Guerra Civil Española (1936-1939): Desarrollo, Consecuencias y Posición Internacional
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Guerra Civil Española (1936-1939)
1. La sublevación militar
1.1 La conspiración
El triunfo de la coalición frentepopulista en las elecciones de febrero de 1936 propició la conspiración militar en un clima ya enrarecido desde la revolución de octubre. Los partidos de la derecha, que habían formado el Bloque Nacional dirigido por José Calvo Sotelo en las recientes elecciones, junto a la Falange fundada por Primo de Rivera, aprovecharon el asesinato de Calvo Sotelo en Madrid como pretexto para la insurrección militar.
El desarrollo del golpe de estado
El golpe de estado comenzó en Marruecos, cuando el general Yagüe se alzó al mando de las tropas de Melilla, Ceuta y el Protectorado. El presidente del gobierno, Casares José Giral, ordena la entrega de armas a la población para la defensa de Madrid. El día 19, Franco se pone al frente de las tropas africanas, las mejor preparadas. En el triunfo del golpe fue decisiva la rapidez de actuación de los insurrectos y en su fracaso la capacidad de reacción de las fuerzas populares y de los cuerpos de seguridad.
2. Desarrollo de las operaciones militares
El fracaso transformó el golpe en una guerra civil que truncó las esperanzas de modernización puestas en la República. Se pueden distinguir 4 etapas:
El frente de Madrid
Fracasado el golpe de estado, el objetivo militar inmediato era la conquista de Madrid, cuya toma pondría fin a la guerra. El primer escollo a superar era cruzar el estrecho bajo control de la marina republicana. Yagüe ocupó Badajoz, donde ejerció una feroz represión que dejó muchos muertos. La guerra de columnas dio paso a la guerra de posiciones defendidas mediante trincheras bajo el lema '¡No pasarán!'. El objetivo de ocupar Madrid y terminar la guerra había fracasado.
El frente norte
Fracasada la batalla de Madrid, el bando nacional cambia de estrategia con Mola al mando y el apoyo italiano y alemán. La Legión protagonizó los sistemáticos bombardeos de la población civil. Además, las tropas nacionales podían concentrar todo su esfuerzo en el frente este.
El frente este (noviembre 1937)
El resto de las operaciones militares se desarrollaron en el frente este. Para impedir el avance hacia Valencia y ganar tiempo, el ejército republicano lanzó una ofensiva, iniciándose la durísima batalla del Ebro, la más cruenta de toda la guerra por el número de bajas. Estas campañas supusieron un enorme desgaste para el ejército republicano.
La caída de Cataluña y el fin de la guerra (1938-1939)
Desde finales de 1938, las tropas de Franco avanzan hacia Cataluña, a donde se había trasladado el gobierno republicano. En Madrid, las tensiones entre el presidente Negrín, apoyado por los comunistas, partidario de resistir a cualquier precio hasta el que considera inminente estallido de una guerra europea, y los sectores favorables a buscar una negociación con Franco, concluyen con el golpe del coronel Casado del 5 de marzo. El 1 de abril, Franco anuncia el fin de la guerra.
La posición internacional ante la guerra
Al iniciarse la guerra, el Comité de No Intervención, impulsado por Gran Bretaña y Francia, impone una política de neutralidad. Pese a esta política de neutralidad, los dos bandos contarán con apoyo exterior, especialmente los insurrectos. Portugal facilita las comunicaciones y la llegada de ayuda a través de su territorio, y también proporciona armamento. Además, el apoyo del capital americano y británico, que suministran petróleo y créditos, fue trascendental en las primeras semanas de la guerra.
Evolución política
El gobierno republicano reaccionó con lentitud ante el pronunciamiento militar, viéndose pronto sobrepasado por las milicias de partidos y sindicatos que habían conseguido frenar a los rebeldes.
La España republicana
Como reacción al pronunciamiento militar, el gobierno republicano presidido por Santiago Casares presentó su dimisión. Para hacer frente a los rebeldes, Giral ordenó la entrega de armas a las organizaciones obreras, quienes constituyeron milicias de defensa. Contuvieron el golpe militar, pero el poder se fraccionó y actuaron de forma autónoma y caótica en muchos casos. La represión, que fue especialmente virulenta en los primeros meses, se dirigió hacia la iglesia, la aristocracia y los simpatizantes de los partidos golpistas. Pero para ganar la guerra era necesaria la coordinación de los esfuerzos y la recuperación de un poder centralizado. Los republicanos, la mayoría de los socialistas y los comunistas, entendieron que para conseguir el apoyo de las democracias europeas era necesario moderar la revolución y dar una imagen exterior más contenida. El Ejército Popular surgió de la incorporación de los milicianos al ejército leal a la República. Cuando los franquistas entran en Madrid a finales de marzo, no habrá ya ningún gobierno republicano que ofrezca resistencia.
La España nacional
En la España nacional, es muy pronto el poder se concentró en Franco. Al planificarse el golpe de estado, se asignó al general Sanjurjo la dirección del mismo. Se creó entonces una Junta de Defensa Nacional, constituida por los generales golpistas y presidida por Cabanellas. Se militarizó la vida política. La represión se dirigió contra todas las fuerzas republicanas, especialmente los trabajadores y sindicatos.
Consecuencias
La guerra civil tuvo importantes consecuencias demográficas, materiales y políticas. En cuanto a las demográficas, se pueden cuantificar en más de medio millón de víctimas. Los exiliados republicanos fueron cerca de 500,000, entre los que se encontraban intelectuales y científicos. En cuanto a las consecuencias económicas, se destacan la destrucción del tejido industrial y el enorme endeudamiento. Finalmente, la guerra trajo como consecuencia política una larga dictadura, la feroz represión sobre los vencidos y el aislamiento internacional.