Evolución de la Poesía y el Teatro en España: Desde la Posguerra hasta los Años 90

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La Poesía Posterior a 1936

Del 39 al 50 (Los Años 40)

  • El Exilio: Tras la Guerra Civil, el exilio fue una solución de vida obligada para muchos escritores. No se puede hablar de formas estéticas comunes, ya que encontramos grandes diferencias generacionales. Al exilio se van escritores del 98, de la Generación del 14, de la Generación del 27 y nuevos poetas.
  • La Cárcel: Miguel Hernández: Es un poeta puente entre la Generación del 27 y la poesía de la posguerra. Fue consiguiendo hacerse un camino muy personal por su actitud vital de compromiso político; su extraordinaria sentimentalidad, que en el plano social tiene como consecuencia una poesía que transpira solidaridad humana y, en el plano personal, una poesía que rebosa sentimiento, pasión y ternura. Su poesía demuestra que puede unirse el rigor técnico a la intención social, incluso al carácter popular.

La inmediata posguerra, una generación extinguida. Dámaso Alonso distingue dos tipos de poesía muy diferenciados en esta época, que corresponden, respectivamente, a los autores que perdieron la guerra y a aquellos otros que se identifican con el bando de los vencedores.

  • El grupo de poetas desarraigados está representado por Dámaso Alonso, Blas de Otero, Gabriel Celaya… Para ellos, el mundo aparece como caos y angustia; la poesía es una búsqueda frenética de la armonía y el orden que no se encuentra; el hombre aparece visto como una criatura desorientada; si se habla de Dios es para increparle, exigirle, acusarle. Es una poesía de tonos desarraigados, broncos, duros. Cuidada, bien hecha, pero sin una actitud esteticista.
  • Los poetas arraigados son Luis Rosales, Luis Felipe Vivanco, Leopoldo Panero… Defienden una poesía clasicista, armónica, con una visión optimista de la existencia, fe en el mundo y en la vida, orden. Incluso el dolor, que no niegan que pueda existir, tiene sentido. Entre sus temas están el amor, el paisaje, lo cotidiano, lo religioso. Predomina en ellos una visión acrítica de España y del momento histórico por el que estaban pasando.

La Poesía Española entre 1955 y 1960: El Realismo Social (Los Años 50)

Las obras de Blas de Otero y Gabriel Celaya inician el movimiento del Realismo Social en poesía. A lo largo de la década fueron muchos los poetas y los libros que se adhirieron a este movimiento que cargaba de responsabilidad al escritor, cuya obra debía colaborar a la transformación de la sociedad. Por entonces, ciertos poetas anteriores eran reivindicados como ejemplos de poetas sociales: se leía su poesía en recitales, se ponía música a sus poemas… La poesía para esta generación es un acto de solidaridad con los que sufren. Esto supone el abandono de lo íntimo y personal, y la repulsa de la neutralidad político-social. Los temas giran en torno a la realidad española vista desde una actitud crítica, casi siempre de orientación marxista. La injusticia social, la alienación, el hambre, el mundo del trabajo… En cuanto al estilo, preferirán un lenguaje claro, intencionadamente prosaico, coloquial.

Otras Voces de los Años 40 y 50

Al margen de las tendencias anteriores, escriben poesía en estos años otros grupos de poetas:

  • El Postismo: Es un movimiento minoritario, que, ajeno a las corrientes existenciales y sociales, conserva la concepción lúdica del arte que había caracterizado a las vanguardias. Estos autores defendían la libertad expresiva, la imaginación, el juego estético.
  • El Grupo Cántico: Se trata de una poesía intimista y vitalista, refinada en lo estético, de culto a los sentimientos. A veces, el elemento religioso o litúrgico constituye un componente importante de su poesía.
  • José Hierro: Con gran calidad. Este autor pasa por unas etapas que son: poesía arrebatadoramente existencialista, poesía social, poesía de la experiencia con la generación de la década de 1960. La nota común a todas las etapas es su entrañable humanidad. Entre sus temas, el conflicto constante entre el amor a la vida y una lúcida conciencia del dolor y las limitaciones humanas.

La Poesía en la Década de 1960

Tras el cansancio del realismo social, estos escritores, que ocupan el centro de la década, defienden una poesía que conecta con la poesía existencial en su regreso al yo, al intimismo, a los temas existenciales, aunque sin el patetismo que había caracterizado a los poetas desarraigados. Conectan también con el realismo social por su actitud crítica, pero ahora más distanciada, irónica. A todo ello hay que añadir una clara preocupación estética. El retorno a lo íntimo supone otros temas: el fluir del tiempo, la evocación de la infancia, la amistad, el amor… Subyace una concepción de la poesía como conocimiento, explícita en alguno de los poetas del grupo. En cuanto al lenguaje, rechazan por igual el patetismo y el prosaísmo; adoptan una postura antirretórica; demuestran aprecio por el lenguaje y cuidado de la obra bien hecha.

Los Novísimos (Los Años 70)

En 1970, aparece una antología de nuevos poetas realizada por José María Castellet, con el título de Nueve novísimos poetas españoles. Estos nueve poetas son muy representativos de una nueva sensibilidad. Nacidos después de la guerra, son hijos de una cultura: reciben una educación tradicional, estrecha. En cuanto a los temas, se ocupan del mundo de la infancia, el amor, el erotismo; en relación con el mundo de lo público, la guerra de Vietnam, la sociedad de consumo. Utilizan tonos graves a la vez que frivolidad. Pueden ser sarcásticos, corrosivos. Muestran una actitud escéptica ante las posibilidades que pueda tener la poesía de cambiar algo. Son inconformistas. Es la estética lo que más les importa: la poesía es para ellos, sobre todo, arte.

Los Años 80

Los poetas reflejan a veces el espíritu postmoderno, el escepticismo que va surgiendo en todos los campos (político, social). Ello da lugar a un renovado interés por lo íntimo. Se renuncia a grandes temas, a querer explicar el mundo. La estética es importante en todos ellos, pero con líneas muy variadas, de difícil clasificación.

La Poesía Posterior a 1936 (Tema en su Conjunto)

Inmediatamente después de la guerra, el panorama de la poesía se ve dramáticamente empobrecido por la muerte de algunos grandes poetas y por el exilio de otros. Los cauces estéticos que se habían abierto en los años anteriores a la contienda se sienten ahora como insuficientes o inadecuados para la expresión de estos nuevos tiempos de dolor y censura. Dámaso Alonso clasifica a los poetas de la posguerra en arraigados (aquellos más o menos conformes con la nueva situación) y desarraigados (aquellos que, por el contrario, se sienten exiliados en su tierra). En torno a 1955, una nueva etapa, la del realismo social, abre nuevos cauces, sociales, a todas las inquietudes existenciales de poetas como Blas de Otero y Celaya; y otros, como V. Aleixandre, se acercan a lo social desde posturas muy distantes. Como en otros géneros, se cree ahora que la poesía podría cambiar el mundo si olvida afanes estéticos y centra su interés en la temática social. Mientras esto ocurre, algunos autores siguen caminos muy personales como José Hierro o se agrupan en torno a otras inquietudes como los postistas, que representan la pervivencia de las vanguardias, y el grupo de Cántico de Córdoba, que reivindicaba una vez más el culto al ingenio y al sensorialismo del Barroco. En la década de los 60, surge una nueva generación que, sin abandonar el tema social, recupera para la poesía el interés estético, la presencia del yo, la idea de poesía como conocimiento. Todo ello sin patetismo ni prosaísmo, cuidando la obra y el lenguaje. Por último, en 1970, hace acto de presencia una nueva generación, con cambios importantes hacia la poesía experimental. Todo ocurre a raíz de una antología realizada por J. M. Castellet con el título de Nueve novísimos poetas españoles. Representan una nueva sensibilidad, una educación en un mundo de cine y TV, lectura de los grandes poetas hispanoamericanos y españoles de la Generación del 27 y de los clásicos.

El Teatro Español Después de 1936

Tres tendencias estético-sociológicas discurren simultáneamente a lo largo de 1936:

La Primera Tendencia: Restauradora

Es la que llamaremos Restauradora o de identificación con el pasado: es la que intenta mantener una visión del mundo llamada a desaparecer.

  • 1ª etapa (años 40-50): La censura actúa férreamente y se impone la ideología de los vencedores con obras teatrales dirigidas a la burguesía y cuya meta literaria es la pieza bien hecha.
  • 2ª etapa (años 60-70): Predomina una actividad más evasionista, aunque pervive la huella de la alta comedia.
  • 3ª etapa (años 80-90): Siguen predominando las ideas conservadoras, aunque se introducen recursos eróticos que pueden dar una falsa idea de renovación.

La Segunda Tendencia: Innovadora o de Reforma

En la que hay tres aspectos diferentes:

  • El Exilio: Produce un teatro difícil y nunca justamente valorado.
  • El Humor: Intento de renovación frustrado por falta de éxito de las representaciones. Así se pierde la oportunidad de conectar con el teatro del absurdo (ilógico e irracional).
  • El Realismo: Influencia decisiva del social-realismo, del realismo norteamericano y del grupo del 98…
    • Años 40-50: Dos grandes autores: Antonio Buero Vallejo, que da nombre a la generación realista a raíz del estreno de Historia de una escalera, y Alfonso Sastre, con un realismo político y social y una influencia decisiva en el realismo social de las décadas siguientes.
    • Años 60-70: Las obras del llamado realismo social tienen la intención de criticar una situación injusta en la que se encuentran los protagonistas. Se rompe con el lenguaje de la llamada pieza bien hecha de la comedia burguesa, pero no se consigue una auténtica ruptura.
    • Años 80-90: El Estado se hace cargo del teatro, que comienza a adquirir un carácter público, a veces en detrimento del teatro privado. Todavía continúa la estética realista, pero con mezcla de elementos fantásticos; continúa un cierto compromiso, pero sin moralismo; una moderada renovación formal, pero sin romper con lo tradicional.

La Tercera Tendencia: Renovadora o de Ruptura

La sinrazón de las guerras mundiales consiguió que el escepticismo se apoderara de la lógica para desmentirla e ironizarla. Surge el gran teatro europeo del absurdo en el que se ofrece una puesta en escena de actos sin significación, porque ello es la única respuesta posible ante la sinrazón del mundo. Existe otra influencia decisiva de las técnicas experimentales de los grandes grupos americanos: provocación, desintegración del lenguaje, ruptura de la lógica…

  • Con Fernando Arrabal: Llegamos a la auténtica renovación del teatro en España. Entiende el teatro como un proceso vital, como una ceremonia catártica en la que los personajes encuentran razones para existir.
  • Los autores del denominado Nuevo Teatro o Teatro Underground: Que era un teatro censurado, destrucción interna del personaje, muñequización y lenguaje simbólico.
  • A partir de los 80: Van adquiriendo más importancia los directores, a los que se considera auténticos autores del espectáculo.
  • Por influencia de los Happenings americanos y basándose en la desmitificación de lo literario surge el teatro colectivo: Que consigue, en casi todos los casos, una auténtica renovación.
  • Los diversos premios y Festivales: Intentan incentivar la actividad teatral, así como descentralizarla de Madrid y Barcelona.

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