El Franquismo: Características, Apoyos Sociales y Proceso de Institucionalización
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El franquismo es el régimen político impuesto por Franco tras ganar la guerra civil. La ideología franquista se caracteriza por los siguientes principios:
- Antiliberalismo: No se permite el parlamentarismo ni la separación de poderes. La autoridad fue legitimada por la victoria en la guerra.
- Anticomunismo: Se opone a la izquierda y se realiza una fuerte labor propagandística contra el comunismo.
- Autoritarismo: Se exalta la figura de España afirmando que es un enviado de Dios.
- Nacional catolicismo: Se impone la religión católica junto con su legislación, prohibiendo cualquier tipo de organización regionalista.
- Militarismo: Se utiliza una simbología militar y los modos castrenses en la escuela y otras organizaciones del movimiento para perpetuar el régimen y conectarlo con glorias pasadas.
- Manipulación de la historia: Se lleva a cabo una manipulación de la historia para justificar el régimen.
Características del sistema político franquista
Carencia de libertades, ya que se suspende la constitución de 1931 y se establece la ley máxima de fuero de los españoles, la cual recogía una declaración de derechos muy limitada. No se reconocía, entre otras, la libertad religiosa, de expresión, política o sindical. Además, había una censura de prensa desde 1938 y muchos españoles fueron llevados a consejos de guerra hasta 1975.
Era un régimen de partido único, ya que se unificaron en el partido FET y de la JONS y se ilegalizaron el resto de asociaciones políticas. Los sindicatos empezaron a ser un sindicato vertical. En el Frente de Juventudes y de la Seu se utilizaban como elementos de transmisión ideológica, sin embargo, se mantenía la diversidad de criterios entre las familias políticas.
Había una concentración de todos los poderes en la figura de Franco. Tras la supresión de la constitución de 1931, tenía un poder sin límites y se declaraba responsable solo ante Dios y la historia. Era una dictadura personal en la que él era el jefe absoluto y tenía el poder absoluto. En 1942 se aprobó la ley de Cortes, pero no cambió la situación. La España de esta época estuvo marcada por la división permanente de la sociedad, ya que el bando vencedor reprimió duramente al vencido e impuso su ideología.
La última característica de este sistema político era su gran adaptabilidad, ya que se asemejaba más o menos a una ideología dependiendo del momento histórico.
Apoyos sociales
El ejército fue el apoyo más fiel y, con el concordato, adquirió presencia en las altas instituciones del estado. De este concordato deriva, entre otros, el derecho de presentación de Franco a través del cual presentaba tres nombres al Papa para arzobispados. A partir del Vaticano II y la modernización de la iglesia, se produjo un distanciamiento.
Falange y Requete fueron los que proporcionaron los pilares ideológicos de la dictadura. En 1939, en España había alrededor de 6500 falangistas, ya que Falange y Requete tenían entre sus manos el poder social y sindical del régimen. A partir de 1958, se impone la denominación de Movimiento Nacional al intento de modernización del régimen. También contó con el apoyo de la derecha general, de los grupos monárquicos, de los terratenientes, empresarios y pequeños y medianos propietarios.
Proceso de institucionalización
Desde 1939 hasta 1959, durante esta fase se produce la Segunda Guerra Mundial y España se declara neutral, pero muestra simpatía por las potencias del Eje. Cuando estas pierden fuerza, vuelve a su neutralidad. Se intenta dar a España un aire más liberal. Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, se produce un aislamiento internacional, vendido a los españoles como una conjura de los enemigos de España. Se intentó arreglar esta situación y en 1952 España ingresó en la UNESCO y finalmente, en 1955, fue admitido en la ONU.
Fase tecnocrática
De 1959 a 1969, los cargos importantes fueron conocidos como tecnócratas, en su mayoría del Opus Dei. Se produjo una pequeña modernización económica y social, aunque no hubo cambios políticos. Se hizo una ley de prensa, se dio la libertad religiosa y se promulgó la Ley Orgánica del Estado, con la cual el estado franquista se garantizaba el asentamiento del régimen y su continuidad.
Última fase
La descomposición del régimen, de 1969 a 1975, se produce el deterioro físico de Franco, distanciamiento de la iglesia y acciones terroristas por parte de ETA y FRAP, que cobran fuerza en los años 70. El régimen se divide en dos grupos: los inmovilistas y los aperturistas. Tras la muerte de Carrero Blanco por parte de ETA, se produce un endurecimiento de la represión que acaba con varios ejecutados en 1975, desencadenando una protesta internacional, la retirada de embajadores, la vuelta al aislamiento y la última concentración en Plaza Oriente el 1 de octubre de 1975.
Consecuencias
En la estructura demográfica, disminuyó la natalidad y aumentó la mortalidad como consecuencia de la guerra civil y el hambre vivido en la posguerra. En España se produjo un éxodo rural, dejando el campo para buscar trabajo en la ciudad, además de numerosas migraciones exteriores, principalmente en Europa y América Latina. El 20 de noviembre murió Franco, finalizando así el régimen franquista. Se impuso la reforma que sería llevada a cabo por nuevos políticos no continuistas y así comenzó un nuevo periodo en España conocido como la Transición Democrática.