad por el que renuncian a su deseo de poseerlo todo y dan su consentimiento para someterse a una asamblea o a un solo hombre con el fin de lograr la paz. Al celebrarse este contrato se produce la aparición del Estado civil, también denominado por Hobbes persona civil por reunir la voluntad de todos los miembros de la comunidad que lo han constituido.

El estado civil aparece representado por una persona: el soberano, quien posee la autoridad suprema e independiente para gobernar y organizar la vida política y social. Los demás miembros de la persona civil son súbditos, quienes deben obedecer la voluntad del soberano.

La Justificación de la Monarquía Absoluta

Hobbes pretende justificar la monarquía absoluta: el monarca es la figura representativa del estado civil encargada de garantizar la paz y a quien se debe obediencia. Su doctrina carece de carácter racional y democrático por las siguientes razones:

  1. El contrato que dio aparición al estado civil es irreversible: los súbditos no pueden rescindirlo o dejarlo sin efecto.
  2. El poder soberano es indivisible, de modo que tampoco puede distribuirse en diversas instituciones que puedan limitarse mutuamente.
  3. Pertenece al estado el juicio acerca del bien y del mal: es la ley civil, emanada del soberano, la que determina el criterio de justicia.
  4. El soberano exige obediencia incluso frente a leyes o mandatos injustos.
  5. El estado civil resultante del contrato entre los ciudadanos no puede ser calificado de estado de derecho porque no queda sujeto a las leyes. El poder del soberano es absoluto.
  6. El estado se erige como autoridad religiosa, de modo que no reconoce la libertad religiosa.

John Locke y el Estado Liberal

John Locke fue uno de los más firmes defensores de los derechos de los ciudadanos, del estado democrático y de la tolerancia religiosa. Se puede destacar como concepto fundamental del que arrancaría su filosofía política el de derecho natural. La ley de la naturaleza, a diferencia de Hobbes, no es producto de la razón humana, sino que se identifica con el mandato de la voluntad divina que señala lo que está de acuerdo o no con la naturaleza racional del hombre. Por ese motivo, el origen y fundamento del poder político se encuentra en la voluntad divina.

El Papel de la Razón Humana y la Ley de la Naturaleza

Locke reconoce que son los hombres los que eligen al depositario del poder político mediante contrato, pues el fundamento divino del poder no supone una investidura directa. Así pues, el papel que desempeña la razón humana es de gran importancia, al ser la encargada de conocer e interpretar la ley de la naturaleza. La razón humana se limita a descubrir el mandato divino ínsito en la ley natural.

Con anterioridad a la constitución del poder político, la ley de la naturaleza prescribe la reciprocidad en las relaciones entre los hombres y gobierna el estado de naturaleza. En concreto, establece lo siguiente: siendo todos los hombres libres e iguales entre sí, ninguno debe dañar a otro en su vida, salud, libertad o propiedad.

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