Evolución de la Poesía Española: De los Novísimos a Eloy Sánchez Rosillo
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Evolución de la Poesía Española: De los Novísimos a la Generación del 70
Hacia mediados de la década de los sesenta, vuelve a cambiar el rumbo de la poesía española. Un grupo de jóvenes poetas, nacidos entre 1939 y principios de los cincuenta, manifiesta una actitud de ruptura con la estética anterior. Comienzan su actividad en pleno desarrollo económico; se han formado en una situación de apertura internacional, por lo que han podido leer la obra de escritores extranjeros (sobre todo, ingleses y franceses), y están influidos por los medios de comunicación de masas (radio, televisión, prensa, tebeos, canciones, cine...).
En 1970, José María Castellet reúne en su antología Nueve novísimos poetas españoles a los principales autores que van a formar la nómina del primer grupo de los Novísimos: Leopoldo María Panero, Ana María Foix, Félix de Azúa, Manuel Vázquez Montalbán, Antonio Martínez Sarrión, José María Álvarez, Pere Gimferrer, Guillermo Carnero y Vicente Molina Foix. A estos nombres habría que añadir otros como Antonio Colinas, Luis Alberto de Cuenca o Luis Antonio de Villena, que participan de algunos de los rasgos de los Novísimos.
Rasgos de la Estética Novísima
Los rasgos más destacados de esta nueva estética son los siguientes:
- Deseo de ruptura con la poesía anterior: este deseo se manifiesta claramente en el rechazo del uso directo del yo, en la oposición al estilo realista y en la ausencia tanto de una postura ética como de una crítica social.
- Modelos poéticos muy variados: por un lado, los Novísimos recuperan la vanguardia (el Surrealismo, el Cubismo, el Postismo...); por otro, recogen influencias del Simbolismo francés, del Modernismo y de poetas ingleses contemporáneos.
- Exhibicionismo cultural: evitan lo anecdótico y personal; el yo desaparece, aunque el autor habla de sí mismo, sin nombrarse, a través de personajes de otras épocas que lo representan o de elementos culturales interpuestos. Estos elementos culturales provienen de mitologías exóticas o de la cultura de masas (el cine, la televisión, el rock, las novelas policíacas, la publicidad, los cómics, las revistas de modas, etc.).
- Experimentación lingüística: Defienden la libertad formal, buscan una expresión poética llamativa caracterizada por un lenguaje rico y barroco. Practican la escritura automática, que evita el discurso lógico, y emplean técnicas como la del collage: extensas citas preceden al poema o se incorporan a él versos completos de otros autores, letras de canciones…
La Generación del 70: Una Nueva Sensibilidad
La estética novísima es la dominante desde 1966 hasta 1985; sin embargo, los Novísimos de primera hora evolucionarán de forma independiente y personal a partir de 1975. Por estas mismas fechas se dan a conocer otros poetas, pertenecientes cronológicamente a la generación de los setenta, que no habían sido tan precoces a la hora de publicar como el primer grupo de Novísimos. Estos poetas de finales de los setenta se alejan de la estética novísima, del excesivo culturalismo y la exagerada experimentación lingüística. Valoran la emoción y el monólogo interior como ejes del poema en el que dan entrada al humor y a la ironía. Hacen una poesía de la experiencia que los acerca a los poetas de la promoción de los sesenta y adelantan el estilo coloquial de la poesía de los ochenta. Los autores más representativos, agrupados por tendencias, son los siguientes:
- Nuevo romanticismo: Presencia de temas como el sueño, el recuerdo de la infancia como mítico paraíso, la meditación sobre la soledad. Empleo de un tono irónico. Destacan: Alejandro Duque, Francisco Bejarano, Abelardo Linares, Fernando Ortiz.
- Neopurismo (Poesía del silencio): Poesía abstracta, despojada y esencialista, en la línea de la poesía pura. Destacan: Andrés Sánchez Robayna, Amparo Amorós.
- Poesía de la experiencia (Prosaísmo elegíaco): En este grupo es donde queda incluido Eloy Sánchez Rosillo. Se basa en un lenguaje conversacional (como el poema de E.S.R “El Jilguero”) y se ve inmersa dentro de un ámbito urbano, que tiene como horario favorito el nocturno. Se caracteriza por una búsqueda interior. El poeta busca transmitir su emoción al lector y ser comprendido por él. Para ello introduce en el poema reflexiones o confidencias autobiográficas. Muchas de estas anécdotas de su propia biografía traen consigo un distanciamiento, cuya manifestación puede darse a través de la ironía y el humor, o mediante la sustitución del yo poético por una segunda persona verbal.
En esta tendencia poética se logra un culturalismo implícito, que contrasta con el culturalismo de la estética novísima debido a que se halla plenamente vinculado con la materia o el tema poético. Este culturalismo interno choca con la utilización de un lenguaje normal y preciso, huyendo de rebuscadas metáforas o artificios. La poesía debe estar cercana al lector y a su lenguaje, y es lo que Eloy S.R. le pide al poema: que sea emocionante, que sea capaz de conmover el corazón de quienes lo lean. Cualquier otra virtud que pueda haber en el poema -que tenga colores muy bonitos, metáforas, rimas, una música extraordinaria…- de nada vale si este en su totalidad no nos conmueve. Ello devendrá en un narrativismo claro, con el objetivo de establecer una comunicación nítida con el lector.
Eloy Sánchez Rosillo: La Poesía como Forma de Vida
Eloy Sánchez Rosillo nació el 24 de junio de 1948 en Murcia y, en la actualidad, enseña literatura en la universidad de esta misma ciudad. Se dio a conocer como poeta en 1977, al ser galardonado con el premio Adonais de poesía por su libro Maneras de estar solo (1974-77). El título de esta obra lo tomó de una cita de Pessoa -"ser poeta no es una ambición mía: es mi manera de estar solo"- y recoge una idea que se mantiene durante toda su obra: la soledad del poeta frente a la poesía o, lo que es lo mismo, la soledad del hombre ante la vida. Con la llegada de la década de los 80, Eloy publica su segundo libro bajo el título Páginas de un diario (1977-80), en el que el poeta se instala en una lírica sincera, diáfana y carente de artificio. También escribe Elegías (1980-83), Autorretratos (1984-88), La Vida (1989-95) y Seis poemas para un libro nuevo (1998-2003). Desde la madurez, con un estilo más sobrio que nunca, vuelve a cantar lo que el tiempo le ha ido arrebatando:
Toqué entonces el mundo: lo hice mío, fue mío.
Han pasado los años. Ahora yo solo soy
el que recuerda, el que vivió, el que escribe.
Además publicó el volumen titulado Las cosas como fueron, 3ª edición, en la que se recogen los poemas de los 6 libros anteriores y La Certeza (2003-2006). También ha colaborado en multitud de revistas literarias, realizado traducciones de Giacomo Leopardi y escrito un ensayo. Sólo escribió cinco libros en veintisiete años, por lo que es un autor que tiene una forma de escribir lenta, pausada y con periodos dilatados de inactividad poética. Él mismo se reconoce perezoso y falto de disciplina: "Creo en la inspiración y sólo escribo cuando siento una absoluta necesidad de hacerlo (…). La cantidad, en poesía, como en todo, va en detrimento de la calidad, de la intensidad". De todas formas, no considera la poesía como un juego y admite que un poeta, si lo es de verdad, la poesía es parte de su propia esencia, como dice Unamuno: "el hombre es hombre por la palabra". En los títulos de su libro se hace patente que la poesía forma parte de su existencia como algo esencial y cotidiano, hasta llegar a formar parte de su biografía personal.