Héroe a mi pesar

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En la década de 1950, cuando comenzó la recuperación de la literatura gallega, surgíó un grupo de jóvenes, incorporando a nuestra narrativa nuevos motivos y nuevas técnicas de relación, al igual que los hombres del grupo We que se acercaban a las nuevas tendencias culturales de Occidente, son miembros de la  nueva narrativa gallega
 . No es posible hablar en sentido estricto de una escuela o grupo homogéneo, pero une su formación universitaria, con claras preocupaciones de gallegos, viajeros en Europa y conocedores de la literatura europea y estadounidense. A nivel literario, su intención innovadora y el deseo de una ruptura formal con la tradición narrativa.
Aunque el nombre es un cáliz de  Nouveau Román- El movimiento contemporáneo francés, no es la única influencia, ni siquiera la más notable. Participan en la concepción desintegradora de la novela tradicional practicada por escritores del s. XX (de los años 10 al  nouveau Román
 ) huyendo de la historia de la biografía, la vida literaria, de un héroe problemático. Interesan la narrativa sin caminar lógico, incluso sin protagonista individual y sin historia: recogen de  
M. Proust  la descripción meticulosa de los estados de ánimo (novela psicológica), de  Kafka,  el mundo atormentado, con protagonistas aislados e impotentes ante una realidad extraña y absurda; por  J. Joyce,  la exploración del monólogo interior; por  W. Faulkner la destrucción de la lógica temporal (retrospectivas, perspectivas, minutos eternos, eternidades muy breves ...); del psicoanalista  Sigmund Freud  la presencia del complejo mundo del subconsciente (traumas, sueños, símbolos ...). O nueva  novela aboga por el objectalismo, da a las cosas la misma importancia que los personajes, que ya no serán el centro; el protagonista se reduce a un pronombre US, IT ..., cuya identidad no le interesa, quién está perdido, quién busca no sabe, quién no sabe por qué está allí ... Y para presentar las situaciones utilizamos la vista, que recorre la superficie de las cosas y nos presenta las formas, los límites y los contornos (como una cámara de cine). La obra de arte se reduce al puro formalismo, a una construcción ingeniosa y artificialmente técnica. En palabras de Mª Xosé Queizán, una de las autoras, ella trata de  "elaborar la novela sin tema, sin caminar lógicamente, sin buscar; no hay héroe, ni historia, ni anécdota "

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