La felicidad como criterio moral

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Un axioma es una verdad evidente, algo que no quiere demostración. Cualquier tipo de conducta es comunicación, debido a que es imposible no comportarse, o no tener conducta, es imposible no tener comunicación. A pesar de que nuestra conducta hacia algo sea de silencio, inmovilidad, o cualquier alguna otra negación, también son comunicación.

Comunicarte no se transmite solo información, si no que también una conducta. Todo depende del contexto. Hay comunicación digital (palabras) o análógica (expresiones).

Una acción es una producción o la causación de un efecto. Todo lo que hacemos forma parte de nuestra conducta, pero no siempre todo lo que realizamos constituye una acción, como por ejemplo cuando dormimos. Los actos que realizamos conscientemente y voluntariamente, es lo que entendemos como acciones humanas, estos actos son los que realizamos con intención.

EL INTELECTUALISMO MORAL Conocer el bien es necesario para hacerlo. 
La moral es un saber. No hay personas malas, sino ignorantes. No hay personas buenas, sino sabias. Es una ética heterónoma y material. 

EUDEMONISMO Son las éticas que consideran la felicidad el fin de la vida humana y el máximo bien al que pueden aspirar.  En el caso del ser humano, el fin es dedicarse a la vida contemplativa, a la actividad racional, y esto es lo que le proporcionará la felicidad. Toda actividad que nos permite actualizar aquello que llevamos en potencia, nos permite realizarnos, y ello nos hace felices. 

UTILITARISMO Están cerca del eudemonismo y del hedonismo. La finalidad del ser humano consiste en la felicidad o placer. Las acciones y normas humanas deben ser juzgadas de acuerdo al principio de utilidad o de máxima felicidad. Es pues, una teoría teleológica. Las acciones son medios para alcanzar un fin (la felicidad). Una acción es buena cuando sus consecuencias son útiles. Trascienden el ámbito personal. La felicidad no es el interés o placer personal, sino el máximo provecho para el mayor número de personas. No tiene carácter egoísta. John Stuart Mill (XVIII) distinguía entre placeres inferiores y placeres superiores. Decía que había placeres más estimables que otros.

Una acción es un acto consciente y voluntario, es decir un acto con intención, que permite la realización de un evento. Cuando alguien actúa sobre algo, interfiere en el desarrollo normal del sistema en donde él ha intervenido, si el no hubiera interferido, no habría ocurrido ese evento, por lo que habría ocurrido otro evento distinto.

No hay acción sin evitación, ni evitación sin acción, es decir no podríamos hacer algo sin evitar mediante ello otra cosa, ni podemos evitar algo, si no es haciendo otra cosa. Algo que haces a propósito para no hacer otra cosa.

Una omisión, es la idea de un evento, que  podríamos haber realizado pero no lo hemos hecho, una oportunidad perdida por haber hecho otra cosa, es decir: cada vez que hacemos algo, omitimos otras muchas cosas que podríamos haber hecho en vez de la realizada. Y muchas veces la responsabilida de uno mismo no se dirige por nuestra forma de actuar, si no por nuestras omisiones.

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