Exploración del Pensamiento de Leibniz y Locke: Razón, Empirismo y Filosofía Política

Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Filosofía y ética

Escrito el en español con un tamaño de 3,45 KB

Leibniz: Verdades de Razón y la Doctrina de las Mónadas

Leibniz, en su búsqueda del entendimiento, distingue entre dos tipos de verdades:

  • Verdades de hecho: Son empíricas, a posteriori y contingentes. Su conocimiento es válido, pero su opuesto es posible.
  • Verdades de razón: Son eternas, innatas, a priori, necesarias y analíticas. Su opuesto es imposible, implicando una contradicción.

El conocimiento racional, según Leibniz, se guía por dos principios fundamentales:

  • Principio de posibilidad: Es posible todo aquello que no implica contradicción en sí mismo.
  • Principio de razón suficiente: Nada puede acontecer sin que exista una razón suficiente para ello.

Para Leibniz, Dios posee un conocimiento perfecto donde todas las verdades son de razón, ya que conoce de antemano todo lo que sucederá.

Introduce el concepto de mónada para resolver la dicotomía cartesiana entre res extensa y res cogitans. Las mónadas son sustancias individuales e indivisibles, siendo el espíritu la única y verdadera sustancia. El espacio y el tiempo son considerados como algo ideal, una construcción del conocimiento. Las mónadas, en número infinito, difieren intrínsecamente y cualitativamente, y solo pueden ser creadas o aniquiladas por Dios. Poseen un principio de acción intrínseco y actúan de manera coordinada gracias a una armonía preestablecida por Dios, sin interacción directa entre cuerpo y espíritu.

Locke: Liberalismo, Empirismo y Filosofía Política

Antecedentes y Contexto Contemporáneo

La filosofía política de Locke, expuesta en sus Dos tratados sobre el gobierno civil, refuta la legitimidad del derecho divino de los reyes defendida por Robert Filmer en El Patriarca. Locke argumenta que el gobierno debe ejercerse con el consentimiento de los gobernados.

El Contrato Social y el Estado de Naturaleza

El gobierno es una creación del pueblo, y este lo mantiene para asegurar su propio bien. La pérdida de confianza del pueblo implica la pérdida de legitimidad del gobernante.

Locke fundamenta su teoría en la ley de Naturaleza y el contrato social. En el estado de naturaleza, los hombres gozan de absoluta libertad e igualdad, pero este estado no es de libertinaje, sino que se rige por la ley de la razón. Esta ley dicta que nadie debe dañar a otro en su vida, salud, libertad o propiedad, es decir, en sus derechos naturales. Cada individuo es libre y disfruta del fruto de su propio trabajo.

En caso de que alguien viole la ley de Naturaleza, el ofensor puede ser castigado por cualquier otro individuo. El estado de Naturaleza no es un estado de guerra, aunque esta siempre es una posibilidad cuando alguien amenaza la vida de otro. En tal caso, es justo defenderse y destruir a quien representa una amenaza, ya que este se sitúa fuera de los lazos de la razón y se rige por la fuerza y la violencia. Al no haber jueces ni leyes, cada hombre es juez de su propia causa, lo que puede llevar a la venganza en lugar de a la reparación del daño.

La ley de Naturaleza tiene antecedentes en la historia de la filosofía, como en Aristóteles, quien distinguió entre una ley positiva y una ley universal y natural.

Entradas relacionadas: