Explorando la Poesía de Miguel Hernández: Tradición, Vanguardia y Compromiso

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Miguel Hernández

1. Raíces y Alas en la Poesía de Miguel Hernández

Miguel Hernández es una figura esencial de la literatura española del siglo XX. Su poesía, innovadora y arraigada, fusiona la tradición popular con influencias de diversos autores y corrientes estilísticas.

1.1. La Herencia de la Tradición

En sus inicios, la obra de Hernández se nutre de la literatura española. Su primera etapa, marcada por el costumbrismo regionalista y un profundo sentimentalismo, refleja la influencia de autores como San Juan de la Cruz, Fray Luis de León, y la poesía renacentista y pastoril. Su poesía amorosa temprana se enmarca en la tradición del amor cortés, con toques modernistas que evocan a Rubén Darío. También se percibe la huella de Unamuno, Machado y, especialmente en sus inicios, de Góngora.

1.2. El Vuelo de la Vanguardia

Hernández también abraza la vanguardia y el surrealismo. A partir de 1935, su poesía incorpora imágenes audaces y explora el conflicto entre la mortalidad y la pasión por vivir. Su evolución ideológica lo lleva a abandonar el tradicionalismo social y a abrazar nuevas formas de expresión. En definitiva, su obra es un crisol donde lo clásico y lo moderno convergen.

1.3. El Eco del Neopopularismo

La influencia del neopopularismo, recibida a través de la tradición oral, dota a su poesía de una inmediatez y una capacidad de conexión vital excepcionales.

2. Itinerario Poético: Transformaciones y Etapas

La trayectoria poética de Miguel Hernández es un reflejo de su maduración personal y artística, un proceso de interiorización de la realidad y los sentimientos. Su obra, rica en propuestas y matices, se puede dividir en cuatro etapas fundamentales:

2.1. Primera Etapa: La Búsqueda de la Poesía Pura

Con Perito en lunas, Hernández se adentra en la poesía pura y vanguardista. Tradición y vanguardia se entrelazan en un estilo culto, complejo, con referencias mitológicas y un lenguaje elaborado. La metáfora se convierte en el eje central, elevando los objetos y asuntos cotidianos a la categoría de arte. A pesar de la complejidad, el lenguaje popular se filtra en sus versos.

2.2. Segunda Etapa: El Desgarro Neorromántico

En El rayo que no cesa, Hernández abandona su visión católica y clasicista para abrazar una poesía impura, influenciada por Neruda, con ecos surrealistas y el dolorido sentir de la poesía amorosa de Garcilaso y el desgarro existencial de Quevedo. El amor, expresado a través de metáforas naturales (el rayo, la tormenta, el toro), se debate entre la exaltación y el dolor.

2.3. Tercera Etapa: La Poesía como Arma de Urgencia

Con Viento del pueblo, Hernández se compromete con la causa colectiva. La sencillez y la claridad se imponen en una poesía profética y optimista, apegada al momento histórico y a los ideales de la guerra civil. Sin embargo, en El hombre acecha, el tono épico se transforma en un lamento desgarrado ante la inhumanidad de la guerra, dando paso a una poesía más esencial y descarnada.

2.4. Cuarta Etapa: La Exploración Interior en la Oscuridad

En el Cancionero y romancero de ausencias, escrito en prisión, Hernández elabora un diario íntimo marcado por el dolor, la pérdida y la ausencia. La retórica se despoja de artificios para dar paso a una expresión directa y conmovedora de la experiencia carcelaria.

3. Compromiso Social y Político: La Voz del Pueblo

Miguel Hernández fue un poeta profundamente comprometido con su tiempo. Su ideología evolucionó desde el catolicismo inicial hasta un compromiso laico y republicano. Dos obras destacan por su contenido social y político: Viento del pueblo (1937) y El hombre acecha (1938).

Viento del pueblo es un canto a la esperanza y al heroísmo colectivo, con un estilo claro y accesible, métrica popular (el romance) y metáforas sencillas. El hombre acecha, por el contrario, refleja el pesimismo y la desolación ante la guerra, con un verso amplio y lento que expresa la pérdida de la individualidad y la deshumanización.

4. Constantes Temáticas: Naturaleza, Amor, Vida y Muerte

La naturaleza y el amor son temas recurrentes en la poesía de Hernández, aunque con diferentes matices según la etapa. La vida y la muerte, por su parte, se entrelazan con los anteriores, evidenciando la conexión entre la experiencia vital y la creación poética.

4.1. La Naturaleza como Reflejo del Alma

En Perito en lunas, la naturaleza es el motivo central, recreada a través de metáforas ingeniosas. En Viento del pueblo y El hombre acecha, se convierte en un vehículo para expresar el compromiso social y la defensa de los más desfavorecidos. En el Cancionero y romancero de ausencias, la naturaleza vuelve a ser paisaje, esta vez como marco de la soledad y la ausencia.

4.2. El Amor entre la Exaltación y el Dolor

En El rayo que no cesa, el amor se manifiesta en su doble vertiente: como fuente de felicidad y esperanza, pero también de dolor y frustración. La muerte se asocia al amor como pérdida y desgarro, como se expresa en la Elegía a Ramón Sijé.

4.3. La Vida y la Muerte: Un Diálogo Constante

El tema de la muerte se intensifica en Viento del pueblo y El hombre acecha, reflejando el contexto bélico. En el Cancionero y romancero de ausencias, vida y muerte se funden en una experiencia marcada por la pérdida y la esperanza de un nuevo comienzo.

5. El Lenguaje Poético: Símbolos y Figuras al Servicio de la Expresión

El lenguaje poético de Miguel Hernández evoluciona a lo largo de su trayectoria, en consonancia con las etapas de su obra:

  • Primera etapa: Lenguaje cercano al gongorismo, con elementos de la naturaleza.
  • Segunda etapa: Fusión del gongorismo con la expresión del dolor amoroso.
  • Tercera etapa: Lenguaje directo y claro en defensa de la libertad y la clase trabajadora.
  • Cuarta etapa: Lírica tradicional, sencilla y directa, que expresa dolor, soledad, amor y esperanza.

Una característica fundamental es el uso de símbolos, que se mantienen constantes pero varían en sus connotaciones según la etapa. Entre las figuras retóricas más recurrentes se encuentran la hipérbole, la comparación, la metáfora, la sinestesia, la personificación, las interrogaciones y exclamaciones retóricas, el hipérbaton, la anáfora y el paralelismo.

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