Evolución de la Narrativa Española: Del Franquismo a la Renovación (1939-1970)

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La Narrativa Española desde 1939 hasta 1970

Primeros Años de Posguerra (Años 40)

Mientras Baroja, Azorín y otros autores de la Generación del 98 publicaban sus últimas obras, en los primeros años de la década de 1940 surgieron novelas que no ofrecían gran interés temático ni innovaciones formales. Cabe destacar:

  • Novelas de ideología falangista: como La fiel infantería de Rafael García Serrano y Madrid, de Corte a checa de Agustín de Foxá.
  • Novelas costumbristas: como Mariona Rebull de Ignacio Agustí, que retrata a la burguesía catalana, o El Chipichandle de Juan Antonio de Zunzunegui.
  • Novelas de humor: como El bosque animado de Wenceslao Fernández Flórez.

Novelistas Españoles en el Exilio

Novelistas que habían publicado con anterioridad a la guerra y otros que escribieron más tarde vieron su vida personal y su obra marcadas por el exilio. Destacan:

  • Ramón J. Sender: Recoge datos autobiográficos en Crónica del alba, y refleja la tragedia de la Guerra Civil en Réquiem por un campesino español.
  • Max Aub: Autor de un ciclo de novelas con el título genérico de Campo, que va desde los orígenes a las dolorosas consecuencias del conflicto.
  • Francisco Ayala: Autor de colecciones de cuentos, como Los usurpadores y La cabeza del cordero, y dos novelas que recrean el ambiente de una dictadura hispanoamericana: Muertes de perro y El fondo del vaso.
  • Manuel Andújar: Vísperas, trilogía sobre la Guerra Civil.
  • Arturo Barea: La forja de un rebelde, trilogía autobiográfica.

Novela Existencial (Años 40)

En este panorama novelesco, surgen tres títulos que expresan la angustia existencial, fruto del desajuste entre sus protagonistas y la realidad en que viven, vista y contada por ellos mismos. Estas obras son:

  • La familia de Pascual Duarte (1942) de Camilo José Cela: El protagonista, un campesino extremeño condenado a muerte, cuenta su vida desgraciada.
  • Nada (1945) de Carmen Laforet: Narra el choque de la ilusión juvenil de la protagonista con una familia y una sociedad miserables que frustran sus expectativas.
  • La sombra del ciprés es alargada (1948) de Miguel Delibes: Obra que plantea el conflicto existencial entre las ilusiones de la infancia y el temor ante la muerte.

El Realismo Social (1950-1962)

En esta década, la novela española evoluciona hacia una concepción realista, condicionada por dos tipos de circunstancias:

  • Externas: El influjo de los grandes novelistas norteamericanos, como John Steinbeck, William Faulkner, y del Nouveau Roman francés, con autores como Alain Robbe-Grillet.
  • Internas: Propiciadas por la dictadura franquista, la novela se convierte en un instrumento de resistencia y denuncia al plantear situaciones de miseria y marginación, achacables a la represión y la falta de libertad.

En esta novela social se dan dos ingredientes esenciales:

  • El objetivismo: Se limita a reflejar objetivamente las conductas de los protagonistas en una determinada situación, sin valorar sus sentimientos o estados de ánimo. El autor ofrece una visión formal de la realidad, sin temas definidos, con imprecisión temporal y ausencia de un argumento neutro. Se presenta una visión panorámica de una situación vivida por unos personajes y una fragmentación de la trama novelesca en escenas y situaciones aisladas que se superponen sin una conexión argumental cerrada, con una localización espacio-temporal restringida a un ambiente limitado y un tiempo concreto.
  • El enfoque crítico: Pone de relieve las miserias e injusticias con ánimo de denuncia. Se describe la marginación y la vida precaria de grandes capas de la población, así como la ausencia de horizontes en una vida sin libertad, ahogada por la dictadura. La realidad contemporánea se retrata específicamente en libros de viajes, como Campos de Níjar de Juan Goytisolo o Caminando por las Hurdes de Antonio Ferres. Se abordan diversos ambientes: el mundo rural, atrasado y con duras condiciones de vida; la clase obrera urbana, fruto de la inmigración masiva del campo a las ciudades, lo que produce situaciones de miseria; y la burguesía tradicional, de vida monótona y sin ideales.

Autores y Obras más Importantes del Realismo Social

  • Camilo José Cela: Algunos críticos consideran que La colmena (1951) marca el inicio de la novela social por su visión objetivista de la clase media madrileña hundida en la penuria económica y la mediocridad moral.
  • Rafael Sánchez Ferlosio: Escribió El Jarama (1956), modelo de técnica objetivista y quizá la novela más importante del realismo social. Poco antes había escrito Industrias y andanzas de Alfanhuí, relato picaresco de tono imaginativo y poético.
  • Juan García Hortelano: Refleja con técnica objetivista la vida sin sentido de ciertos sectores de la burguesía, como los universitarios en Nuevas amistades y una familia de veraneantes en Tormenta de verano. Derivó a un tipo de novela de tintes subjetivos, como Gramática parda (1982).
  • Ignacio Aldecoa: Narra la vida vulgar interrumpida por un episodio trágico, de guardias civiles, gitanos o pescadores, en obras como Con el viento solano, Gran Sol y El fulgor y la sangre.
  • Jesús Fernández Santos: Autor de Los bravos, modelo de realismo social, en que se describe la vida penosa de los habitantes de un pequeño pueblo leonés sometidos a los dictados de un cacique. Posterior es Extramuros (1978).
  • Carmen Martín Gaite: Retrata en Entre visillos su propia experiencia sobre la frustración y la esterilidad de la vida. Sus obras siguen insistiendo en la comunicación y problemas de pareja, y los recuerdos infantiles, como en El cuarto de atrás.
  • Alfonso Grosso: Ofrece en La zanja y en Un cielo difícilmente azul una dura visión de la vida de los jornaleros andaluces. Evoluciona hacia una novela de contenido y lenguaje más complejos en Florido mayo.
  • José Manuel Caballero Bonald: Dos días de septiembre relata un conflicto que tiene como protagonistas a los vendimiadores del campo de Jerez. Después cultivó la novela experimental en Ágata ojo de gato.
  • Ana María Matute: Escribió novelas donde la visión realista se dulcifica con tonos líricos, como Fiesta al Noroeste y Primera memoria. Posterior es Olvidado rey Gudú (1996).

Novelistas en los que domina el enfoque crítico de fuerte contenido ideológico son:

  • Armando López Salinas: Su novela La mina trata del trabajo de una familia de emigrantes andaluces en una explotación de carbón.
  • Antonio López Pacheco: Central eléctrica denuncia la situación de los trabajadores, sometidos a la explotación y a una vida miserable.

Otros novelistas pasaron por una etapa de realismo social y evolucionaron hacia otras vertientes narrativas:

  • Juan Goytisolo: Cuyas primeras obras evocan una técnica objetivista en Juegos de manos, u ofrecen una visión crítica de la realidad española, como en La Chanca y Campos de Níjar.
  • Luis Goytisolo: Con su novela Las afueras, que refleja la vida cotidiana en Barcelona.
  • Juan Marsé: Con Encerrados con un solo juguete.

La Renovación Formal de los Años Sesenta

Contexto Histórico y Cultural

En los años 60, surgen movimientos revolucionarios que alcanzan eco en la sociedad occidental y encandilan a los jóvenes: la Revolución Cubana, la revuelta estudiantil de mayo del 68 en París, etc. Muchos de los protagonistas de estos hechos se convierten en mitos de la revolución, como Martin Luther King y Che Guevara. Se produce una revolución de costumbres que instaura nuevas formas de vida y de comportamiento. La protesta estudiantil y la liberación sexual dan lugar a movimientos que se oponen a la sociedad establecida, como la estética hippy. La minifalda, las melenas y las drogas se popularizan. En España, se produce una relajación de la censura, acompañada de las nuevas actitudes sociales y movimientos ideológicos europeos y norteamericanos. Se redescubren autores como Marcel Proust y James Joyce, y se asimila la influencia de Faulkner y Steinbeck. Además, se produce el boom de la novela hispanoamericana, con sus nuevas formas de narrar y su visión subjetiva de la realidad, con obras como La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa y Cien años de soledad de Gabriel García Márquez.

Nuevos Caminos en la Novela

En 1960 comienzan a aparecer signos de cansancio del realismo en la novela española. En 1962 surge Tiempo de silencio de Luis Martín-Santos, obra que la crítica coincide en considerar como la obra inaugural de una nueva etapa de nuestra narrativa. Parte de los temas del realismo social para destruirlo con una nueva concepción de las formas de narrar. El lenguaje elevado y barroco se utiliza para exaltar la bajeza y la miseria moral de una sociedad anestesiada. Se emplean técnicas innovadoras, como la alternancia de narración objetiva y de relato omnisciente, y un lenguaje plagado de tecnicismos y metáforas cultas.

La Renovación de los Mayores

Novelistas de la primera generación de posguerra también contribuyen a la exploración de nuevas formas narrativas. Cabe destacar:

  • Camilo José Cela: Continuó su afán renovador, que desemboca en la experimentación más audaz desde San Camilo 1936, amplio monólogo interior del Madrid de comienzos de la guerra. Oficio de tinieblas 5 presenta monólogos de contenido diverso, sin puntuación y con un ritmo poemático.
  • Miguel Delibes: En 1966 escribe Cinco horas con Mario, largo soliloquio en que la protagonista evoca desordenadamente una vida y una obsesión. Más audaz sería Parábola del náufrago. Una faceta novedosa presentó también en Los santos inocentes.
  • Gonzalo Torrente Ballester: En 1963 da entrada a lo imaginativo en su novela Don Juan. Pero es en La saga/fuga de J. B. donde hace un tributo al experimentalismo y una magistral parodia del mismo. Esta obra es un prodigio de creatividad y un espléndido ejercicio del placer de contar.

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