Florecimiento del Arte Gótico: Arquitectura, Escultura y Pintura en la Europa Medieval

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Florecimiento del Arte Gótico en Europa Occidental

El Arte Gótico se desarrolló en Europa Occidental desde la segunda mitad del siglo XII hasta fines del siglo XV, siendo luego sustituido por el Renacimiento. Francia, cuna de este estilo, lo difundió por todo el continente. El surgimiento y desarrollo del Gótico coincidió con cambios notables en Europa, como el nacimiento de una nueva espiritualidad más humanizada y cercana a la naturaleza, expresada en las nuevas órdenes religiosas mendicantes. La Orden del Císter, reformada por San Bernardo de Claraval, fue promotora del desarrollo del estilo Gótico, favorecido por los nuevos avances científico-técnicos. El edificio más característico del Gótico es la catedral, templo de la sede episcopal, símbolo del poderío económico de la ciudad y del prestigio de sus habitantes.

Características del Arte Gótico

La característica más evidente del arte gótico es un naturalismo creciente, en contraste con las representaciones simplificadas e idealizadas del románico. Se buscaba expresar la idea religiosa, otorgando a las figuras un sabor místico y eminentemente cristiano. Sin embargo, es en este momento cuando comienza la pintura profana, con temas que ya no son siempre religiosos.

En el inicio del periodo gótico, el arte se producía principalmente con fines religiosos. Muchas pinturas eran recursos didácticos para una población analfabeta, mientras que otras funcionaban como iconos para intensificar la contemplación y las oraciones. Los primeros maestros góticos conservaron la tradición bizantina, pero también crearon figuras persuasivas, con perspectiva. Se produjeron avances lentos pero constantes en el uso de la perspectiva y otras técnicas pictóricas, incluyendo el tratamiento de los soportes.

Arquitectura Gótica

El estilo gótico arquitectónico nació alrededor de 1140 en Francia. Desde finales del siglo XII y comienzos del XIII, los monasterios de la orden del Císter divulgaron un estilo despojado de ornamentación, reducido a la pureza de los elementos estructurales, reflejo de las concepciones estéticas y espirituales de Bernardo de Claraval, conocido como arte cisterciense.

Este arte se ha definido, a menudo de manera superficial, por el uso del arco apuntado u ojival. De este arco se deriva la bóveda de crucería, que permite desplazar los empujes a contrafuertes externos, alejados de los muros mediante arbotantes. Esto posibilitó la construcción de edificios más amplios y elevados, con predominio de los vanos sobre los muros. Los elementos sustentantes, pilares de diseño complejo, se estilizaron. No obstante, la utilización de un elemento no define un estilo de forma global; se trata de una nueva etapa histórica, una nueva concepción del arte y del mundo. Un elemento estructural, por importante que sea, no resume un concepto global sobre la vida.

Las nuevas técnicas constructivas hicieron virtualmente innecesarios los muros, beneficiando a los vanos. El interior de las iglesias se llenó de luz, entendida como la sublimación de la divinidad. La simbología dominaba a los artistas de la época; la escuela de Chartres consideraba la luz el elemento más noble de los fenómenos naturales, el menos material, la aproximación más cercana a la forma pura. El arquitecto gótico organiza una estructura que, mediante una sabia utilización de la técnica, emplea la luz transfigurada, desmaterializando los elementos del edificio y logrando sensaciones de elevación e ingravidez.

Escultura Gótica

En la escultura gótica, se mantuvo su uso en la decoración de la arquitectura y su función evangelizadora, pero se emancipó progresivamente, pasando del relieve al bulto redondo. La escultura gótica evolucionó desde un estilo alargado y rígido, con reminiscencias románicas, hacia un sentimiento espacial y naturalista.

Se inició a mediados del siglo XII en la Isla de Francia, alcanzando su apogeo en el siglo XIII. El naturalismo, la humanización de la divinidad y la exposición clara y ordenada son los caracteres esenciales de la escultura gótica. En el siglo XIII, las figuras se representaban con vestidos sencillos, cuyos pliegues caían con simplicidad. A fines de este siglo, se buscaron efectos pintorescos, surgiendo una corriente que sustituyó la belleza abstracta por la real: el arte del retrato.

A fines del siglo XIV, se impuso un estilo originario de Borgoña, en el que el arte del retrato se perfeccionó y los vestidos perdieron sus múltiples curvas caligráficas. Se copiaban escenas de la vida real, y la tendencia sentimental iniciada en el siglo XIV condujo al patetismo. Los temas patéticos, como martirios, la Piedad y los Cristos sangrantes, se hicieron habituales.

La escultura gótica se subordinó a la arquitectura. Desaparecieron las representaciones iconográficas en los capiteles, siendo reemplazadas por temas vegetales inspirados en la naturaleza, aunque a veces se mezclaban con temas animados. Las portadas de las catedrales son los conjuntos más acabados de la escultura gótica, desarrollando temas iconográficos con claridad compositiva. Estatuas de bulto redondo, apóstoles o profetas, se adosaban a las jambas. Las técnicas de tallado de madera se sofisticaron, llegando a su esplendor en la integración del color y el diseño arquitectónico de retablos complejos. La recuperación de la tradición clásica de la fundición del bronce esperaría al Renacimiento italiano.

Pintura Gótica

Un estilo de pintura que pueda llamarse «gótico» no apareció hasta alrededor de 1200, casi 50 años después del inicio de la arquitectura y escultura góticas. La transición del románico al gótico es imprecisa, sin un corte claro, pero se observan los comienzos de un estilo más sombrío, oscuro y emotivo.

Mientras que en el románico las representaciones figurativas son simplificadas e idealizadas, en el gótico se tiende a aumentar el realismo y naturalismo, aproximándose a la imitación de la naturaleza, ideal del Renacimiento, incluyendo la representación de paisajes, aunque esto seguía siendo poco usual.

En el gótico, en correspondencia con las nuevas tendencias filosóficas y religiosas, se tendió a representar a los personajes religiosos de manera más humana que divina, permitiéndoles mostrar emociones (placer, dolor, ternura, enojo), rompiendo con el hieratismo y formalismo románico. Hubo avances lentos en el uso de la perspectiva y otras técnicas pictóricas, como el tratamiento de soportes, pigmentos y aglutinantes.

En la pintura gótica, se practicaban cuatro técnicas principales:

  • Frescos: La pintura mural o frescos siguieron siendo el principal medio para la narración pictórica en las paredes de las iglesias del sur de Europa, como continuación de las tradiciones cristiana y románica.
  • Vidrieras: En el norte de Europa, las vidrieras fueron el arte preferido hasta el siglo XV.
  • Pintura sobre tabla: Comenzó en Italia en el siglo XIII y se extendió por Europa, convirtiéndose en la forma predominante en el siglo XV, suplantando incluso a las vidrieras.
  • Miniaturas: Los manuscritos iluminados representaron la documentación más completa de la pintura gótica, evidenciando la existencia de estilos en lugares donde no han sobrevivido otras obras monumentales.

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