Fábulas clásicas para reflexionar sobre la vida
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La zorra y las uvas
La zorra y las uvas. Una zorra que tenía hambre cuando vio unas uvas que colgaban de una parra, deseó apoderarse de ellas y no pudo; y al marcharse hacia ellas dijo: "son uvas verdes". Así, también algunos de los humanos que no son capaces de conseguir sus objetivos por su torpeza, culpan a las circunstancias.
La cigarra y las hormigas
La cigarra y las hormigas. En la estación de invierno, tras haberse mojado el trigo, las hormigas aguantan el frío, y una cigarra que estaba hambrienta les pidió alimento. Y las hormigas le dijeron: "¿Por qué durante el verano no reunías alimentos?" Y ella dijo: "No tenía tiempo, sino que cantaba melodiosamente". Y ellas tras reírse, le dijeron: "Pues si tocabas la flauta en verano, en invierno baila". El cuento muestra que no hay que descuidar nada en ningún asunto para no apenarse y no correr peligro en adelante".
El viejo y la muerte
El viejo y la muerte. Un viejo que una vez cortó leña y que la llevándolos encima recorría un largo camino. Pero, tras quitarse la carga por la fatiga del camino, llamaba en su auxilio a la muerte. Y tras aparecerse la muerte y preguntarle por qué motivo la llamaba, el viejo dijo: "Para que levantes la carga". El relato muestra que todos los hombres son amantes de la vida en vida, aun cuando sea desdichada.
El león y la rana
El león y la rana. Un león, tras oír una vez a una rana que croaba mucho, se dio la vuelta en dirección al sonido, al creer que había un animal grande. Y al esperar un poco, cuando la rana salió del estanque, la pisoteó. El relato muestra que no hay que preocuparse por un solo ruido frente a la vista.
El asno y la piel de león
El asno y la piel de león. Un asno que se puso la piel de un león, era considerado un león por todos. Y, por un lado, había una huida de personas y, por otro lado, había una huida de rebaños. Pero un viento, al soplar le quitó la piel y el asno estuvo desnudo. Entonces, todos persiguiéndole le golpeaban con palos y mazas. Siendo pobre no imites a los ricos.
Los ladrones y el gallo
Los ladrones y el gallo. Unos ladrones cogieron un gallo en una casa. Y este, al estar a punto de ser sacrificado por ellos, les decía: "Soltadme, pues soy útil para los humanos, al despertarlos de noche para los trabajos". Y ellos dijeron: " Pues por eso nosotros más te sacrificamos, pues por despertarlos a ellos, no nos dejas robar a nosotros".
Los pescadores. Unos pescadores, que habían salido de pesca, dado que después de mucho tiempo no capturaron nada, estaban muy desalentados y se dispusieron a marcharse. En seguida, un atún, que era perseguido por alguno de los peces más grandes, saltó hacia su barco. Y ellos, tras cogerlo, regresaron con placer. El cuento muestra que muchas veces lo que la técnica no dio, eso mismo la suerte lo regaló.
La zorra y la máscara
La zorra y la máscara. Una zorra, tras entrar a una casa de un actor y al inspeccionar cada una de sus cosas, encontró también la cabeza de una máscara fabricada bellamente. Tras levantarla con sus patas, dijo: "¡Qué cabeza, y no tiene sesos". El cuento es para los hombres que, por un lado, son magníficos por su cuerpo y, por otro lado, insensatos por su mente.
La mujer y la gallina
La mujer y la gallina. Una mujer viuda tenía una gallina que le ponía un huevo cada día. Y, creyendo que si le echaba más cebada a la gallina, ella le pondría dos veces al día, hizo eso. Y la gallina, tras ponerse gorda, ni siquiera ponía huevos una vez al día. El cuento muestra que los desean más cosas por avaricia, también pierden lo que tienen.
La codicia rompe el saco
La codicia rompe el saco. Un perro que llevaba un trozo de carne cruzaba un río. Y tras ver el reflejo de sí mismo en el agua, creía que había otro perro que tenía un trozo de carne mayor, de modo que también quería apoderarse de él. Y tras mirar con la boca abierta la carne que él creía, también se vio privado de su propio trozo de carne. El relato es apropiado para el hombre avaricioso.
El caballo y el asno
El caballo y el asno. Un hombre tenía un caballo y un asno. Y al caminar, el asno le dijo al caballo en el camino "levanta los pesos de mí, si quieres que yo esté sano". Pero él no hizo caso; y el asno, tras caer de la fatiga, murió". Y tras ponerle encima el amo toda la carga a él y el propio pellejo del asno el caballo, lamentándose, gritaba: "¡Ay de mí! ¿Qué me sucede? Pues no habiendo querido llevar una pequeña carga, la llevo toda y también la piel". El cuento muestra que los grandes al compartir con los pequeños, ambos se salvarán en su vida.
La cierva y la viña
La cierva y la viña. Una cierva, que era perseguida por unos cazadores, se escondía debajo de una viña. Ellos siguen de largo y la cierva, al creer que ya finalmente pasaba inadvertida, comienza a comer hojas de la viña. y, al moverse estas, los cazadores regresando y pensando que un animal se escondía debajo de las hojas, lo que era verdadero, lanzan las jabalinas e hieren a la cierva. Y ella, muriendo, decía: "Me llevo lo merecido, pues no era necesario dañar a la que me salvaba". El cuento muestra que los que cometen injusticias con sus benefactores son castigados por un dios.
Ingratitud
Ingratitud. Un nogal, que estaba situado en un camino, llevaba mucho fruto. Los transeúntes lo golpeaban con piedras y bastones por sus nueces. Y este decía tristemente: "¡Qué desgraciado soy yo!, porque a los que alegro con mi fruto de esos mismos recibo terribles gratitudes. El cuento pone en evidencia a los malvados y perversos que ofrecen cosas malas a cambio de cosas buenas.
El labrador y la serpiente
El labrador y la serpiente. Un labrador anciano que en invierno encontró una serpiente helada por el frío, tras compadecerse de ella y cogerla, la puso sobre su pecho. Y, tras calentarse y recuperar su propia naturaleza, hirió a su bienhechor y lo mató. Y el labrador, muriéndose dijo: "Sufro lo justo por haberme compadecido de un malvado". El relato muestra que los malvados son inmutables, aunque reciban favores.
El labrador y los hijos
El labrador y los hijos. Un labrador que estaba a punto de morir y que deseaba que sus propios hijos cogieran experiencia en la labranza, tras llamarles, les dijo: "Hijos míos, yo ya voy a abandonar esta vida, pero vosotros, tras buscarlo, vais a encontrar todo lo que está en el viñedo". Así pues ellos, al creer que un tesoro estaba oculto allí en alguna parte después de la muerte de su padre, después de la muerte de su padre excavan toda la tierra del viñedo: por un lado no encontraron el tesoro y, por otro lado, el viñedo al ser excavado adecuadamente, les producía frutos en mucha cantidad. Este cuento muestra que el esfuerzo es un tesoro para los hombres.
La leona y la zorra
La leona y la zorra. Una leona, que sufría reproches de parte de una zorra por haber parido una sola cría durante toda su vida, dijo: "Una sola, pero león". El cuento muestra que lo bueno no es la cantidad, sino la calidad.
Zeus y la serpiente
Zeus y la serpiente. Al hacer Zeus sus bodas, todos los animales llevaron, cada uno según su propia capacidad. Y una serpiente subió arrastrándose tras coger una rosa en la boca. Y Zeus, tras verla, dijo: "Yo acepto regalos de todos los demás, pero de tu boca no lo cojo". El cuento muestra que las muestras de gratitud de los malvados son peligrosas.
Las moscas
Las moscas. Tras derramarse miel en una despensa, unas moscas que revoloteaban la devoraban; y, por la dulzura del alimento, no se separaban. Pero ellas, tras quedarse pegadas por las patas, como no podían despegar, ahogándose decían: "¡Desgraciadas nosotras, que morimos por un breve placer!. Así muchas veces la glotonería podría llegar a ser una causa de muchos males.
El niño que se bañaba
El niño que se bañaba. Un niño que una vez se bañaba en un río estaba a punto de ahogarse, Y al ver a un viajante, lo llamaba en su ayuda. Pero él reprendía al niño por atrevido. Y el jovencito dijo hacia él: Pero ahora sálvame y después repréndeme".
La gallina y los huevos de oro
La gallina y los huevos de oro. Alguien tenía una gallina que ponía huevos de oro. Y, tras creer que dentro de ella había abundancia de oro, habiéndola matado encontró a ella igual que las demás gallinas. Él, tras pensar que había encontrado una riqueza incesante, se vio privado de aquella pequeña. El cuento muestra que hay que contentarse con lo que se tiene y huir de la avaricia.
El cazador y la perdiz
El cazador y la perdiz. Alguien que cazó una perdiz estaba a punto de matarla. Y ella le suplicaba diciéndole: "Déjame vivir, en mi lugar yo cazaré para ti muchas perdices". Y él dijo: "Por esto mismo yo te sacrifico a ti, porque quieres espiar a tus parientes y amigos para ti": No hay nada peor que un traidor.
La liebre y la tortuga
La liebre y la tortuga. Una tortuga y una liebre discutían acerca de su rapidez. Y, tras fijar una fecha y un lugar, se marcharon. Así pues, por un lado, la liebre que se despreocupó de la carrera por su rapidez natural, tras tirarse junto al camino, se durmió Por otro lado, la tortuga, que era consciente de su lentitud, no dejó de correr y, de esta manera, tras pasar corriendo a la liebre, alcanzó el premio de la victoria. El relato muestra que muchas veces el esfuerzo venció a una naturaleza mal cuidada.
La tortuga y el águila
La tortuga y el águila. Una tortuga le pedía a un águila que le enseñara a volar. Y ella, al advertirle que eso estaba lejos de su propia naturaleza, aquella le insistía más en su ruego. Así pues, tras cogerla con sus garras y tras subirla hacia lo alto, después la soltó. La tortuga cayó sobre unas piedras y se destrozó. El cuento muestra que muchos se hacen daño a sí mismos tras desoír a los más sensatos en las discusiones.
El cervatillo y su madre
El cervatillo y su madre. Una vez un cervatillo dijo a la cierva: "Tú tienes la suerte de ser por tamaño más grande que un perro y más rápida y veloz para una carrera, y tienes encima unos cuernos para tu defensa, ¿por qué entonces, madre, temes tanto a los perros?". Y ella, sonriendo le dijo así: "Que yo tengo todo eso, bien lo sé sin duda y lo conozco, hijo; pero cuando escucho el ladrido de un perro, me ciego y me pongo a la huida". El cuento muestra que a las personas cobardes por naturaleza, ningún consejo de persona alguna los fortalece.
El cuervo enfermo
El cuervo enfermo. Un cuervo que estaba enfermo dijo a su madre: " Suplícale a los dioses madre, y no te lamentes". Y ella dijo: "¿A cuál de los dioses suplicaré hijo, pues de cual al menos no robaste tú un trozo de carne?". El relato muestra que los que tienen muchos enemigos en su vida, no tendrán a ningún amigo en la necesidad.
El cuervo y la zorra
El cuervo y la zorra. Un cuervo se apoderó de un trozo de carne, se posó sobre un árbol. Y una zorra, habiéndolo visto y queriendo apoderarse de un trozo de carne del cuervo, se detuvo y lo alababa a él tanto como muy importante como por hermoso, diciéndole también que sería muy propio de él reinar sobre las aves y que esto ocurriría completamente si tuviese buena voz. Este queriendo mostrarle que tenía buena voz, tras tirar el trozo de carne, se puso a graznar fuertemente. Y aquella, tras correr hacia él y apoderarse de la carne, dijo: "Oh cuervo, lo tienes todo, adquiere solo inteligencia". El relato es apropiado para un hombre necio.