Geografía Urbana: Evolución y Tipología de los Espacios Urbanos en España
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1. Los Espacios Urbanos: Definición e Identificación
1.1 La Ciudad y los Espacios Urbanos
Una ciudad se considera un tipo de localidad que la administración estatal clasifica como tal. La geografía urbana se orienta al análisis de los espacios urbanos y considera la ciudad como una parte importante de los mismos, ya que es el núcleo donde reside gran parte de la población. Los espacios urbanos presentan una mayor densidad de población, un mayor desarrollo de los usos artificiales del suelo y unas interrelaciones humanas más complejas.
1.2 Cómo Identificar los Espacios Urbanos
Criterios Cuantitativos
Los criterios más comunes son los cuantitativos, que parten de la consideración de que los espacios urbanos están más poblados que los rurales. La geografía utiliza como criterio cuantitativo la densidad de población, partiendo del principio de que los espacios rurales son amplios y continuos, y entre ellos aparecen localidades, mientras que los espacios urbanos son puntuales y acumulan una alta densidad de población en un espacio relativamente pequeño. El resultado es un mapa de densidad de población mundial con las siguientes características:
- Se considera urbano aquel espacio donde al menos el 50% de la población del municipio vive en celdas con 300 habitantes.
- Se reconocen las ciudades porque en ellas reside el 50% o más de la población del espacio urbano.
Criterios Cualitativos
Existen también otros criterios, como:
- El predominio de usos o aprovechamientos del suelo, asociados a actividades de los sectores secundario y terciario.
- El paisaje, caracterizado por la existencia de grandes masas edificadas con tramas complejas y grandes vías de comunicación.
- Algunos criterios más subjetivos, propuestos por sociólogos, como la prevalencia del individualismo y de relaciones sociales poco intensas.
2. Los Espacios Urbanos en España
Los espacios urbanos en España están concentrados en unas pocas zonas, localizadas preferentemente en el litoral, tanto peninsular como insular, y en particular en el área mediterránea. Existen dos grandes áreas urbanas, Madrid y Barcelona. Por debajo de esas dos áreas principales, destacan otros dos centros urbanos, Valencia y Sevilla. El litoral levantino peninsular, entre Valencia y Alicante, muestra una amplia densidad de espacios urbanos que en ocasiones forman un extenso conjunto continuo. Sevilla conecta con el litoral mediterráneo andaluz. Otros espacios importantes se localizan en el litoral atlántico gallego. En las islas, los grandes espacios urbanos se articulan en torno a las capitales autonómicas.
3. Desarrollo y Tipología de Espacios Urbanos
3.1 El Fuerte Desarrollo de los Espacios Urbanos
Los espacios urbanos están experimentando un fuerte desarrollo, que se explica por varios factores:
- El crecimiento de la actividad económica y de las comunicaciones e interconexiones entre los territorios, asociados al proceso de globalización, que tienen en las ciudades sus nodos o centros.
- La fuerte penetración del modelo anglosajón, caracterizado por viviendas de poca altura con amplias zonas verdes.
- La deslocalización de actividades y personas desde las ciudades, la búsqueda de suelo más barato y la necesidad de evitar las deseconomías de congestión que se producen en las grandes ciudades.
3.2 Tipología de Espacios Urbanos
La Ciudad
Consta de un centro histórico o casco antiguo, unos barrios y distritos adyacentes y una periferia.
- El centro histórico, núcleo o casco antiguo: Es el espacio en el que se desarrolló la ciudad en su pasado y desde el que ha crecido posteriormente. Suele ser un área monumental, que conserva los restos arquitectónicos del pasado que, a menudo, constituyen museos al aire libre. También puede albergar el distrito central de negocios, más conocido por sus siglas en inglés, CBD o city, donde se concentran las funciones centrales de la ciudad. En algunos casos, puede existir una zona degradada, empobrecida, habitada por personas mayores y grupos sociales marginados o de inmigrantes recién llegados que no disponen de recursos suficientes para vivir en un barrio mejor.
- Los barrios y distritos adyacentes: El barrio es la unidad básica de la ciudad y está constituido por un número importante de manzanas, con un pasado común.
- La periferia: La forman los espacios situados en las afueras, que se están edificando y que aún no tienen las características de un barrio.
El Área Metropolitana
El área metropolitana es un conjunto urbano complejo o aglomeración urbana formada por una ciudad central y otras localidades con las que mantiene intensos flujos y juntas crean una unidad funcional. Las localidades de un área metropolitana pueden estar gestionadas por un ayuntamiento propio o por el de la ciudad cabecera. En un área metropolitana se diferencian las siguientes zonas:
- El área suburbana: Es la zona de expansión de la ciudad y su primer anillo edificado. Coincide con la periferia y es administrada por el ayuntamiento.
- El área periurbana: Es el anillo exterior, formado por zonas rurales cuyos municipios están habitados por residentes que trabajan en la ciudad o que alberga actividades en las que una parte importante de sus trabajadores vive en la ciudad o en otros municipios del área metropolitana.
- El área rurubana: Es la zona más alejada, eminentemente rural, pero que con la llegada de población urbana y su diferente modo de vida, empieza a transformarse.
La Conurbación
Una conurbación es un territorio con un gran continuo urbanizado que incluye una o varias áreas metropolitanas, formado a partir del crecimiento de esas áreas, que mantienen entre sí intensas relaciones.
4. El Proceso de Urbanización Español
Se denomina proceso de urbanización a aquel en el que se produce un aumento de la población que vive en espacios urbanos, mientras disminuye la que lo hace en espacios rurales.
4.1 Industrialización y Urbanización
El proceso de industrialización y el ritmo al que se realizó en España determinaron el proceso de urbanización. El proceso industrializador fue tardío, lento y con altibajos. Se inició a mediados del siglo XIX y avanzó lento e intermitentemente hasta 1936, cuando da comienzo un periodo de retroceso como consecuencia de la Guerra Civil Española y la primera posguerra, que se prolonga hasta 1955. En general, la industrialización española, ante la falta de capital y de tecnología, se basó en la existencia de mano de obra barata. Será en la etapa de la industrialización acelerada y definitiva cuando los espacios urbanos experimenten el mayor crecimiento.
El éxodo rural fue protagonizado por la población joven, en edad de trabajar y tener hijos, incrementando y rejuveneciendo la población de las ciudades, mientras el campo se envejecía. Esta llegada de población y su posterior crecimiento supusieron una gran demanda de vivienda y de suelo para construirla. Esto tuvo como resultado:
- El espacio de la ciudad, de los municipios próximos y bien comunicados con ella, creció, configurándose las áreas metropolitanas.
- La ciudad heredada tuvo que modificarse para dar cabida a esa población y adecuarse a sus necesidades. Hizo su aparición la especulación urbana.
- La industrialización vino acompañada del desarrollo de los transportes: ferrocarril, tranvías, automóviles.
- Otra consecuencia del desarrollo industrial en el proceso de urbanización fue la producción de nuevos materiales de construcción.
4.2 El Modelo Posindustrial
Las ciudades españolas adoptaron el modelo posindustrial, que en España se caracterizó por:
- Una disminución notable en el ritmo de los flujos migratorios del campo a la ciudad.
- El comienzo de la salida de población joven desde los barrios tradicionales edificados en la fase industrial.
- Un crecimiento de la ciudad: la formación de áreas metropolitanas, ahora en fuerte expansión.
- Un envejecimiento progresivo de la ciudad y un rejuvenecimiento de las localidades rurales y las pequeñas ciudades cercanas.
- El potente desarrollo de la segunda residencia, consecuencia del aumento de las rentas familiares y la multiplicación de los transportes públicos.
El aumento de las rentas de los españoles facilitó el acceso a la vivienda: así, en 2007 el 82% de los españoles eran propietarios de su vivienda principal.
Se implantó definitivamente el planeamiento urbano.
5. Etapas del Proceso de Urbanización hasta los Años Setenta
5.1 El Centro Histórico de la Ciudad Industrial
La población campesina que llegó a las ciudades ocupó los centros históricos, que se densificaron: los viejos edificios crecieron en altura. En general, las viviendas eran insalubres, por lo que se convirtieron en focos de infecciones. A este crecimiento por implosión se debe gran parte de la irregularidad de nuestros cascos antiguos. Las ciudades que acogían el éxodo rural comenzaron a derribar las murallas que las constreñían, produciéndose un crecimiento extramuros.
Pero otra zona del centro estaba habitada por grupos con elevados niveles de rentas, en su mayoría miembros de la élite liberal que comenzaban a regir los destinos de la ciudad desde los nuevos ayuntamientos. Construyeron grandes vías, calles rectilíneas y anchas que conectaban la ciudad con los espacios exteriores. Realizaron pequeñas reformas, los llamados alineamientos. Derribaron viejos edificios para construir otros nuevos más cómodos, sanos y habitables, lo que significó la pérdida de un importante patrimonio histórico-artístico y cultural de la ciudad.
Los Ensanches
Surgen como el modelo de crecimiento de la ciudad de acuerdo con las nuevas ideas de la sociedad liberal.
Los primeros ayuntamientos en realizar planes de ensanche fueron Barcelona y Madrid, pero casi todas las ciudades españolas llevaron a cabo los suyos. Los principios básicos del planeamiento de los ensanches eran:
- Buscar la higiene y la calidad de vida, que se asociaban a infraestructuras y dotaciones.
- Buscar la asociación de estos tres conceptos: bello, útil e igualitario, que se encontró en la idea de plano geométrico, con manzanas de edificios cuadrangulares, uniformes, abiertas y ajardinadas.
- Prever el futuro crecimiento de la ciudad, asegurando suelo urbano y planeamiento. Esto tuvo dos consecuencias importantes: la modificación de los planes iniciales y el mantenimiento de la segregación social del espacio urbano.
En los años cincuenta cambió el modelo de ensanche, se abandonó la idea geométrica inicial y se pasó a un modelo de manzanas regulares edificadas en torno a grandes bulevares, de los que partían calles adyacentes. En los años setenta, los ensanches estaban prácticamente acabados y ocupados, y se optó por aplicar nuevas formas de planeamiento en la expansión urbana: el modelo racionalista, de altos bloques de viviendas con zonas ajardinadas en su entorno, una jerarquización de su viario y una zonificación de los barrios en áreas residenciales, espacios destinados a la producción y zonas de servicios. En las afueras de las ciudades comenzaron a surgir urbanizaciones exclusivas de viviendas unifamiliares, con una elevada dotación de espacios verdes y de ocio.
5.2 La Aparición de las Periferias
En la segunda mitad del siglo XIX aparece un nuevo espacio urbano en las ciudades españolas, la periferia y los suburbios, ante la incapacidad del centro histórico y los ensanches de absorber toda la demanda de suelo y vivienda, y en particular de viviendas baratas. Los nuevos barrios surgieron lentamente y, en la mayoría de las ciudades, no tuvieron importancia hasta finales del siglo XIX y principios del XX. Los primeros se edificaron de manera planificada, con una buena dotación de servicios y de espacios públicos y de recreo. Muchos de estos barrios, entonces periféricos, forman en la actualidad parte de la ciudad.
El Estado, preocupado porque esta situación pudiese agravar el clima de malestar social existente, puso en marcha diversas iniciativas para construir. Se trataba de colonias de viviendas unifamiliares, de una o dos alturas y con un pequeño huerto, situadas en las afueras de la ciudad. Los diferentes gobiernos elaboraron varios planes de casas baratas, pero su impacto fue muy escaso, principalmente por la insuficiencia de dinero para financiarlos. Las empresas construyeron poco para estos grupos sociales, ya que obtenían más beneficios haciéndolo para los grupos adinerados, que podían pagar precios más elevados. A finales del siglo XIX y principios del XX surgieron iniciativas privadas de carácter filantrópico, como las ciudades jardín, inspiradas en el modelo anglosajón creado por Howard.
En España, este modelo, apoyado financieramente por la Iglesia Católica, instituciones de beneficencia, sindicatos, el Estado, etc., se llevó a cabo en muchas ciudades, pero no se construyó ninguna nueva ciudad, sino colonias en las afueras de las ciudades que se ofrecían a precios muy bajos a las clases trabajadoras. En Madrid, el arquitecto Arturo Soria y Mata, en 1882, planteó una iniciativa que se adelantó por poco al planteamiento de Howard: la Ciudad Lineal. Con este proyecto se pretendía:
- Aprovechar el suelo barato de las afueras de Madrid, pero solucionando el problema de la lejanía utilizando los nuevos sistemas de transporte: el tranvía y el ferrocarril.
- Mejorar la calidad de vida de los residentes, al igual que lo pretendía el modelo de ciudad jardín.
El proyecto quedó inconcluso ante la falta de capacidad de compra de los trabajadores madrileños. Ante esta situación, los grupos sociales con bajo poder adquisitivo solo tuvieron dos opciones: quedarse en los hacinados cascos históricos o irse a vivir a los suburbios, donde los propietarios de suelo rural, viendo la posibilidad de negocio, lo dividieron en pequeñas parcelas que vendieron. Por debajo de esta situación estaban las barriadas de chabolas, donde familias carentes de recursos se autoconstruyeron con material reutilizado casuchas en las que cobijarse.