Evolución del Sistema Financiero y Empresarial en la España del Siglo XIX
Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Historia
Escrito el en español con un tamaño de 8,46 KB
Dinero y Banca
1. Introducción
El sector de las finanzas también evolucionó hacia la modernidad en el siglo XIX. Los primeros esfuerzos por ordenar el sistema de gastos e ingresos estatales en un presupuesto se remontan al reinado de Fernando VII.
Tengamos en cuenta que, de lo dicho hasta ahora, se desprende que en la economía española durante la segunda mitad del siglo XIX hubo tres grandes demandantes prioritarios de capital: el Estado, la desamortización y los ferrocarriles.
2. El Sistema Monetario
La modernización del sistema monetario se llevó a cabo en varios planos. Por un lado, hay una serie de reformas que imponen la moneda decimal y unifican el sistema.
El sistema único, simple y homogéneo se logró gradualmente tras la reforma de 1868, cuyas dos principales novedades son la instauración de una nueva unidad monetaria, la peseta, y la creación de un sistema de patrón bimetálico oro-plata, que no duró ni 15 años.
La peseta como unidad oficial es de origen catalán.
Si la peseta como unidad monetaria duró bastante, sin embargo, el sistema bimetálico oro-plata fue muy efímero.
La importancia de la desaparición del oro de la circulación en España trasciende la puramente anecdótica.
Al tiempo que la plata sustituía al oro, dos nuevos componentes de la oferta monetaria pasaban de representar una proporción insignificante hacia 1830 a significar más de la mitad de la oferta al terminar el siglo. Estos componentes son: el billete de banco y las cuentas corrientes.
La desaparición del oro se vio mucho más que recompensada por el crecimiento de los otros componentes.
3. El Sistema Bancario
Paralelamente a la transición monetaria tuvo lugar una transición en la banca, que consistió esencialmente en el paso, a partir de un estado embrionario, a uno relativamente diversificado.
A) Los Precursores
El primer gran banco español fue creado en 1782 con el nombre de Banco Nacional de San Carlos. Fundado con el patrocinio del Estado, estaba encargado de la administración de la deuda pública. A causa de esto, entró en el siglo XIX en práctica suspensión de pagos.
Para poner remedio a la larga parálisis del Banco de San Carlos, se fundó en 1829 el Banco Español de San Fernando.
Durante sus primeros 15 años, el Banco de San Fernando emitió billetes en pequeñas cantidades y descontó letras, pero, sobre todo, prestó al Gobierno. En 1844 se fundaron el Banco de Isabel II en Madrid y el Banco de Barcelona. El Isabel II se convirtió en el rival del San Fernando. La competencia hizo que se abaratara la circulación fiduciaria en Madrid, y se fusionaron los dos en 1848, llamándose el nuevo Banco Español de San Fernando. La ley de bancos de emisión de 1856 lo rebautizó con el nombre de Banco de España.
El Banco de Barcelona capeó mejor la crisis gracias a la política prudente y conservadora, que lo convirtió en el banco privado de más peso y prestigio durante todo el siglo.
Se pueden distinguir dos etapas en la evolución del sistema bancario español en el siglo XIX:
- 1. Los años 1850-1874: es un primer periodo de grandes fluctuaciones.
- 2. Los años 1874-1900: la segunda etapa no presenta altibajos tan bruscos como la primera. Durante esta etapa, los sistemas monetarios y bancarios adquirirán algunos de sus rasgos más duraderos.
4. Conclusiones
Las afirmaciones de más trascendencia contenidas en esta sección son:
- Desde el punto de vista monetario y bancario, el siglo XIX es un periodo de transición incompleta.
- En esta época se consagra precozmente el patrón fiduciario en España.
- La evolución del sector bancario revela la búsqueda de una gran estructura adecuada para la financiación del crecimiento, de utilización de la banca como instrumento de desarrollo.
Para terminar, señalemos que en el caso español durante el siglo XIX, los bancos sustituyeron a los mecanismos de mercados en la generación de fondos prestables y en la promoción de empresas industriales, donde los bancos han tenido una función tan crucial dentro del proceso de industrialización y modernización.
El Factor Empresarial
La debilidad del espíritu de empresa español queda subrayada por dos factores:
- La gran importancia que han tenido los empresarios extranjeros en la historia económica de España desde al menos el final de la Edad Media.
- La gran propensión de los empresarios españoles a buscar protección del Estado para que les proporcione rentas y les cobije de la competencia.
1. Banca y Ferrocarriles
El papel de los extranjeros en la banca española es notable. El Banco de San Carlos fue fundado por el francés Cabarrús.
Los franceses no solo aportaron capital y talento, sino también iniciativa legislativa.
El francés fue sin duda el grupo extranjero más numeroso en la banca española.
En cuanto a los ferrocarriles, sabemos también que se construyeron con gran parte de capital, iniciativa y técnicas francesas. También hubo compañías belgas y españolas. También hay que decir que los franceses crearon gran parte del ferrocarril de la Europa meridional.
2. Industrias Agrarias
España exportó una mayoría de productos agrícolas en el siglo XIX. La mayor parte de los empresarios eran nativos, pero generalmente atrasados y conservadores. La innovación más señalada fue el desarrollo de los cítricos.
La importancia de la naranja no fue grande hasta el siglo XX. Lo mismo ocurre con la industria de conserva de frutas y hortalizas.
También tuvo importancia la exportación del aceite. En especial, fueron los empresarios franceses los primeros que introdujeron maquinaria moderna para producir aceites refinados. Los empresarios españoles fueron incapaces de popularizar marcas españolas en el comercio internacional.
Otro sector agrario de gran importancia fue el vinícola. Las exportaciones de vino alcanzaron volúmenes sin precedentes en los años 70 y 80 del siglo XIX.
La producción y exportación de estos vinos tan típicamente españoles estaban en gran parte en manos de empresarios franceses, ingleses e irlandeses. Todo lo cual no implica la ausencia de notables empresarios españoles, entre los que destaca Manuel González Ángel, el socio principal de González-Byass.
3. Minería y Metalurgia
Las minas españolas, pese a su riqueza, no entraron en explotación intensa hasta finales del siglo XIX. En las últimas décadas del siglo, sin embargo, se convirtieron en el factor más dinámico de la economía española.
La minería y la metalurgia constituyeron un ejemplo clásico de la incapacidad de los empresarios españoles para hacer frente a los problemas que implicaba el desarrollo de un sector de tecnología compleja, intensivo en capital, en fuerte expansión y con importantes ramificaciones en Europa.
4. Bienes de Equipo y Energía
Los explosivos para la minería constituyen un importante factor productivo, ya que se producían domésticamente, en especial a partir de la instalación en Bilbao de la Sociedad Española de la Dinamita.
Otras industrias modernas, como las del gas, la electricidad y el transporte urbano, también fueron introducidas por empresarios y capitalistas extranjeros.
Las primeras compañías de tranvías de Barcelona fueron inglesas y francesas, pero las compañías belgas pronto fueron dominantes.
5. Actitudes Empresariales
Hubo notables empresarios españoles en este periodo. En banca, tenemos el nombre de Manuel Girona, fundador y casi presidente perpetuo del Banco de Barcelona; José Campo, el creador del primer banco de negocios.
El hecho es que los españoles que se han decidido a asumir el papel de empresarios han tendido con gran frecuencia a apoyarse en estructuras no competitivas.
6. Algunas Hipótesis
Una sociedad que desde el siglo XVI se congeló en una ortodoxia impuesta, que reprimió sistemáticamente el pensamiento original y la libertad de acción en busca de la felicidad terrena, acabó encontrándose, tres siglos más tarde, sin una clase empresarial competitiva y dinámica. Las actitudes sociales son muy persistentes: hay indicios de que el problema no se ha resuelto todavía.