La Guerra Carlista y el Reinado de Isabel II

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El nacimiento de la Princesa Isabel en 1830

traía consigo importantes consecuencias. La llegada de los Borbones había supuesto el establecimiento de la Ley Sálica, es decir, la imposibilidad de que las mujeres pudieran acceder al trono español. Por consiguiente, la inexistencia de un heredero varón, unido a los intereses que tenía el hermano del rey, Carlos María Isidro, en obtener el trono, derivaría en una disputa con gran transcendencia en el reinado de la futura Isabel II.

La Primera Guerra Carlista

Fue un conflicto de una transcendencia sin igual, que no solo marcaría los primeros años del reinado de Isabel II, sino que más bien vendría a ser relevante para la totalidad de su tiempo en el trono.

1ª Etapa

Se caracteriza por la difusión del carlismo en el norte de España, especialmente en las zonas más rurales. Aunque en un principio los carlistas actuarán siguiendo la guerra de guerrillas, poco a poco irán organizando un ejército que pondrá en jaque a los liberales. Esta fase culminará con la muerte de Zumalacárregui, uno de los generales más destacados de los carlistas en el sitio de Bilbao en 1835.

2ª Etapa

Comienzan las expediciones carlistas por el resto del territorio español, especialmente destacan la de los generales Cabrera y Gómez. Incluso el propio Carlos María Isidro tomará partido en las mismas tratando de asediar Madrid, sin embargo la mayor parte de estos ataques culminan en un fracaso estrepitoso, marcando el principio del fin del bando carlista.

3ª Etapa

Los carlistas comenzarán a perder territorios y, en paralelo, a dividirse internamente entre los apostólicos y los más moderados. Finalmente la postura de los segundos terminaría plasmándose en el llamado Convenio de Vergara que cristalizaría en el abrazo que se dieron los generales Espartero y Maroto. A través de este acuerdo se respetarían los fueros vascos y navarros y, además, se reintegrarían a las tropas carlistas en el ejército isabelino.

El Reinado de Isabel II

Isabel accedió al trono con tan solo 3 años de edad, por lo que fueron necesarios varios gobiernos de regencia, a través de los cuales se dirigiría el reinado en su nombre. Será la madre de Isabel II quien gobierne por su hija en los primeros años de su reinado.

Regencia de María Cristina

Distinguimos 3 etapas dentro del periodo de regencia de María Cristina. La primera etapa cuenta con personajes como Cea Bermúdez y Javier de Burgos, quien en 1833 elaboraría una división provincial que, con escasos cambios, se mantiene en la actualidad. La insuficiencia de las reformas, así como la presión de la guerra carlista provocará que la regente llame a Martínez de la Rosa para conformar gobierno.

El Motín de la Granja

La difícil situación por la que atravesaba la monarquía española le hizo llevar a cabo la desamortización de los bienes eclesiásticos, es decir, procedió a su nacionalización para posteriormente ponerlos a la venta en subasta pública. Las razones de ello debemos encontrarlas tanto en las necesidades hacendísticas, como en el anticlericalismo de estos momentos, fruto del apoyo que la iglesia le dará, en su mayoría, a la causa carlista. La ruptura entre el estado y la iglesia se mantendría hasta 1851.

Regencia de Espartero

El general Espartero había construido una gran fama al mando de las tropas isabelinas en el contexto de la primera guerra carlista. Ello le granjeará la oportunidad de ser regente de la reina Isabel. Si bien Espartero era progresista, pronto encontraría problemas con estos, a la par que también lo haría con los moderados. Pronto otros militares empezarían la resistencia contra Espartero, siendo esencial la ejercida por Narváez que se pronunciaría en 1843 y lograría que Espartero dimitiera y decidiera exiliarse.

Los Partidos Políticos

En el contexto del reinado de Isabel II, surgieron diferentes partidos políticos con posturas y objetivos diversos. Los moderados preferían el sufragio censitario muy restringido, eran partidarios de limitar los derechos y solían estar cercanos a las posturas de la iglesia. Por otro lado, los progresistas defendían la soberanía nacional, el sufragio más amplio, la limitación del poder de la iglesia y derechos más amplios. También surgirán grupos republicanos que pensarán que la república es un sistema político más justo y racional.

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