Exploración de la Literatura del Siglo XX: De Kafka al Movimiento Beat
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Un precursor de principios de siglo: Kafka
El existencialismo se desarrolló tras la Segunda Guerra Mundial, aunque desde principios de siglo aparecen precursores como Rilke, que refleja en sus obras la angustia vital que amenazaba al hombre del siglo XX y pretendía cambiar las ideas sobre la vida. Kafka logró plasmar en sus obras (escritas en alemán) los graves problemas que afectarían al hombre del siglo XX: la deshumanización, la pérdida de identidad, la soledad, el vacío... Kafka construye en sus novelas (La metamorfosis, El proceso, El castillo), en forma de parábolas, mezcla el realismo con los hechos más insólitos y convierte a sus personajes en símbolos universales. En la última, narra los esfuerzos de un agrimensor por entrar en contacto con el señor de un castillo que contrató sus servicios.
Precursores de entreguerras
Los escritores de entreguerra siguen buscando respuestas a las preguntas sobre la condición humana. Algunos esperan encontrar en la acción, el sacrificio y la solidaridad una razón para vivir. Otros contemplan el mundo con humor nihilista o con una mirada grave y profunda. Los franceses, Malraux y Saint-Exupéry, hicieron de la aventura el objetivo de sus vidas: el primero participa en algunas guerras y revoluciones, y el segundo, como aviador civil y piloto militar durante la Segunda Guerra Mundial. Los dos extraen de la experiencia el material de sus novelas, donde destacan el valor de la solidaridad y la fuerza del individuo para enfrentarse a su destino. La principal obra de Malraux es La condición humana, y la de Saint-Exupéry, El principito. Huxley utiliza la ciencia ficción en Un mundo feliz para trazar una utopía pesimista sobre el futuro de la humanidad. Mann envuelve la acción de sus novelas en una densa carga ensayística e intelectual, con la que intenta ahondar en el sentido de la vida y el arte. En La montaña mágica, hace un análisis psicológico de los enfermos de un sanatorio y de sus conflictos personales, que eleva a símbolos de la Europa de preguerra. En Muerte en Venecia, pinta la soledad del artista en su lucha por apresar la belleza.
Existencialistas de posguerra
La vida, ideas y obras de Sartre y Camus tienen en común:
- Participaron en los mismos acontecimientos y en el mismo bando.
- Utilizaron la novela y el teatro para dar forma a sus ideas filosóficas: libertad del hombre, angustia existencial, el absurdo...
- Se comprometieron con su época denunciando las injusticias sociales y todo lo que corta la libertad de la persona: partidos, religiones...
Sartre
Para él, el ser humano es una existencia entre dos nadas. La angustia que lo corroe tiene origen en la necesidad de hacerse a sí mismo y de ejercer la libertad a la que está condenado tras la muerte de Dios. Su ansia por lo absoluto, por ser Dios, lo convierte en una criatura absurda. La única rebeldía posible es la acción. Su novela más conocida es La náusea. En teatro, destacan Las moscas y A puerta cerrada.
Camus
Para él, el absurdo no recae tanto en el hombre. Frente al absurdo, no cabe la evasión ni el suicidio, sino la rebeldía total y constante de enfrentarse a él con los ojos abiertos para conquistar la libertad. Entre sus novelas, destacan La peste y El extranjero. También escribió obras de teatro como Calígula.
El movimiento beat: Kerouac
Su escritura semiautomática se basa en narraciones e improvisaciones sobre un tema apoyado por ritmos rápidos y recurrentes. Es profeta de una nueva mística que nace de su infancia y deriva en el budismo de su última época. En su última novela, En el camino, acierta y da con el símbolo de toda una generación a la que invita a la huida continua, sin trabajo, sin familia, en busca de experiencias intensas: alcohol, drogas, sexo, música de jazz...
La literatura social
Siempre han existido escritores comprometidos que tienen como primer objetivo denunciar las injusticias sociales. El autor de El Lazarillo, Rabelais, Montesquieu... están en esa línea. Pero la corriente denominada literatura social o comprometida se forma a raíz de la Segunda Guerra Mundial. La masificación impide el desarrollo del individuo; los gobiernos no logran una justa distribución de la riqueza, y los regímenes totalitarios persiguen a quienes no siguen sus ideas. Por esta situación, algunos escritores llevan a sus obras los conflictos sociales para que los lectores tomen conciencia y puedan superarlos. Este compromiso social se manifiesta en poesía, en novela y en el teatro. Aunque en la novela la protesta social puede envolverse en argumentos surrealistas, fantásticos o de ciencia ficción, por lo que toman la fórmula del realismo.
La generación perdida norteamericana
Después de la Primera Guerra Mundial, la juventud norteamericana se entrega al jazz, el baile, el alcohol... Son los felices años veinte, que se cierran con la caída de la bolsa de Nueva York en 1929. En esta época, se encuentra su mejor expresión literaria en las obras de unos narradores que forman la generación perdida. Están marcados por la guerra, y unos se entregan al radicalismo político, otros a la aventura...