El Grupo del 27: Trayectoria, etapas e influencias

Generación del 27

Contexto y características

Los poetas del Grupo del 27 comparten características generacionales: fechas de nacimiento próximas, formación intelectual semejante, relaciones personales (Residencia de Estudiantes), participación en actos colectivos y revistas (homenaje a Góngora, Litoral, Verso y prosa), influencia inicial de Juan Ramón Jiménez, lenguaje generacional y conciencia del anquilosamiento de la generación anterior.

Su obra, con peculiaridades individuales, se adscribe a las vanguardias europeas: rigor artístico, actitud minoritaria, pureza estética, deshumanización del arte (Ortega y Gasset), lenguaje metafórico y simbolista.

Se interesan por la poesía popular (Cancioneros y Romanceros) y la culta (poetas del XVI y XVII como Fray Luis, Góngora, Quevedo). Del siglo XIX, les influye Bécquer; de la generación anterior, Juan Ramón Jiménez y Ramón Gómez de la Serna.

Etapas del Grupo del 27

1. Ideal de pureza (1922-1928): Predomina la poesía pura: supresión del sentimiento, búsqueda de la belleza, rigor constructivo, poemas breves.
2. Mayor compromiso (rehumanización, 1928-1936): Menor cohesión. Algunos mantienen la poesía pura; otros (Aleixandre, Alberti, Cernuda, Lorca) exploran vanguardias como el ultraísmo y el surrealismo. Se intensifica la rehumanización y la crítica a la realidad española.
3. Postguerra: El grupo se dispersa. En el exilio, surge la nostalgia de la patria. En España, un humanismo angustiado y existencial.

Federico García Lorca

Personalidad y obra

La personalidad de Lorca muestra vitalidad y un malestar íntimo, presagio de su trágico destino. Este malestar impregna su obra: el destino trágico y la frustración son temas recurrentes. Su rigor poético une pasión y perfección, humanidad y pureza estética, con profundas raíces populares.

Etapas de la obra de Lorca

1. Primera etapa (1921-1928): Influencias de Bécquer, Modernismo y Juan Ramón Jiménez. Obras clave: Canciones, Poema del cante jondo (expresa su dolor a través del cante andaluz) y Romancero gitano (culminación de la fusión entre lo culto y lo popular).
2. Segunda etapa (1929-1936): En Poeta en Nueva York, denuncia la sociedad capitalista con técnicas surrealistas. Compone el Diván del Tamarit (inspirado en la poesía árabe-andaluza) y Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (fusión de lo popular y lo vanguardista). Finalmente, los Sonetos del amor oscuro lo consagran como un gran sonetista.