Explorando la Generación del 98: Autores y Obras Clave

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Generación del 98

En el siglo XX se inicia una serie de problemas graves en nuestro país y, a nivel de política exterior, el llamado desastre del 98, que significó la pérdida de nuestras últimas colonias: Cuba y Filipinas. Esta fecha da nombre a la primera generación narrativa del siglo XX: la Generación del 98, que corrió paralela a la corriente poética llamada modernismo. Las dos grandes preocupaciones de la Generación del 98 serán el alma de España y el sentido de la vida. Su amor por España les lleva a reflexionar intensamente sobre ella. El estilo literario de esta generación se caracteriza por la vuelta a la sencillez, la frase viva y expresiva. Los componentes de esta generación son Pío Baroja, Azorín, Unamuno, Machado, Maeztu y Valle-Inclán.

Pío Baroja

En la concepción barojiana, la novela es un género en el que cabe todo, desde la reflexión filosófica o psicológica a la aventura, la crítica, el humor, etc. Estos asuntos se reflejan en sus novelas, pero su reverencia por la acción determina su preferencia por temas de aventuras. Los protagonistas son, por lo general, seres inadaptados que suelen fracasar en su lucha vital. Los interlocutores en sus novelas defienden sus puntos de vista por medio de un diálogo sencillo y verosímil. Baroja llegó a practicar la novela dialogal en algunas obras. En su estilo destaca, además, la maestría en la descripción. En una primera etapa de sus obras destacan Camino de perfección, El árbol de la ciencia y Zalacaín el aventurero, y en una segunda etapa de sus obras destaca Memorias de un hombre de acción.

Unamuno

En sus novelas desarrolló los temas que le obsesionaban: la afirmación de la personalidad, la lucha contra el instinto, el afán de dominio sobre los demás y la muerte. Sus novelas se centran en el conflicto íntimo de los personajes generado por una estricta trabazón familiar. Inició su narrativa con Paz en la guerra, novela histórica y realista, a la que consideraba una novela "ovípara", a diferencia del resto que caracteriza como "vivíparas", creadas con la técnica que refleja la vida. La primera, Amor y pedagogía, constituye una fantasía satírica inverosímil sobre el fracaso de las teorías positivistas. Sus principales novelas son Niebla, Abel Sánchez, La tía Tula y San Manuel Bueno, mártir.

Niebla (1914)

Niebla (1914) trata la lucha contra el determinismo a través del enfrentamiento entre el protagonista, Augusto Pérez, y su creador, Unamuno. Abandonado el día de su boda, Augusto piensa en el suicidio. Va a Salamanca y consulta al escritor Unamuno, quien le recuerda que es solo un personaje de ficción y no puede tomar tal decisión. Sobresale así la cuestión de la metanovela.

Azorín

En las novelas de Azorín se anulan el movimiento y el tiempo: la narración se basa en instantáneas. En su obra narrativa, Azorín efectuó un profundo análisis de la percepción. Este análisis contribuye a congelar el momento y a captar la impresión del instante. En sus primeras obras se observa una violenta rebeldía contra los valores establecidos, una conciencia social vinculada al anarquismo y a una crítica a toda preocupación espiritual subjetiva. Sus principales novelas son La voluntad, Antonio Azorín y Doña Inés.

La voluntad (1902)

La voluntad (1902) es una novela impresionista, que incluye fragmentos de vida, de sensaciones separadas entre sí. El protagonista, Antonio Azorín, es un ser pasivo, pesimista y falto de voluntad. Tras viajar a Madrid, se retira al campo en busca de la ataraxia. Sabemos que el personaje se entrega a la voluntad de la mujer con la que se casa y a la rutinaria vida.

Valle-Inclán (Novela)

Comenzó su trayectoria narrativa en el modernismo y, progresivamente, Valle-Inclán introdujo innovaciones en su técnica novelística hasta culminar en su creación máxima: el esperpento. En su producción destacan sus Sonatas, la serie La guerra carlista, Tirano Banderas y El ruedo ibérico.

Las Sonatas representan una alegoría de la vida humana. El marqués de Bradomín funciona como hilo conductor en las cuatro novelas.

  • Sonata de primavera (1904) se desarrolla en un palacio italiano, el joven marqués no consigue el amor de la novicia María Rosario.
  • Sonata de estío (1903), el marqués viaja a México y vive una aventura exitosa con la niña Chole.
  • Sonata de otoño (1902), el marqués mantiene relaciones con su prima Concha en el marco de una Galicia rural, fría y lluviosa.
  • Sonata de invierno (1905), Bradomín, viejo y cansado, se encuentra en Estella y está a punto de seducir a Maximina, sin saber que es su propia hija.

Novelistas Renacentistas

Ramón Pérez de Ayala

Creó una novela experimental, preocupada por el tema de la conciencia, en la que incluyó aspectos inconscientes y subconscientes. Entre sus obras destacan Tinieblas en las cumbres (1907) y Tigre Juan (1924).

Gabriel Miró

En sus novelas prima la emoción, los hechos se diluyen en impresiones que producen la fragmentación del texto. Entre sus obras destacan Las cerezas del cementerio (1910) y El obispo leproso (1926).

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