La Guerra Civil Española: Un enfrentamiento ideológico que dividió al país

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La guerra civil supuso el enfrentamiento entre las clases dirigentes y populares en España. Las reformas republicanas y el temor a que el gobierno popular las reiniciara tras su victoria en las elecciones desencadenó la revuelta militar contra el gobierno de la República. Desde que el Frente Popular gana las elecciones en 1936, varios generales conservadores comienzan a planear una conspiración contra el gobierno republicano, pero nada de esto va a funcionar hasta que el general Mola encabeza los preparativos para el golpe de estado. Este fue liderado y planeado por los generales Mola, Sanjurjo y Franco. El objetivo del golpe de estado era instaurar un modelo político similar al de la dictadura de P. de Rivera, estableciendo un poder autoritario que desalojara al gobierno republicano y cancelara las libertades constitucionales.

La sublevación comenzó el 17 de julio en Marruecos. Franco se trasladó desde Canarias a Marruecos y se puso al frente de la rebelión. El golpe de estado triunfó en las zonas agrícolas más atrasadas y fracasó en las más pobladas e industrializadas. Este fracaso del golpe de estado dividió al país en dos zonas y daría lugar al comienzo de la guerra civil. La guerra civil se caracterizó por su significación ideológica y por la internalización de esta. La opinión pública internacional se dividió entre los dos bandos enfrentados en España como causa de lo que ocurriría 3 años después en todo el mundo con el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Los rebeldes pronto encontraron la ayuda de Hitler, Mussolini y voluntarios derechistas. El Vaticano y la Iglesia también dieron apoyo internacional a los sublevados. Gracias al papel del Partido Comunista en el Frente Popular, la URSS se convirtió en el principal vencedor y también aportó profesores militares para sus tropas. Por todo el mundo surgió un movimiento antifascista de solidaridad con la causa republicana que se vio en la formación de las Brigadas Internacionales, que eran voluntarios que prestaron ayuda a los republicanos. El conflicto español podía convertirse en el inicio de una guerra global y para que esto no ocurriese se formó el Comité de No Intervención, al que se unieron Francia, Alemania, Italia, la URSS y Portugal. Este comité tenía que impedir que ninguna potencia extranjera se uniera al conflicto español, pero este objetivo no se cumplió, ya que Alemania, Italia y Portugal colaboraron con los rebeldes y la URSS con los republicanos.

Tras fracasar el golpe de estado y la muerte de Sanjurjo, los rebeldes crearon una Junta de Defensa Nacional con el objetivo de gobernar la zona, que nombró al general Franco general de los ejércitos y jefe del gobierno. Franco quiere conseguir la unificación de todas las fuerzas políticas sublevadas y para ello crea un Decreto de Unificación que dará lugar a la formación de un partido único que se llamará Falange Española y la JONS. El nuevo régimen perseguirá y encarcelará a los falangistas y carlistas que se opusieron a la unificación. Desde 1938, el régimen franquista comenzó a elaborar leyes, nombró un consejo de ministros y se aprobó el Fuero del Trabajo y el estado se hizo confesional. Todas estas leyes ayudarían a perfilar el régimen dictatorial que surgiría tras la guerra. Los sublevados desataron una sangrienta represión que afectó a partidarios de la República.

En los primeros meses, los gobiernos de la República tuvieron dificultades para conseguir el orden público. Además, se desató una represión incontrolada en la zona republicana contra partidarios de los sublevados. Cuando a principios de 1937 la República consigue recuperar el orden público, la represión desaparece. Tras el golpe de estado, Casares es sustituido en la jefatura del gobierno republicano por Giral. Este autorizó repartir armas entre las milicias e impidió el triunfo del pronunciamiento. Ante las continuas victorias rebeldes, Giral dimite y es sustituido por Caballero, que consiguió formar un gobierno en el que estaban todas las fuerzas republicanas (gobierno de la victoria) y elaboró un programa de gobierno en el que se le daba prioridad a ganar la guerra. Este consigue organizar el ejército republicano y frenar las ofensivas sobre Madrid. El gobierno de Caballero caería poco después por las pérdidas y la mala gestión que realizó en Barcelona. Se formará un nuevo gobierno presidido por Negrín con el objetivo de dar un impulso a las medidas iniciadas por Caballero aunque fracasó por la falta de apoyo internacional. Su gobierno intentará conseguir una paz negociada al mismo tiempo que intentaba fortalecer su posición con la resistencia militar. Esta táctica no tendrá ningún resultado ya que se abandonó la República definitivamente en el pacto de Munich. Tras el pacto de Munich, Negrín diseñará una estrategia de resistencia militar para conseguir alargar el conflicto hasta el estallido de una guerra en Europa entre Alemania y los demócratas occidentales.

Fases de la Guerra:

  1. La guerra de movimientos (1936): La zona nacionalista estaba dividida en la zona norte (Mola) y la zona sur (Franco). El primer objetivo de los rebeldes era unir las zonas, hecho que consiguieron, y el segundo fue la toma de Madrid, pero en Madrid la resistencia fue durísima y los republicanos consiguieron salvar la capital. Mola conquistó Irun e intentó asaltar Madrid por Guadarrama.
  2. La batalla de Madrid (1936): El avance del ejército provocó que el gobierno presidido por Caballero y Azaña se trasladase a Valencia. Las batallas que crean esta batalla fueron:
    • Las de la Ciudad Universitaria y Casa de Campo (1936)
    • La batalla del Jarama en la que los republicanos impidieron que Franco cortara la carretera sur de Valencia.
    • Batalla de Guadalajara (1937)
    • Batalla de Brunete (1937): El ejército republicano fracasó en su intento de acabar con el ejército de Franco para relajar la presión sobre Madrid y el frente norte.
  3. El frente del norte (1936-37): En 1936, Mola toma San Sebastián e Irun, ocupa la frontera francesa y corta las comunicaciones de los territorios cantábricos fieles a la República con Francia. En estos momentos, los republicanos tienen dos problemas: el aislamiento de sus zonas y la escasez de armamento. En 1937, Franco cambia su objetivo y lo fija en la zona republicana del norte. Las tropas franquistas hicieron varias tomas: la de Bilbao en junio, la de Santander en agosto y Asturias en octubre. Mola moriría en esta campaña.
  4. La batalla del Ebro: En 1937, el ejército republicano tomó Teruel, pero la contraofensiva de las tropas franquistas dividirá al territorio republicano en 2. Los republicanos lanzarán la ofensiva del Ebro en 1938 para recuperar la conexión territorial de las 2 zonas. En noviembre, el ejército popular es derrotado.
  5. El fin de la guerra: Después de la victoria del Ebro, los ejércitos franquistas ocupan Cataluña en 1939. Soldados republicanos y civiles se exiliaron. Mientras, Casado depone al gobierno de Negrín y negocia con Franco la rendición. El 28 de marzo, el ejército de Franco entra en Madrid y el 1 de abril la guerra había terminado.

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