Historiografía Imperial: Tito Livio, Suetonio y Tácito

Historiografía imperial: Tito Livio

Tito Livio (59-17 a.C) es conocido por su obra Ab urbe condita, la cual junto con la Eneida, es un monumento literario dedicado a la memoria del pueblo romano. Con esta obra, Livio contribuyó a la política imperial de promoción de los valores morales y religiosos de la antigua Roma.

Ab urbe condita abarca desde la fundación de la ciudad (753 a.C.) hasta el año 95 a.C. Livio utiliza elementos míticos, tradición latina y datos históricos para mostrar su admiración por el pasado de Roma, la valoración de las costumbres de los antepasados y la defensa de los valores tradicionales. Su obra conserva leyendas, hechos religiosos y sociales de gran valor para el estudio del pueblo romano. Livio es un maestro de la narración, busca elementos pintorescos y utiliza discursos para caracterizar personajes y situaciones. Su estilo de escritura es analítico y su lengua tiene un carácter arcaico y poético.

Suetonio: Vida de los Doce Césares

Suetonio escribió Vida de los Doce Césares, una sucesión cronológica de biografías de los emperadores romanos sin un nexo de unión. Cada biografía sigue un esquema diferente en extensión y estructura. Suetonio presta especial atención al retrato físico, los hábitos y la psicología de los emperadores.

Tácito y su obra histórica

Tácito representa el momento culminante de la historiografía romana y sabe captar con maestría el periodo conflictivo de la historia de Roma (Tiberio, Nerón, etc.).

Las obras históricas de Tácito incluyen Annales (16 libros que abarcan desde la muerte de Augusto hasta Nerón), Historiae (5 libros que abarcan desde la muerte de Nerón hasta Domiciano), Germania (monografía geográfica y etnográfica sobre los germanos) y Agricola (biografía encomiástica de su suegro, el general Julio Agrícola, quien conquistó las islas Británicas).

Tácito sigue la línea trazada por Salustio y los principios moralizadores y las leyes de la elocuencia de Cicerón. Busca las causas de los hechos y su obra es una galería de ejemplos de los que extrae una lección moral. Destaca en la pintura de los caracteres y la penetración psicológica. El personaje mejor trazado es el de Tiberio, pero también sabe reflejar las reacciones de la multitud como personaje colectivo. Estilísticamente se caracteriza por el uso de una lengua y estilo nuevos a base de arcaísmos, neologismos, giros poéticos, concisión, sintaxis asimétrica, descripción de escenas dramáticas, uso de discursos y descripción indirecta de los personajes.

La oratoria y la retórica

La oratoria se define como el arte de la persuasión por medio de la palabra. En el sistema político republicano, donde había libertad de expresión y el sistema judicial tenía cierta independencia, la oratoria se desarrolló de manera fecunda. Tenía una doble aplicación:

• Arma política: mediante la oratoria, los políticos podían obtener votos y influir en la voluntad del Senado.
• La oratoria era imprescindible en las causas judiciales, donde los abogados debían persuadir a los jueces a favor de sus clientes.

Con la desaparición de la libertad política y la independencia judicial en la época imperial, la oratoria se convirtió en un género literario ejercitado solo en las escuelas.

Existían tres tendencias o escuelas:

• Escuela aticista: defendía la sobriedad y concisión en el discurso, al estilo de Lisias. En Roma, esta escuela estaba representada por Bruto y Catón de Útica.
• Escuela asianista: esta escuela era partidaria de la abundancia, amplitud y estilo florido. Estaba inspirada en los retóres de Asia Menor. Hortensio era el principal representante en Roma.
• Escuela rodia: manteniendo la amplitud, abundancia y brillantez del discurso, buscaba el equilibrio y el gusto. El discípulo de Rodas en Roma era Cicerón.

Cicerón

Cicerón recibió una educación completa en Roma y Grecia. Fue alumno de los más célebres oradores y se convirtió en el principal representante de la oratoria en Roma. Llevó la prosa clásica latina a su máxima perfección.

Escribió obras preceptivas sobre retórica como De inventione, De oratore, El Brutus y El Orator. En De oratore, Cicerón expone las cualidades que debe tener un orador. En El Brutus, traza la historia de la oratoria romana. Y en El Orator, expone la teoría de los tres estilos: el sencillo, el moderado y el sublime.

La actividad de Cicerón como orador político y jurídico se desarrolló a lo largo de su vida pública. Como abogado defensor, destacan sus discursos Pro Sulla y Pro Archia poeta. Como político, destacan las Catilinarias y las Filípicas. La potencia oratoria de Cicerón se capta por su ingenio y por toda una serie de recursos que emocionan y cautivan al auditorio.

Quintiliano

Quintiliano recibió una sólida formación en contacto con los grandes oradores y ejerció la profesión de rector. Abrió una escuela de retórica y su obra maestra es De institutione oratoria.