Historia del Movimiento Obrero: De los inicios a la Segunda Internacional (SEO)

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1. El Movimiento Obrero: De los inicios a 1848

1.1 De artesanos a proletarios

A mediados del siglo XVIII, las condiciones de trabajo en Inglaterra fueron cambiando. Al implantarse la libertad de producción, que permitió la creación de nuevas manufacturas, los antiguos artesanos perdieron todos sus privilegios. Los trabajadores de las nuevas manufacturas eran campesinos que habían emigrado a la ciudad para conseguir trabajo, en especial, artesanos arruinados que se transformaron en proletarios, carentes de toda propiedad salvo su prole. Necesitaban trabajo y eran contratados por el propietario del taller para cumplir la jornada laboral a cambio de un salario. El trabajo asalariado fue configurando una nueva clase obrera que se consolidaría al iniciarse la era de la fábrica.

Las fábricas afianzaron un nuevo orden laboral: jornadas de hasta 15 horas, un ritmo de trabajo constante y sin descanso aplicado también a mujeres y niños, una dura disciplina y unos salarios bajísimos. Además, el proceso de mecanización condujo al paro a amplios sectores de trabajadores manuales, como los tejedores ingleses. El desempleo, los salarios bajos, la dura disciplina, las jornadas agotadoras... generaron una creciente conflictividad. Los trabajadores se hicieron conscientes de la explotación a la que eran sometidos.

1.2 Los primeros conflictos y el ludismo

Cambios en el mundo del trabajo: Conflictos aislados y motines.

Asociaciones obreras: Prohibidas en Francia (Ley de Chapelier) y en Inglaterra (Combination Acts).

Cerca de Nottingham, a principios del siglo XIX, el ejército reprimió una manifestación de trabajadores que se quejaban de los telares para la fabricación de medias. En protesta, incendiaron más de 60 telares. La destrucción se asoció al capitán Ned Ludd, que adquirió una dimensión mítica. Su nombre fue utilizado para firmar las cartas de amenazas a los propietarios de máquinas. Los luditas consideraban que las máquinas agredían los intereses de los trabajadores porque provocaban el paro.

Ludismo: Se extendió por regiones industrializadas de Inglaterra y el continente europeo, siendo objeto de persecución gubernamental.

1.3 El socialismo utópico

Frente a la emergente sociedad capitalista, se alzaron voces críticas que denunciaban las injusticias del nuevo sistema e idearon nuevas formas de organizar la sociedad. Fueron propuestas que determinarían lo que se denominó como socialismo utópico.

  • Babeuf y Blanqui consideraban que la igualdad social se alcanza por la violencia que impondría una minoría a través de una dictadura revolucionaria.
  • Charles Fourier defendió la creación de falansterios, sociedades donde todos compartirían todas las tareas.
  • Étienne Cabet diseñó un país comunista de total igualdad social.
  • Robert Owen defendió la organización de trabajadores en cooperativas sin salarios ni propietarios.

1.4 La forja del sindicalismo

Con la experiencia en la lucha y el soporte de las ideas del socialismo utópico, los obreros sintieron la necesidad de crear organizaciones propias, independientes de los grupos burgueses. Así, fueron constituyendo agrupaciones estables de trabajadores. Estas sociedades empezaron a formular alternativas a la sociedad capitalista.

El primer tipo de organización obrera fueron las Sociedades de Socorro Mutuo, a menudo clandestinas. Actuaban como sociedades de resistencia y estaban, en muchas ocasiones, formadas por antiguos artesanos. Ayudaban a los trabajadores en caso de enfermedad o paro y organizaban las primeras huelgas gracias al cobro de cuotas, que permitía crear cajas de resistencia.

A pesar de las prohibiciones, la formación de uniones locales de sociedades obreras se extendió desde 1820. Sus acciones, junto a las movilizaciones radicales, consiguieron la abolición en Gran Bretaña de las Combination Acts (1824) y la consolidación del derecho de asociación.

Pronto se planteó la necesidad de coordinar todos los sindicatos de un país. Hubo diversos intentos, entre los cuales destaca en Inglaterra la creación de la Asociación Nacional para la Protección del Trabajo, formada por asociaciones de construcción, textil, metalúrgicas y mineras. Se dotó de un semanario y apoyó la campaña a favor de la reforma electoral que incorporase el sufragio universal. Pero no se consiguió. El fracaso de la acción política acabó con la Asociación y abrió un período de discusiones que llevaron a la formación de la Grand National Consolidated Trades Union (GNCTU). Esta organización agrupó a la mayoría de sindicatos, impulsó acciones reivindicativas y alentó, con la influencia de Owen, la creación de cooperativas de producción como medio para avanzar hacia una nueva sociedad. La reacción del gobierno y de los empresarios, y el fracaso de las cooperativas, acabaron con la GNCTU.

1.5 El cartismo

En la configuración del cartismo tuvo un papel importante la experiencia de los obreros de la GNCTU. La persecución a la que fueron sometidos sus miembros convenció a los dirigentes obreros de la necesidad de participar en política para poder cambiar las leyes y poder intervenir en las relaciones laborales. En 1836, un grupo de obreros fundó la Working Men's Association, que elaboró la llamada Carta del Pueblo, inspiradora de la acción colectiva de los trabajadores hasta 1848. Los objetivos del movimiento cartista eran: el sufragio universal masculino y secreto, un sueldo para los diputados que posibilitase a los trabajadores el ejercicio de la política, y la reunión anual del legislativo.

1.6 La experiencia revolucionaria de 1848

En 1848, el protagonismo obrero se desplazó desde Inglaterra al continente, donde halló en la revolución de París un punto de inflexión para el futuro del movimiento obrero. En febrero, los trabajadores franceses lucharon junto a la burguesía liberal contra las fuerzas conservadoras y tuvieron una importante participación en la caída de la monarquía y en la implantación de la II República Francesa. Los aliados de febrero se convirtieron claramente en antagonistas en junio. La experiencia del fracaso llevó a las asociaciones obreras a plantearse si era necesaria una alternativa obrera autónoma. Así, se abrieron las puertas a nuevos planteamientos doctrinales, poniendo fin a la actuación interclasista desarrollada hasta entonces.

2. Las grandes corrientes ideológicas del obrerismo

2.1 El marxismo

Toma el nombre de Karl Marx, quien, junto a Friedrich Engels, calificó el primer pensamiento socialista de utópico y elaboró una teoría que era un programa de acción para cambiar la sociedad: el socialismo científico. Sus palabras evidencian esa voluntad. Su corpus doctrinal tuvo un primer referente en el Manifiesto Comunista. El análisis de la realidad política y social posibilitó la elaboración de la teoría marxista, que se asienta sobre tres grandes ejes:

  • El análisis del pasado: a través de la lucha de clases, del antagonismo entre opresores y oprimidos, considerado el motor del desarrollo histórico. Se originaba en las relaciones sociales de producción.
  • La crítica del presente: en función del análisis del sistema capitalista. Marx explicó que la explotación burguesa es condición inherente al capitalismo.
  • La necesidad de superar este presente: se asocia a un proyecto de futuro, la sociedad comunista, a la que se llegaría con la toma del poder político por los trabajadores. Se abriría, de esta forma, una situación transitoria de dictadura del proletariado para conseguir la desaparición de todas las clases y construir una sociedad igualitaria.

2.2 El anarquismo

No tiene un cuerpo doctrinario tan homogéneo como el elaborado por Marx y Engels. El primer referente del anarquismo fue Pierre-Joseph Proudhon, quien consideraba la propiedad un robo y defendió un sistema social basado en el trabajo autónomo y en la expansión del mutualismo y del cooperativismo. La difusión de estas ideas por activistas vinculados a las luchas reivindicativas y revolucionarias daría fuerza al anarquismo. El ruso Mijaíl Bakunin desempeñó un papel decisivo. Planteó que la revolución estaría protagonizada por todos los sectores oprimidos de la sociedad y sería el resultado de la lucha espontánea de las masas contra la explotación. Su objetivo era la destrucción del Estado y la creación de una sociedad igualitaria a partir de la libre asociación. Se consideró el ideario libertario.

3. La época de la Primera Internacional (1864-1881)

3.1 La Asociación Internacional de Trabajadores (AIT)

Fue creada en Londres (1864) por delegados de asociaciones obreras inglesas, francesas, italianas y alemanas. Tenía un consejo general dirigido por Marx, que redactó los principios básicos: la emancipación de la clase obrera debía ser obra de los trabajadores mismos, que conquistarían el poder político para acabar con la sociedad burguesa e implantar el socialismo. Los primeros congresos de la AIT se celebraron en Ginebra, Lausana (1867) y Bruselas (1868). Se adoptaron medidas que influyeron en las reivindicaciones obreras: reducción de la jornada laboral, supresión del trabajo infantil, mejora de las condiciones laborales de la mujer, desaparición del ejército permanente y socialización de los medios de producción. Estos acuerdos no impedían la existencia de discrepancias internas, que llevaron al enfrentamiento abierto entre Marx y Bakunin. Marx controlaba la AIT y gran parte de los acuerdos reflejaban sus posiciones. Frente a él, Bakunin defendía la abolición del Estado y no su conquista. Las delegaciones de los países más industrializados (Inglaterra, Alemania) apoyaban las ideas de Marx, y las de los países más agrícolas (España, Francia, Italia) daban apoyo a las tesis bakuninistas.

3.2 La Comuna de París

El conflicto estalló en julio de 1870. Francia fue derrotada en la batalla de Sedán y el ejército alemán llegó a las puertas de París, lo cual provocó el hundimiento del imperio de Napoleón III, que quedó prisionero de Bismarck. Se formó, en 1871, un nuevo gobierno de carácter conservador, encabezado por Thiers, que preparó la capitulación ante los alemanes. Las clases populares de París no aceptaron ni su nuevo gobierno ni sus intenciones de capitular, y se produjo la llamada insurrección popular. El gobierno tuvo que abandonar la ciudad y refugiarse en Versalles. Se realizaron unas elecciones que llevaron a la constitución de la Comuna de París (marzo-mayo 1871), un gobierno de república democrática y social. La Comuna organizó la resistencia de París y emprendió un conjunto de reformas: reforma de la justicia, abolición policial, entrega de empresas abandonadas a cooperativas obreras... En mayo, las tropas de Versalles y los prusianos consiguieron tomar París. La represión fue durísima, con fusilamientos, detenciones y deportaciones. El obrerismo francés quedó debilitado.

3.3 Crisis y disolución de la AIT

El enfrentamiento ideológico entre Bakunin y Marx estaba incubando una crisis en la AIT, que la guerra franco-prusiana y la derrota de la Comuna precipitaron de forma irreversible. La AIT, acusada de instigar la insurrección, fue ilegalizada en la mayoría de países y sus miembros fueron perseguidos. La ruptura entre los dos sectores se formalizó en el congreso de La Haya (1872). Los bakuninistas fueron expulsados. La AIT oficial, muy debilitada, se trasladó a Nueva York, donde languideció hasta 1876, año en que se disolvió. Se había consolidado la primera gran escisión en el movimiento obrero, entre marxistas y anarquistas.

4. Sindicatos de masas y partidos obreros

4.1 Los avances del sindicalismo

El mundo del trabajo experimentó importantes transformaciones desde 1880. El crecimiento del capitalismo produjo un extraordinario aumento del proletariado industrial. La difusión del socialismo favoreció la constitución de un nuevo sindicalismo mucho más masivo. Muchos sindicalistas empezaron a exigir la intervención del Estado para arbitrar los conflictos, frenar los abusos patronales y garantizar una legislación laboral. Como resultado de esta presión, se produjeron las primeras legislaciones laborales:

  • Trabajo de niños y mujeres: En 1892, se fijaron los 12 años como edad mínima para trabajar. En la última década del siglo XIX, se prohibió el trabajo nocturno femenino y se estableció un reposo obligatorio después del parto.
  • Seguros obligatorios: Alemania fue el estado pionero en crear seguros obligatorios para los trabajadores en caso de enfermedad, accidente, invalidez y vejez.
  • Jornada laboral: En gran parte de los países industrializados, se estableció la jornada de 10 horas en los talleres y de 8 en las minas. Las 8 horas de trabajo diario no se alcanzaron hasta después de la Primera Guerra Mundial.

4.2 Partidos y sindicatos socialistas

Se empezaron a crear partidos políticos obreros. El primero y más importante fue el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), de inspiración marxista. El SPD pretendía conquistar el poder político a través de la acción revolucionaria no violenta para implantar una sociedad socialista. Definió lo que serían las líneas esenciales de la socialdemocracia europea: por un lado, realizar reformas democráticas y sociales; por otro, mejorar las condiciones de la clase obrera. En 1912, se convirtió en la primera fuerza del parlamento alemán. Con casi un millón de militantes, era la fuerza más importante y el modelo de referencia de los otros partidos obreros. El SPD potenció la creación de sindicatos nacionales que consolidaron la práctica de las negociaciones colectivas entre empresarios y obreros, y recurrieron a la huelga como medio de presión. Se establecía, así, una clara distribución de las funciones entre el partido, que concentraba los objetivos políticos, y el sindicato, dedicado a la acción reivindicativa y subordinado a la estrategia política del partido.

5. La Segunda Internacional

5.1 Fundación y objetivos

Se fundó en París (1889) y se configuró como una organización homogénea ideológicamente, ya que solo incorporó partidos socialistas. En 1900, se incorporó una buro socialista internacional. Las resoluciones adoptadas en el congreso fundacional reclaman leyes para la protección de los trabajadores, la jornada laboral de 8 horas y la abolición del trabajo infantil. Condenaron la guerra, a la que consideraron consecuencia del orden capitalista. A partir de aquí, la Internacional estableció una serie de principios que se mantendrían a lo largo del siglo. Creó algunos símbolos del movimiento obrero y la celebración del 1 de mayo, el Día del Trabajador. Con esto, cabe destacar la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas.

5.2 Los grandes debates

Fue el gran foro de debate de los problemas que afectaban al movimiento socialista. Se reafirmó la lucha de clases como base de la acción política social. El colonialismo configuró un segundo gran espacio de debate. Un sector lo denunciaba como una forma de explotación capitalista y defendía la obligación de combatirlo y potenciar en las colonias la revolución socialista. Finalmente, ante la espiral bélica, se rechazó la guerra, considerada un producto del enfrentamiento entre los estados capitalistas. Se debería frenar con la huelga general o la movilización revolucionaria. Con la Primera Guerra Mundial, la mayoría de los partidos socialistas sucumbieron a la oleada nacionalista y abandonaron los postulados pacifistas. La euforia patriótica les llevó a votar los créditos de guerra y a ponerse al lado de sus respectivos gobiernos. Las divergencias anteriores cristalizaron en dos concepciones opuestas sobre lo que debería ser el movimiento socialista: revolucionario o reformista. Tres grandes grupos se conformaron: 1) patriotas, partidarios de la guerra; 2) pacifistas moderados, contrarios a la guerra y que defendían la neutralidad; 3) revolucionarios. Las tesis revolucionarias fueron materializadas por los bolcheviques, dirigidos por Lenin. Se formalizó, así, la escisión comunista y la decisión soviética.

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