Filósofos y sus teorías: San Agustín, Rousseau, Marx, Ortega y Gasset, Hume

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San Agustín

Edad Media - Principio platónico llevado a la fe

Interiorización, ideas que iluminan la realidad para poder entenderse. Autotrascendimiento, ir más allá de uno mismo. Problema del libre albedrío. El alma recuerda a Dios, lo que crea es un mundo donde hay bien y dota al hombre de la mayor capacidad para elegir. El cuerpo transporta sustancia material, el alma es el sello de autor, reproduce a escala la divinidad de Dios. Alma trinitaria: memoria - recuerda la vida, voluntad - sustancia del alma, inteligencia - conocimiento de lo sensorial y de las ideas mismas. Concepción del humano según el maniqueísmo, que plantea la eterna lucha entre el bien y el mal. Implica anular el libre albedrío y responsabilizar del mal a Dios si Dios hace el bien. Dios crea distintos grados de realidad, el mal es ausencia de realidad. Existe el mal moral o el mal usado impulsado por la gracia divina. La satisfacción de un deseo solo es mala si se cumple sacrificando un bien mayor. Pelagianismo: el hombre hace el bien sin Dios. Ciudad de Dios: teoría filosófica moral teleológica y teológica. Decadencia de Roma, Dios Padre, Espíritu Santo, Apocalipsis, juez. Escenario: La Iglesia ama a Dios, desprecio a sí misma. Ciudad terrenal: aquellos que se aman a sí mismos hasta el desprecio de Dios (estado).

Rousseau

Época moderna

El problema del hombre es la diferencia entre el hombre natural y el hombre social. El problema es la sociedad. No quiere volver al estado primitivo, sino analizar el estado actual, averiguar por qué produce tantos males y reformarlo. 1. Origen del mal social. 2. Proponer reformas. La sociedad es la desigualdad, fruto de la propiedad privada con privilegios, llevando a una sociedad injusta. Para reformarla, propone el contrato social, idea de estado natural, bases de una sociedad justa, armonizando la libertad, igualdad y poder político. En este pacto, el pueblo es soberano, se expresa en la voluntad general, suma de las voluntades de cada uno. La voluntad general es la del sujeto colectivo, que siempre pretende el bien común. El individuo renuncia a sus egoísmos personales. Los hombres pueden entrar en un nuevo estado que consiste en una sociedad racional y libre, donde se erradica el mal moral y la injusticia, y se permite que cada ser humano alcance su felicidad y plena realización.

Marx

Época contemporánea

El hombre y el conocimiento. Para Marx, el auténtico conocimiento es la praxis, actividad teórico-práctica a través de la cual el hombre transforma la realidad. Sigue un proceso dialéctico y requiere el entendimiento. Actividad teórica: transforma la realidad en la mente y utiliza la sensibilidad activa racionalmente. Actividad práctica: transforma la realidad de forma concreta y empírica. Así, únicamente se podrá afirmar la verdad cuando el hombre la haya realizado en el mundo. Toda teoría especulativa es falsa. Las relaciones sociales son relaciones existenciales, posibilitan y condicionan la existencia de cada individuo, que dependerá entonces de cómo será su vida. La sociedad será justa si permite al ser humano cumplir libremente esta praxis.

Ortega y Gasset

Época contemporánea

Conocimiento. Realiza una crítica a la filosofía anterior a la modernidad: realismo (realidad comprendida como el conjunto de cosas que existen independientes al sujeto) e idealismo (la realidad se fundamenta en el sujeto, llegando a afirmar que todas las realidades son ideas del sujeto). Para él, la verdadera realidad está en el yo con las cosas, donde tanto el "yo" como "las cosas" son dependientes. Esta unión hace la vida. Categorías fundamentales que definen la vida: autoconciencia (reconocerse), circunstancia (relación entre mi vida y mi mundo), imprevisto (no existe elección de vivir aquí y eso genera un problema), temporalidad (futuro permanente). Por eso, la vida es primordial como la razón. Esto se llama raciovitalismo, la razón no está fuera de la vida, es concreta en cada uno. Solo puede entenderse como razón vital o razón histórica, no son distintas sino una misma racionalidad. Ortega defenderá el perceptivismo, donde cada individuo tiene una perspectiva propia y una verdad. La realidad serán perspectivas cambiantes, creando así un mundo propio. Estas perspectivas pueden unirse con otras formando perspectivas más amplias, que nunca llegarían a ser una verdad absoluta porque implicaría la suma de perspectivas pasadas, presentes y futuras. El propio sujeto tendrá en su mente ideas y creencias.

Hume

Época moderna

Escuela empirista. Todo nuestro conocimiento procede de la experiencia. Niega la existencia de ideas innatas, ya que nuestro entendimiento es como una página en blanco al nacer. Distingue dos elementos: impresiones (representaciones mentales simples de lo percibido por los sentidos) e ideas (representaciones o copias de impresiones pasadas en la mente). Dos modos de conocimiento racional: de relación entre ideas (a priori, las proposiciones analíticas, el predicado está incluido en el sujeto, no aporta información, para conocer su verdad no es necesaria la experiencia) y conocimiento de cuestiones de hecho (a posteriori, la realidad propone sintéticas, el predicado no implica el sujeto, afirman algo nuevo sobre la realidad). Según Hume, todo conocimiento sobre la realidad proviene de un razonamiento a posteriori y el criterio de verdad para saber si una idea es verdadera o falsa. Hume criticará el principio de causalidad: una causa determinada produce un efecto concreto. La relación causa-efecto la afirmamos por la experiencia de haber percibido de forma habitual un acontecimiento detrás de otro, y por eso afirmamos que lo que ha sucedido en el pasado, pasará en el futuro. Dice que es solo una creencia basada en el hábito, es por tanto solo probable. Criticará las tres sustancias cartesianas: yo, Dios y realidad exterior, ya que es imposible conocer su existencia, defendiendo el escepticismo. Niega la afirmación del yo como identidad permanente y estable, ya que es imposible tenerla del propio yo. No es más que una sucesión de impresiones en nuestra mente, que la memoria recuerda. El yo, por tanto, es un hecho psicológico producido por la memoria y no algo sustancial. Para asegurar que no podemos conocer, se basa en la idea de causa. No podemos tampoco asegurar la existencia de Dios, pues es imposible tener experiencia de él y, por tanto, no es posible demostrar su existencia. Terminará estableciendo el escepticismo (imposible demostrar las tres) y el fenomenismo (solo es posible conocer las impresiones como hechos mentales).

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