Evolución del Arte Europeo: Renacimiento, Barroco y Escuelas Flamenca y Holandesa

Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Arte y Humanidades

Escrito el en español con un tamaño de 16,1 KB

El Arte Barroco

La Arquitectura en Italia y Francia

Con el triunfo del Barroco comienza el empleo del orden colosal y la riqueza de la ornamentación. La arquitectura barroca italiana se caracteriza por plantas movidas, que contraen y dilatan el espacio mediante paredes cóncavas y convexas, idéntica curvatura de líneas y planos. Francia impone una dictadura arquitectónica controlada por la academia. Los espacios son de superficies regulares, los volúmenes nítidos y las fachadas rectas. Esta rigidez cartesiana prestó gran unidad a los proyectos y ha motivado que los historiadores franceses hayan adherido al adjetivo barroco la etiqueta de clasicistas.

Bernini y Borromini en Roma

Bernini inauguró una nueva era arquitectónica al romper con los principios autoritarios de la tradición, al mismo tiempo utilizó elementos medievales y renacentistas. Frente a Bernini, acaparador de cargos, Borromini se vio obligado a contentarse con encargos de segundo grado. Moderno, brillante, sereno y extrovertido, Bernini se educó como escultor. Al contrario, excéntrico, solitario y severo, Borromini llegó a la arquitectura dominando un alto dominio de la técnica. Bernini también destacó como arquitecto, se inicia en el Vaticano proyectando el baldaquino de San Pedro, palio de bronce con cuatro columnas salomónicas. En los años sucesivos realiza la gran columnata y la cátedra de San Pedro. La columnata es funcional y alegórica. Pero la obra arquitectónica de la que Bernini se sentía más satisfecho era Sant'Andrea al Quirinale, una iglesia de planta central, donde juega con la línea cóncava y la convexa. Borromini trabajó en Milán y en 1614 llegó a Roma. Su primera obra es el complejo arquitectónico que le encargaban los trinitarios españoles en Quattro Fontane. Poco después emprende su obra culminante: la iglesia universitaria de Sant'Ivo alla Sapienza. Su dinámica planta está formada por dos triángulos equiláteros que, al cruzarse, crean un hexágono; esta celdilla de panal vuelve a repetirse en la cúpula. Para los franciscanos trazó el templo de Sant'Andrea delle Fratte.

La Escultura en Italia: Bernini

Bernini dominó todas las disciplinas artísticas, pero su vocación fue la escultura. Los rudimentos de la profesión los adquiere con su padre, que en 1605 se traslada con toda la familia desde Nápoles a Roma. Bernini copia las antigüedades grecolatinas del Vaticano. El material que utilizó fue el mármol y tanto las figuras aisladas como los grupos tendrán un punto de vista frontal. Se divide su producción escultórica en cuatro etapas:

  • La etapa juvenil corresponde a los encargos mitológicos y bíblicos. Son obras influidas por la línea serpentinata del manierismo, en las que da rienda suelta al virtuosismo técnico en el tratamiento de la textura de la piel, y al estado psicológico de los héroes griegos y judíos. Las representaciones de Apolo y Dafne y su célebre David son típicos de esta fase.
  • En 1624 inicia la época llamada alto barroco, que se caracteriza por la importancia conferida al ropaje. Las telas revolotean y se arrebujan en grandes masas de efecto claroscuro. Su obra maestra es San Longinos.
  • Entre 1640 y 1654 se desarrolla el periodo medio, el más creativo de su carrera. Unificó todas las artes logrando el supremo espectáculo de la teatralidad barroca en el interior de un templo con el Éxtasis de Santa Teresa. Dio forma al monumento funerario papal en la tumba parietal de Urbano VIII.
  • Hasta 1665 Bernini evoluciona hasta el estilo tardío buscando el expresivismo y la espiritualidad. Las figuras se alargan y los ropajes se retuercen y agitan, como muestran los Ángeles con los atributos de la Pasión.

Pintura en Italia

Los Carracci se inspiraron en la escultura grecolatina, recuperaron las proporciones ideales del cuerpo humano y dieron origen al clasicismo academicista. Caravaggio retrata a la gente corriente, inaugurando el naturalismo.

El clasicismo en los frescos de los Carracci

Eran dos hermanos, Agostino y Annibale, y su primo Ludovico; abrieron una academia de dibujo en Roma. El cardenal Odoardo Farnese le encarga a Annibale la decoración de su palacio. En el despacho del cardenal desarrolló quince historias sobre Hércules y Ulises, que justificaban el empleo de la mitología pagana en la Roma contrarreformista. Aludían al triunfo de la virtud y el esfuerzo frente al peligro y la tentación. El programa de la galería ilustra la poderosa fuerza del amor, ante la que ceden los dioses y los héroes. Annibale fingió en el techo una arquitectura ilusionista en la que encuadró varias escenas. El asunto central es el Triunfo de Baco y Ariadna. Las claves del clasicismo son un estilo solemne, inspirado en los modelos antiguos y en el canon de belleza. Los frescos de la gran galería ejercieron una poderosa influencia en la pintura barroca europea.

El naturalismo y los problemas de la luz: Caravaggio

Michelangelo Merisi, conocido como Caravaggio, es el creador del naturalismo y del tenebrismo pictórico. En 1590 se traslada a Roma, donde su carácter arrogante y pendenciero le lleva varias veces a la cárcel. Huye en 1606 a Nápoles, Malta, Siracusa y Mesina. Obtenido el perdón, muere de malaria cuando regresaba a Roma. En la breve carrera de Caravaggio se diferencian tres etapas:

  • La fase inicial (1599) se caracteriza por cuadros pequeños, de medias figuras en los que da vida al mundo callejero de la picaresca: jugadores de cartas, hampones y gitanos. Inventa el bodegón moderno con la Cesta de frutas y representa a jóvenes lánguidos y afeminados, bajo la influencia mitológica de Baco, o disfrazados de músicos travestidos como el Tañedor de laúd.
  • Estilo maduro (1600) crea el tenebrismo caravaggiesco. La característica principal de esta etapa es que la importancia está en la luz. Su obra maestra es la Vocación de San Mateo, aunque también pinta la Virgen de Loreto y la Muerte de la Virgen.
  • Etapa final, en el exilio. Pinta cuadros religiosos para Italia y Malta. Su obra principal es el Entierro de Cristo clásico, inspirado en el evangelio de San Mateo.

El Renacimiento

La arquitectura: del plateresco a El Escorial

El uso de los órdenes clásicos y la exuberancia ornamental de los edificios permiten vertebrar la arquitectura española del siglo XVI en tres etapas: plateresca, romanista y purista. El plateresco es una modalidad ornamental que empalma con el gusto por la riqueza y la suntuosidad dominante en los edificios mudéjares y del gótico Reyes Católicos. Se caracteriza por utilizar paneles de grutescos sin tener en cuenta la estructura del inmueble. La portada de la Universidad de Salamanca y el Ayuntamiento de Sevilla son ejemplos de esta fase. El romanismo supone la asimilación de las proporciones clásicas y la cristianización del grutesco. Los contratos de obra artística indican que usen labores romanas y figuras de ángeles y niños. El introductor de esta corriente va a ser Diego de Siloé que había trabajado en Nápoles, en 1528, se traslada a Granada para concluir la iglesia de San Jerónimo. Los canónigos le ponen al frente de la catedral, proyectando una rotonda con deambulatorio en la cabecera y una basílica de cinco naves escalonadas en el cuerpo. La utilización por Siloé de un martyrium en la cabecera de la catedral respondía a dos razones: servir de panteón real a Carlos V y halagar al Cabildo. Las novedades de Siloé en los soportes de las naves ofrecen una importante solución. Estos pilares llevan sobre el capitel un tramo de entablamento y encima unos de menor proporción para elevar su altura. Con estos suplementos se llegaba a las bóvedas y no se perdía la proporción armónica. El purismo consiste en aplicar la preceptiva clásica, despojando los adornos: Palacio de Carlos V, en Granada, y el Monasterio de San Lorenzo el Real, en El Escorial. Juan Bautista de Toledo se había formado en Italia trabajando junto a Miguel Ángel en la obra de San Pedro. Felipe II le hizo venir para que trazase la planta en el monasterio de El Escorial. Cuando muere, su ayudante, Juan de Herrera, construiría la fachada. La planta era de cruz griega con cúpulas centrales. El Escorial puede ser considerado como el punto fulminante del clasicismo.

La escultura: los primeros imagineros

Dos maestros van a conducir la escultura española del siglo XVI por la senda del expresionismo. Berruguete es el gran intérprete del manierismo del alargamiento, sus imágenes son estilizadas y secas. Juni se muestra partidario del manierismo de la cuadratura, tallando personajes anchos y musculosos.

Alonso de Berruguete (1489-1561)

La hidalguía, el talento y la pasión por el arte italiano los hereda de su padre, el pintor Pedro Berruguete. Tras quedar huérfano en 1504, visita Roma donde Bramante le convoca en el Vaticano para que haga una copia del Laocoonte. La estancia en Florencia la completó estudiando los frescos de Masaccio y las esculturas de Donatello. En 1518 se encuentra en España con la acreditación de “pintor del rey”. En 1520 se desplaza a La Coruña para decorar las velas, estandartes y banderas de la nao real y en 1521 se compromete a pintar al fresco la sacristía de la capilla real de Granada, pero Berruguete fracasa como pintor cortesano y se fue a Valladolid para trabajar en la escultura donde triunfó. A partir de 1523, las órdenes religiosas le convierten en su retablista predilecto. Los numerosos encargos le obligan a fundar un gran taller que dirige diseñando el proyecto y dejando la ejecución en manos de dóciles aprendices. La espléndida serie de retablos platerescos que contrata se inicia con el del monasterio de San Jerónimo de La Mejorada de San Benito de la Real. Labra para el retablo del colegio de los irlandeses el de la Epifanía. Todos estos conjuntos están acotados con balaustres y albergan una legión de imágenes crispadas, descarnadas y alargadas, al utilizar la quíntupla, consistente en contener diez veces la medida del rostro. En Toledo se le encomienda la mitad de la sillería alta de la catedral primada. En Toledo realizará el retablo de la Visitación y el sepulcro del cardenal Tavera.

Juan de Juni (1507-1577)

Aglutina tres sensibilidades en su estilo: la francesa, la italiana y la española. De Borgoña capta el dinamismo de los paños con que los escultores locales envuelven sus pesadas figuras y toma prestada la composición iconográfica que le hizo célebre: El entierro de Cristo. En Florencia aprende a redondear los perfiles de las telas; en Bolonia funde la rigurosa simetría de los entierros franceses y en Roma adopta el clasicismo de Miguel Ángel. Juni trabaja en la fachada y en la sillería coral del convento de leoneses de San Marcos. En Valladolid realiza el Entierro de Cristo, representando un drama teatral, donde la Virgen, San Juan, las Marías y los santos varones proceden con perfumes y toallas al embalsamiento del cadáver de Jesús. Las aportaciones de Juni se extienden también al campo del retablo. En 1545 contrata el de la parroquia de Santa María de la Angustia, donde renuncia a la tradición plateresca sustituyendo el balaustre por columnas corintias de fuste estriado. El manierismo arquitectónico vibra en su ensamblaje, hasta el punto de que los santos pugnan por no morir de asfixia. En torno a 1567, debió de labrar la conmovedora Dolorosa titular, que se convertirá en el prototipo de las vírgenes procesionales castellanas del barroco.

La Pintura en Flandes y en Holanda

En Flandes la temática religiosa es evangélica, plasmada en grandes cuadros de altar, en Holanda cultiva asuntos bíblicos de formato pequeño. En Flandes se conserva el género mitológico y en Holanda está sustituido por escenas costumbristas, son los típicos interiores holandeses, en los que bajo la imagen de lo cotidiano se esconden alegorías moralizantes de carácter puritano: la pereza, la avaricia y la infidelidad. En Flandes el retrato es individual y se concibe bajo paradigmas solemnes con el propósito de mostrar el elevado rango social del personaje; en cambio, en Holanda tiene carácter corporativo, ofreciendo sus artistas una espléndida galería de grupos, por la que desfilan oficiales de las guardias cívicas.

La escuela flamenca: Rubens

Es más que un pintor de tipos masculinos atléticos y mujeres de carnes generosas, fue un mago del color y está considerado como el artista más culto de su tiempo. Cursa el aprendizaje artístico con Otto Venius. Su formación la completa en Italia. En Mantua emprende su célebre colección de monedas, medallas, relieves y esculturas antiguas en cuyos vestigios encontrará la fuente de inspiración clásica: en Génova, se interesa por la arquitectura. En Valladolid Rubens pinta el Retrato ecuestre del Duque de Lerma. Se casa con Isabel Brant e inicia las gestiones inmobiliarias para edificar la casa taller más emblemática del barroco europeo. Cerca de 3000 cuadros llevan su sello; tal abundancia solo es comprensible por la amplia cooperación de discípulos. Rubens daba el boceto preparatorio, supervisaba el trabajo y cobraba. Rubens dominó todos los procedimientos de la técnica pictórica, desde lienzos al óleo hasta murales al fresco. Tocó todos los temas y géneros, pero renovándolos. Pintó asuntos religiosos, históricos y mitológicos; cultivó el paisaje, el bodegón y fue un espléndido retratista. Su trayectoria como pintor religioso se inicia con los trípticos de La elevación de la cruz y del Descendimiento. Rubens representó los misterios evangélicos y exaltó los milagros de los santos modernos en San Ignacio y San Francisco Javier, pero su obra cumbre es el Triunfo de la Eucaristía. Rubens decoró la galería de María de Médici, el salón del banquete de Carlos I de Inglaterra y la Torre de la Parada de Felipe IV. El artista funde la historia con la mitología y convoca a “las tres Parcas” que tejen el glorioso destino de la reina, a “Júpiter y a Juno” inspirando a Enrique IV el amor por la novia, a la “asamblea olímpica”, aconsejando la política internacional de la reina. Con 53 años y viudo se casaba con una muchacha de 16 años, que será la musa de sus composiciones mitológicas. Fruto de esta feliz etapa final son los cuadros en los que aparece retratada su esposa: El juicio de Paris, El jardín de amor y Las tres Gracias.

La escuela holandesa: Rembrandt

El primer artista que vende sus productos en el mercado. Cursa su formación pictórica con Pieter Lastman, que le enseña los secretos del tenebrismo caravaggiesco. Rembrandt acuña un estilo propio en el que los contrastes de luz y sombra nunca serán tajantes, sino que envuelve sus figuras en penumbras graduadas, misteriosas y doradas. En 1624 abre un taller en Leiden, comenzando a pintar asuntos bíblicos y a desarrollar la técnica del grabado al aguafuerte. En 1632 se encuentra en Ámsterdam. La sociedad civil necesita grandes retratos colectivos y Rembrandt realiza tres obras memorables. En 1632 los cirujanos le encargan La lección de anatomía del doctor Nicolaes Tulp. En 1642 pinta para los arcabuceros de la guardia cívica la llamada Ronda de noche. En 1662 el gremio de fabricantes de tejidos le solicita el retrato para conmemorar el final de su mandato: Los síndicos de los pañeros. Rembrandt ingresa en la secta menonita. Busca la expresividad interior e intenta retratar el alma de los personajes. Surgen cuadros melancólicos como Aristóteles contemplando el busto de Homero; asuntos históricos de trágicas conmociones como La conspiración de Julius Civilis; y dramáticas escenas como El buey abierto en canal.

Entradas relacionadas: