La fábula como género literario

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) Introducción:

Los romanos con el nombre de fábula aludían a cualquier composición ficticia con viso de verosimilitud, que pretendiera ser una imagen de la realidad. Las comedias y las tragedias también eran llamadas fábulas por los romanos “fabula palliata”, “fabula togata”. Sin embargo, como género literario designa una narración corta en la que mediante la personificación de seres irracionales (animales), se buscaba transmitir una enseñanza vital útil desde el punto de vista moral. La fábula tiene raíz popular y parte de la contemplación de un mundo ingenuo con fin moralizante. El carácter ejemplarizante es la nota esencial de este género literario, tal como lo encontramos en Fedro.


Las fábulas en la literatura romana

Las fábulas eran protagonizadas por animales y trataban de representar las costumbres y defectos humanos, y eran la expresión del espíritu plebeyo frente a la elevada literatura aristocrática.

Estas narraciones eran muy antiguas. Eran más o menos anónimas. Muchas de ellas nacieron en Oriente y en Egipto y fueron difundidas por comerciantes y esclavos entre los países del Mediterráneo. Esopo, autor griego del siglo VI a.C., fue el primero que les dio forma literaria. Escribe en prosa y es el modelo que seguirá Fedro, aunque éste emplea el verso.

En la obra de autores como Ennio, Lucilio y Horacio, hay que esperar al siglo I d.C para que la fábula se consolide como un género propio con las fábulas de Fedro.


Fedro (15 a.C.-50 d.C):

Fedro nació en Macedonia hacia el 15 a.C. Llegó a Roma como esclavo de Augusto, que le concedió la libertad, y murió en la época de Claudio, en el 50 d.C. Se conservan unas cien fábulas de este autor, contenidas en cinco libros. Los personajes son animales que representan las costumbres, las virtudes y los vicios de los hombres, y de la sociedad de su tiempo. Se acusa al poderoso (el león) que abusa del débil, al astuto y mentiroso (la zorra), al malvado (el lobo).

Esta crítica social le acarreó numerosos problemas judiciales porque algunos personajes se vieron reflejados en estas composiciones, como Sejano, prefecto del pretorio y favorito de Tiberio.


Las fábulas de Fedro son narraciones sencillas, amenas y divertidas, y terminan con una moraleja que resume la enseñanza moral que trata de transmitir el autor. Poesía de raíz popular, de fondo satírico, que refleja un mundo sencillo y natural muy alejado de los dioses y de los héroes de la épica.

Muchos de los temas están tomados de Esopo. Él mismo manifiesta en el prólogo de su obra que la fábula fue inventada por los esclavos, para que pudieran expresar sus ideas enmascarándolas en este género literario, para así evitar las reacciones violentas de sus amos. Los temas recurrentes de sus obra son:


  • El conflicto entre el débil y el poderoso, por ejemplo la fábula del lobo y el cordero.

Los poderosos, ricos y soberbios, representados por lobos, águilas, osos y serpientes, luchan constantemente con los pobres, humillados y oprimidos, representados por corderos, ratones, liebres o ranas.

lengua y el estilo se caracterizan por su claridad y sencillez, por eso sus fábulas fueron utilizadas durante mucho tiempo como texto escolar.

Después de Fedro, en el siglo IV d.C Flavio Aviano compuso medio centenar de fábulas en dísticos elegíacos.


El carácter universal de esta obra despertó el interés de autores de distintas épocas, como Jean de La Fontaine, en la Francia del siglo XVII, o de los españoles Tomás de Iriarte y Félix Ma de Samaniego, del siglo XVIII, quienes con sus versiones popularizaron y perpetuaron el espíritu y la forma de estas composiciones.

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