La Era de la Expansión Imperialista y la Organización Industrial Moderna

Nuevas Formas de Gestión Empresarial: La Revolución Industrial

A partir de 1880 en Estados Unidos, se ensayaron nuevas formas de organizar la producción. El objetivo principal era que los trabajadores desempeñaran una serie muy limitada de tareas simples, aprovechando el tiempo al máximo. Ejemplos notables de esta nueva metodología fueron los sistemas de producción de Henry Ford, quien implementó la cadena de montaje en la industria automovilística. Esta innovadora forma de producción demostró ser la más adecuada para atender el creciente consumo de masas, la elaboración de productos estándar y para emplear una mano de obra poco cualificada, a menudo proveniente del campo, que se adaptaba con mayor facilidad a los nuevos sistemas.

Teorías del Imperialismo

Las teorías del imperialismo a finales del siglo XIX se sustentaban en varias ideas clave:

• La expansión colonial beneficiaba a la nación en su conjunto. Las colonias eran consideradas importantes desde el punto de vista militar, económico y comercial.
• La "misión civilizadora" del hombre occidental. Consistía en ofrecer las ventajas de las civilizaciones occidentales a pueblos considerados atrasados, lo que a menudo implicaba la mitificación del colono.
• Algunos pensadores acusaban a otros grupos sociales de beneficiarse de la explotación de las colonias.
• El imperialismo era visto como una etapa indispensable para el capitalismo mundial. La libre competencia había sido sustituida por la tendencia al monopolio.

La India Británica

Ya en el siglo XVIII, los británicos habían logrado desplazar a los franceses en la India. La falta de unidad política del territorio facilitó las actividades británicas. Inicialmente, se conformaron con dominar ciertas áreas estratégicas, establecer alianzas y lograr el monopolio comercial. Posteriormente, extendieron su dominio. Gran Bretaña se aseguró las fronteras de la India ocupando Afganistán como defensa frente a la influencia rusa y francesa.

El Mediterráneo No Europeo y el Imperio Otomano

El Imperio Turco cayó bajo la esfera de influencia occidental debido a sus problemas financieros. Gran Bretaña era partidaria de mantener el Imperio Otomano, amenazado por el expansionismo ruso. La rivalidad entre potencias permitió a los turcos conservar su independencia. En 1830, los franceses iniciaron la ocupación de Argelia. En Túnez, existía una fuerte rivalidad entre franceses e italianos. En Egipto, franceses y británicos rivalizaban por el control del Canal de Suez, lo que llevó a la ocupación británica del país. Los italianos se aseguraron Libia. Marruecos quedó dividida en un área española más pequeña al norte.

El Reparto de África

La celebración de la Conferencia de Berlín (1884-1885) estableció que ninguna potencia tenía derechos históricos sobre ningún territorio hasta que no lo ocupase de manera efectiva. En África Occidental, la principal beneficiaria fue Francia, que dominó un gran territorio en Marruecos y el Congo. En África Oriental, el predominio fue de Gran Bretaña, cuyo imperio se extendió desde Egipto hasta el Lago Victoria. En África del Sur, las presiones de los colonos del Cabo, como Cecil Rhodes, quien planteaba la construcción de un ferrocarril transafricano (El Cabo-El Cairo), impulsaron la expansión británica hacia el norte, hasta los límites del Congo Belga. Esta expansión impidió que Portugal y Alemania unieran sus colonias del Atlántico y del Índico.

China y el Pacífico

Los británicos compensaron su beneficio con China mediante la venta de opio. Las autoridades chinas, que acusaron a los occidentales de promover el consumo de opio entre su pueblo, intentaron impedir su importación. Los británicos aprovecharon este conflicto para humillar a China en la llamada Primera Guerra del Opio. El contacto con los occidentales tuvo un resultado distinto en China y Japón: mientras el sistema político chino entraba en decadencia, el sistema político japonés fomentó la modernización del país, replicando a los extranjeros con sus mismas armas. Gran Bretaña ocupó Singapur, que comunicaba el Océano Índico con el Pacífico. Francia desembarcó en Indochina con la excusa de proteger a los misioneros católicos. En la península de Indochina permanecía el reino de Siam como estado tapón.