Factores de la Nueva Mentalidad y la Reforma Religiosa en Europa
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1. Factores de una Nueva Mentalidad
El surgimiento de este movimiento en el viejo continente estuvo asociado a una serie de características compartidas. En algunas regiones fue más intenso el desarrollo intelectual relacionado con el humanismo y en otras, las expresiones artísticas vinculadas al renacimiento.
La Burguesía
A esta disposición se sumaron sus necesidades culturales y espirituales, y el interés por el arte y el conocimiento, que se expresaron en la protección y apoyo político y financiero brindado por papas, príncipes y señores poderosos (pintores, escultores, músicos y pensadores). Esta actitud de protección a los artistas, denominada mecenazgo, no fue exclusiva de las grandes familias, pues los gremios de artesanos también participaron de ella.
El desarrollo de las ciudades
Eran las ciudades donde se manifestaba con más fuerza la creciente necesidad de los estados territoriales de contar con un personal burocrático calificado. Ahí las instituciones se concentraban y los órganos de gobierno.
La crisis cultural y religiosa
Los postulados tradicionales de la iglesia fueron cuestionados por las nuevas realidades que surgieron del desarrollo económico y comercial, y de las exploraciones geográficas. Este proceso se inicia al término de las cruzadas en el siglo XIII y se expresa con claridad durante el siglo XVI, con la división de la iglesia y el postulado de Copérnico.
2. Sensibilidades Religiosas: La Reforma de la Cristiandad
Sucedió con la Iglesia Católica durante los albores de la época moderna y sus múltiples problemas anunciaron la emergencia de un movimiento reformista.
2.1. Las raíces de la separación del mundo cristiano
La reforma afectó principalmente a Alemania, Francia y en el área flamenca (Bélgica y Holanda). Se consolidaron las tendencias más críticas contra la Iglesia Católica. El movimiento reformista no surgió espontáneamente en el transcurso del siglo XVI, sino que correspondió a la fase culminante de la crisis experimentada por el catolicismo a partir del siglo XIV, la cual asumió distintas aristas, desde consideraciones ético-morales hasta enfrentamientos de carácter político.
El cisma de Occidente y la crisis conciliar
La ruptura de la Iglesia Católica como entidad rectora de la comunidad espiritual del viejo continente, fue la fase de desorden y anarquía que reinó entre 1378 y 1417, conocida como el Gran Cisma de Occidente, que se tradujo en la lucha de facciones por el gobierno eclesiástico.
Las Herejías o la crítica a la doctrina de la iglesia
Consistentes en movimientos que expresaron su crítica y oposición a la iglesia en asuntos doctrinales y que se constituyeron en una especie de "prerreforma". Los principales líderes eran: el teólogo inglés John Wycliff y su seguidor de origen germánico Juan Huss. El aporte de Wycliff fue afirmar la supremacía y libre interpretación de la Biblia.
Tras la muerte de Huss se difundió el movimiento "husita" y se desencadenó la guerra en Bohemia.
2.2. Conflictos económicos: iglesias nacionales vs. la autoridad papal
La Iglesia Católica, pretendiendo a su vez controlar el flujo de tributos religiosos a las arcas romanas, bajo esta presión, la iglesia se vio obligada a transar con los reyes y emperadores a través de una serie de acuerdos conocidos como concordatos, cuya principal consecuencia fue el reconocimiento de cierta autonomía a las iglesias locales. En consecuencia, las polémicas relaciones entre la iglesia y los estados ahondaron, aún más, la precaria situación del catolicismo.
2.3. La exigua moral religiosa y la corrupción en la iglesia
La jerarquía de la iglesia parecía más interesada en cumplir bien sus funciones administrativas y económicas que en ahondar su carácter evangelizador y asumir la reforma pendiente de su organización interna y disciplinaria.