Formación de Alianzas y Tensiones Prebélicas en Europa
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Alemania fue la primera potencia que empezó a practicar la política de alianzas, para aislar a Francia. La Liga de los Tres Emperadores firmada entre Alemania, Rusia y Austria-Hungría se debilitó debido a sus enfrentamientos entre dos de las potencias firmantes, Rusia y Austria, por el control de los Balcanes. Rusia, que alentaba los deseos independientes de los pueblos eslavos del Imperio turco, apoyó la sublevación de Servia y Montenegro. La crisis balcánica supuso la ruptura de la Liga.
La Doble Alianza, firmada entre Alemania y Austria-Hungría, pretendía oponerse a Francia y Rusia y a su política de expansión balcánica. La Triple Alianza se firmó tras la incorporación de Italia, que buscaba el apoyo alemán a raíz de la ocupación de Túnez por Francia. Los tres Estados se comprometían por un pacto secreto de la mutua ayuda si otra potencia atacaba a alguno de los países firmantes.
La respuesta fue la firma de otros pactos de alianza, fomentados por Francia. La Entente franco-rusa, también de carácter secreto, fue una consecuencia del intento por parte de Francia de salir del aislamiento al que la obligaba la firma de la Triple Alianza y del deseo por parte de Rusia de contar con un aliado en sus pretensiones sobre los Balcanes. La Entente Cordial fue firmada frente Gran Bretaña y Francia, y suponía la ruptura del aislamiento de Gran Bretaña. Eduardo VII propició la Entente, que intentaba llegar a un acuerdo sobre el reparto de las colonias africanas: hegemonía de Francia en Marruecos y de Gran Bretaña en Egipto.
La Triple Entente estuvo integrada por Gran Bretaña, Francia y Rusia. Fue una alianza destinada a solucionar las rivalidades entre las potencias firmantes, y no tenía carácter defensivo ni ofensivo. Pero se convirtió en una réplica de la Triple Alianza.
Crisis Marroquíes
En 1904 se llegó a un acuerdo entre España y Francia sobre el reparto de Marruecos. El acuerdo no fue aceptado por Alemania. La Conferencia de Algeciras confirmó los protectorados franceses y españoles, pero dejó abierto el país al comercio internacional. Una nueva crisis se produjo. La intervención de las tropas francesas y españolas en Fez, Larache y Alcazarquivir para sofocar una revuelta de la población de Fez, fue interpretada por Alemania como una violación del Tratado de Algeciras. Alemania envió al puerto de Añadir un cañonero, para proteger los intereses de los ciudadanos alemanes, en una intervención que fue denunciada por Francia y Gran Bretaña como un acto de guerra. Se firmó un compromiso colonial entre Francia y Alemania por el cual se cedían a Alemania algunos territorios del Congo. Pero la crisis sirvió para que las potencias implicadas siguieran con su política armamentista.
Tensiones en los Balcanes
Austria y Rusia seguían enfrentadas por el dominio de los Balcanes. Para Rusia, el dominio de los Balcanes significaba la posibilidad de acceso a un mar sin hielos. Austria, por su parte, temía que la intervención de Rusia en la zona alentara el nacionalismo eslavo, que reclamaba territorios pertenecientes al Imperio austro-húngaro. En este contexto se produjeron las Guerras Balcánicas.
En 1912 Bulgaria, Servia, Grecia y Montenegro formaron la Liga Balcánica y declararon la guerra a Turquía. Austria favoreció la independencia de Albania como nuevo Estado-tapón que impidiera el acceso de los servios al Adriático. En 1913 se produjo un nuevo enfrentamiento entre Servia y Bulgaria, que se disputaban Macedonia. Bulgaria fue derrotada por una coalición de todos los países vecinos.
Consecuencias y Detonante de la Guerra
Las consecuencias de las guerras balcánicas no hicieron más que reforzar el clima prebélico: Austria perdió fuerza en los Balcanes, dominados por Servia. Alemania había apoyado a Turquía en las guerras. El nacionalismo eslavo había salido reforzado, tras los éxitos de los servios. El Imperio austro-húngaro, apoyado por Alemania, pensaba que era necesario neutralizar a Servia para impedir un avance en los movimientos nacionalistas. El pretexto llegó pronto: en 1914 el archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero del trono austro-húngaro, fue asesinado en Sarajevo. Este atentado supuso el comienzo de la guerra.