Historiografía en la Antigüedad: Características, autores y obras

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LA HISTORIOGRAFÍA

1. Características generales

Para los griegos el término historia no significaba sólo “relato de acontecimientos ordenados con un criterio cronológico”, sino que designaba el conocimiento adquirido por descubrimiento o investigación sobre algo que sucedió como consecuencia de la intervención del hombre.

El paso hacia una Historia que implicaba una referencia a hechos acontecidos en un pasado más o menos próximo, desvinculados de las tradiciones épicas, y que intentaba dar una descripción de las transformaciones de una sociedad y de sus causas se produjo en Grecia a mediados del siglo V a.C.

Los griegos Heródoto (484-420 a. C.) y Tucídides (465-395 a. C.) fueron los primeros historiadores en la Antigüedad, y Polibio (llevado a Roma como rehén en el 168 a. C.) introdujo la literatura historiográfica en Roma.

La historiografía griega conlleva una visión del mundo racionalista: el historiador debe tratar de justificar el porqué de los hechos ocurridos. A los romanos, a partir de Polibio, no les interesaba ya el «porqué», sino el «para qué», tenían que encontrar en el pasado la justificación de su poderío presente.

Etapas, autores y obras

2.1. Los primeros historiadores romanos: los analistas

Los primeros historiadores romanos (finales del siglo III a. C.) recibieron el nombre de analistas porque recogieron en sus obras acontecimientos históricos que, tomando al troyano Eneas como punto de partida, seguían una cronología anual y dieron a sus obras el título de Annales. Los analistas primitivos escribieron sus obras en griego, y no en latín, por ser la lengua de los griegos la originaria del género histórico.

Entre estos primeros analistas se encuentran Fabio Píctor, Cincio Alimento y Postumio Albino.

Aunque su ejemplo no fue seguido inmediatamente, Marco Porcio Catón (234-139 a. C.), conocido como Catón el Viejo, fue el primer historiador que empleó el latín en una obra Origines (se conservan unos fragmentos). Catón cambió la concepción anterior de la historia romana. La Historia de las gestas de Roma había sido la historia de los grandes imperatores; las grandes familias con ello veían colmadas sus ansias de gloria. Para él, que no era de noble linaje, el protagonista de la Historia de Roma era el pueblo romano, y la visión de la ciudad de Roma pasa a ser la de Italia entera.

Los analistas posteriores a Catón, entre los siglos II y I a. C., adoptarán el uso de la lengua latina, favorecida por el dominio de Roma. Entre estos analistas antiguos se cuentan Casio Hemina, Mucio Escévola, Valerio Antíate y Claudio Cuadrigario.

Los analistas tenían una visión muy estrecha de la Historia, tan sólo les interesaba la de Roma, que tuvieron que crear artificialmente, preocupándose más por la coherencia que por la veracidad; si carecían de documentación, se inventaban o deformaban los hechos, siempre para proteger el orgullo nacional.

2.2.- Nuevas tendencias: monografías

Aunque muchos historiadores de los últimos tiempos de la República puedan insertarse todavía dentro de la corriente analística, algunos historiadores comienzan a escribir monografías, en las que narran sólo sucesos singulares o breves períodos de tiempo.

César (100-44 a. C.), militar y estadista, en su faceta literaria abarcó diversos géneros: retórica, epistolografía, poesía, etc.; pero, sobre todo, destaca como historiador.

Bajo el título genérico de Comentarios (Commentarii) se conservan dos obras: La Guerra de las Galias (De Bello Gallico, en siete libros)y La Guerra Civil (De Bello Civili, en tres libros). La primera obra narra en tercera persona las campañas que el propio César dirigió para la conquista de las Galias (entre los años 58-52 a. C.); la segunda obra narra, también en tercera persona, los sucesos ocurridos durante la guerra entre César y Pompeyo (años 49-48 a. C.).

Gayo Salustio Crispo (86-35 a. C.), era un plebeyo de origen sabino. En política, apoyó a Julio César, quien llegó a nombrarle gobernador de Numidia. A la muerte de César, se retiró de la vida pública para dedicarse a sus trabajos históricos.

Las dos obras íntegras que se conservan de Salustio son Bellum Catilinae (La conjuración de Catilina), relato de la conspiración del líder político romano Lucio Sergio Catilina (acaecida en el 63 a. C.), y Bellum Iugurthinum (La guerra de Yugurta), historia de la guerra librada a finales del siglo II a. C. por los romanos contra Yugurta, rey de Numidia.

2.3.- Nuevas tendencias: biografías históricas

En la época de finales de la República, Cornelio Nepote introdujo en Roma la historiografía biográfica, subgénero desarrollado más tarde por Suetonio.

Cornelio Nepote (100-25 a. C.) escribió un De viris illustribus (biografías de diversos personajes, romanos y extranjeros) y un De excellentibus ducibus (una serie de vidas de grandes generales extranjeros), una Vida de Catón el Viejo y una Vida de Ático (amigo suyo y de Cicerón).

Gayo Suetonio Tranquilo (69-126 d. C.) fue un erudito enciclopédico del que se conserva fragmentariamente la obra De viris illustribus,y completa su De duodecim Caesarum vita (Vida de los doce Césares), en la que narra las vidas de los doce primeros emperadores, incluido Julio César.

2.4.- La historia global: Tito Livio

Tito Livio (59 a. C.-17 d. C.) pasó la mayor parte de su vida en Roma, donde fue tutor del futuro emperador Claudio. Su obra Historia de Roma desde su fundación (Ab urbe condita) era una narración en 142 libros de acontecimientos ocurridos desde la fundación de la ciudad en el 753 a. C. hasta el 9 a.C.

Del total, sólo se conservan 35: relatos semilegendarios sobre los orígenes de la ciudad y sobre la segunda guerra púnica y las guerras macedónicas.

2.5.- El arte al servicio de la historia: Tácito

Gayo Cornelio Tácito (55-120 d. C.) desempeñó diversos cargos y magistraturas y destacó como orador antes de dedicarse a la historiografía.

Dentro del género historiográfico, cultivó la biografía con De vita et moribus Iulii Agricolae, obra en la que retrata a su propio suegro como un romano tradicional en un mundo decadente. Escribió también Germania, en la que hace una descripción de pueblos en los que cree ver las mismas virtudes que dieron a Roma su grandeza. Pero las dos obras con las que se consagró fueron Historias (parcialmente conservada) y Annales. La primera abarca los sucesos del año 68, en el que se sucedieron los emperadores Nerón, Galba, Otón y Vitelio, y el comienzo de Vespasiano. La segunda obra abarca de Augusto a Nerón.

Tácito pone su arte al servicio del análisis histórico, creando una historia llena de patetismo y de efectos estéticos que ponen su relato muy próximo a la tragedia.

2.6.- Los escritores de resúmenes

La gran extensión de algunas obras historiográficas hizo que surgiera en época tardía un nuevo género que consistió en elaborar resúmenes de obras mayores, que fuesen de más fácil consulta.

Lucio Anneo Floro (entre los s. I-II d. C.) resumió la Historia de Roma de Tito Livio en su Compendio de la historia romana (Compendium historiae Romanae).

Mario Juniano Justino (s. II) en sus Historias Filípicas resumió una obra no conservada (Historia Universal) del historiador Pompeyo Trogo.

Flavio Eutropio, historiador romano del siglo IV, escribió un Breviarium ab urbe condita (compendio de la historia romana en diez volúmenes) a petición del emperador Valente a quien dedicó su obra.

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