Explorando el Modernismo y la Generación del 98: Figuras Clave y Obras
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Valle Inclán
Valle Inclán, figura modernista y para muchos el más importante escritor del siglo XX, nació en Pontevedra en 1866. Su vida estuvo marcada por su espíritu bohemio, su carácter irritable y su absoluta entrega al arte. Tras un incidente en el que fue herido y perdió un brazo, se casó en 1907. Aunque fue designado para un cargo durante la República, dimitió y se adhirió a una asociación procomunista antes de divorciarse en 1933. Nombrado director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma, regresó a España en 1935 aquejado de cáncer y murió un año después en Santiago.
Sonatas
Su primer libro fue Femeninas (1895), pero esta y otras obras fueron superadas por las Sonatas (Sonata de otoño, Sonata de estío, Sonata de primavera y Sonata de invierno). Las cuatro poseen una belleza pareja con un estilo muy elaborado, musical y sugestivo.
Teatro
En 1908 inició la serie de novelas inspiradas en la segunda guerra carlista (Las cruzadas de la causa, 1908; El resplandor de la hoguera, 1909). Su matrimonio con una actriz lo vinculó más al teatro, estrenando obras de corte modernista como La cabeza del dragón (1910), Voces de gesta (1912) y La marquesa Rosalinda (1912), además de un libro de versos, La pipa de kif (1919). En 1920 publicó su mayor obra, Divinas palabras, que, aunque inicialmente no tuvo mucho éxito, fue consagrada como obra maestra tras su reposición en 1962.
Rubén Darío
Rubén Darío, modernista nicaragüense, aclamó un estilo nuevo de extraordinaria brillantez con obras como Azul y desarrolló libros de poemas como Prosas profanas y Cantos de vida y esperanza. Su estética, de origen francés, se caracteriza por temas exóticos y paganos. De los simbolistas heredó los tonos difuminados y tenues, y de Baudelaire y Verlaine, su demonismo. Con una sensualidad pagana y un catolicismo superficial y estético, es considerado uno de los mayores poetas del siglo XX, autor de poemas como Sonatina y Castilla.
Miguel de Unamuno
Miguel de Unamuno nació en Bilbao en 1864. Fue testigo del bombardeo de la ciudad por las tropas carlistas. Catedrático de griego y Rector de la Universidad de Salamanca, fue destituido por el Gobierno en 1914. Se opuso a la dictadura de Primo de Rivera, lo que le valió el destierro en Fuerteventura (1924). Amnistiado al año siguiente, regresó a Salamanca, donde fue recibido triunfalmente. Fue diputado en las Cortes republicanas, donde se opuso a los separatismos, y volvió a ser rector, cargo que cesó al mostrarse contrario al levantamiento militar de Franco. Murió repentinamente en Salamanca el 31 de diciembre de 1936.
Obras
Unamuno fue un escritor prolífico que compuso ensayos, novelas, dramas y poemas. Abordó temas como la existencia de Dios, el cristianismo como fórmula de salvación, la personalidad humana y España. Políticamente, sus ideas socialistas y anarquistas evolucionaron hacia una actitud inconformista ante la monarquía, la dictadura y la república, siempre buscando una patria mejor. Escribió novelas originales como Paz en la guerra, Niebla, Amor y pedagogía, y posteriormente publicó Abel Sánchez, La tía Tula, San Manuel Bueno, mártir y Niebla, una de sus obras más características.
La Generación del 98
La Generación del 98 rehabilitó a escritores proscritos como Góngora y exaltó a los primitivos españoles (Cid, Berceo, Hita, Manrique). Frecuentaron a escritores y pensadores extranjeros que habían combatido los valores tradicionales (Nietzsche, Schopenhauer, Marx, Hegel, Kierkegaard). Mantuvieron ideas cercanas al anarquismo, aunque su adscripción a partidos concretos fue limitada. Azorín mitigó su actitud juvenil, mientras que Maeztu se convirtió en adalid de los valores tradicionales y religiosos. Los demás fueron irreligiosos o heterodoxos.