Evolución del teatro español en los años 60, 70 y 80

Los años 60 y 70

Antonio Gala (Los verdes campos del Edén), y otros más, escribieron un teatro estilizado y poco realista donde la importancia residía en el texto y la forma, fue como una evolución de la alta comedia. Se desarrollará otro tipo de teatro, el experimental, perseguido por la censura. Ajeno a la estética realista, entienden el teatro como un espectáculo donde el texto es solo un elemento más. Este modelo dramático compensaba su modestia de recursos con dosis de imaginación y libertad. Adquieren importancia los efectos especiales, la escenografía, la luz, el sonido, la mímica, las máscaras, el vestuario y el maquillaje.

Mención aparte merece Fernando Arrabal, autor con influencias psicoanalistas. Es el fundador del teatro Pánico, que reta la autoridad, está lleno de elementos blasfemos, persigue la provocación y el escándalo del espectador (Una cabra sobre una nube). Realizó un teatro del absurdo ingenuo, que rompe con lo convencional. En Pic-nic cuenta la historia de unos padres que van a visitar a su hijo a la guerra un domingo.

Los años 80

Francisco Nieva vuelve a España en 1964, influido por Goya. Es el fundador del Teatro Furioso, un grupo de obras de carácter coral con motivaciones dramáticas oscuras “La carroza del plomo candente”. Con la llegada de la democracia, vuelve la libertad de expresión, sin censura. El teatro se convierte en un género heterogéneo en el que aparecen diferentes corrientes. Se aprecia un retroceso del teatro experimental. Autores que estrenan desde los años 80 con éxito son José Luis Alonso de Santos “Bajarse al moro”, contrabando de droga y “La estanquera de Vallecas”, robo en un estanco, 4 personajes, Francisco Nieva “La señora tártara”, José Sanchís Sinisterra “¡Ay, Carmela!”, Fernando Fernán Gómez “Las bicicletas son para el verano”, estas dos últimas son obras de teatro críticas sobre la Guerra Civil y la postura izquierdista. Cabe destacar la aparición de compañías corales, como Animalario, aún vigente.