Evolución de la Ópera en Europa: Siglos XVIII y XIX
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La Ópera Alemana: De Beethoven a Wagner
La ópera alemana, influenciada en gran medida por el gusto italiano, experimentó un renacimiento significativo a principios del siglo XIX. Si bien Fidelio de Beethoven marcó el inicio de este periodo, fue Carl Maria von Weber (1786-1826) quien consolidó el género. Entre sus obras más destacadas se encuentran El Cazador Furtivo, Oberón y Euryanthe. En 1812, también publicó un singspiel titulado Abu Hassan.
Características de la Ópera de Weber
Las tres óperas mencionadas comparten elementos comunes:
- Uso de lo sobrenatural y lo maravilloso.
- Grandes arias para los protagonistas, contrastando con romances para personajes secundarios.
- Oberturas en forma de sonata.
Richard Wagner y la Transformación de la Ópera
Tras la muerte de Weber, la ópera alemana entró en declive. Richard Wagner (1813-1883) no solo la revitalizó, sino que creó un sistema de trascendencia enorme. Su objetivo era crear una ópera alemana con una altura artística comparable a la mejor música sinfónica.
Características de la Ópera Wagneriana
- Basada en la mitología alemana, exaltando el sentimiento nacionalista.
- Búsqueda de la "obra de arte total" (Gesamtkunstwerk).
- Unificación de la lengua alemana, en un contexto de diversidad lingüística.
- Máxima importancia a la orquesta.
- Creación del leitmotiv, un elemento orquestal que actúa como idea unitaria de la ópera.
- Melodía concebida para sostener el texto y facilitar diálogos rápidos.
Entre sus obras más célebres se encuentran: El Buque Fantasma, Tannhäuser, Lohengrin, la tetralogía El Anillo del Nibelungo (El Oro del Rin, La Valquiria, Sigfrido y El Ocaso de los Dioses), Tristán e Isolda, Los Maestros Cantores de Núremberg y Parsifal.
La Ópera Francesa: Meyerbeer, Gounod y Offenbach
En Francia, surgió un tipo de obra naturalista y entretenida. Giacomo Meyerbeer (1791-1864) creó un estilo de ópera que mezclaba canción, danza y otros alicientes musicales para seducir al público. Entre sus composiciones destacan La Africana y Los Hugonotes. Charles Gounod, por su parte, compuso óperas con una música muy melódica, como Romeo y Julieta.
El Nacimiento de la Opereta
Un nuevo género, la opereta, combinaba pasajes hablados con otros cantados, de temática frívola y humorística. Inspirada en la ópera bufa y el vodevil, la opereta reflejaba la sociedad del Segundo Imperio, a menudo con una sátira social subyacente. Jacques Offenbach (1819-1880) fue el maestro de este estilo, con obras como Los Cuentos de Hoffmann y numerosas operetas.
Georges Bizet y Carmen
Mención especial merece la ópera Carmen de Georges Bizet (1838-1875), una obra de gran valía que se opone a las teorías wagnerianas y se ambienta en España.
La Ópera Italiana: Rossini y Verdi
La ópera italiana, con su fuerte carácter dramático, se extendió por toda Europa hasta la llegada del drama wagneriano. Gioacchino Rossini (1792-1868) marcó la transición entre la ópera del siglo XVIII y la romántica, culminando la ópera napolitana. Entre sus éxitos se encuentran El Barbero de Sevilla y Guillermo Tell.
Giuseppe Verdi: El Genio de la Ópera Italiana
Giuseppe Verdi (1813-1901) es considerado el gran genio de la ópera italiana. Su obra se divide en varios periodos:
- Primer periodo: Obras de carácter político como Nabucco. Culmina con Rigoletto, El Trovador y La Traviata.
- Segundo periodo: Temas más rebuscados y espectaculares, como La Fuerza del Destino y Don Carlo.
- Último periodo: Aida, Otello (símbolo del género trágico) y Falstaff (del cómico).
La obra de Verdi es realista, espontánea, natural y simple. Concede más importancia a la voz que a la orquesta, pero su grandeza reside en subordinar todo a la representación de lo humano. Fuera de sus óperas, destaca su Réquiem, una obra típicamente romántica compuesta al final de su vida.