La Ética de Santo Tomás de Aquino: Un Legado Aristotélico-Cristiano

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VII. Ética: El Proyecto Ético Aristotélico Cristianizado

1. Fuentes

Siguiendo a Aristóteles, Santo Tomás de Aquino nos presenta una ética ontológica, teleológica, eudemonista e intelectualista. Sin embargo, como cristiano, esta ética es también teológica y transcendente. Todo esto se resume en la Ley Natural, de inspiración agustiniana.

2. Propiedades que Caracterizan y Fundamentan la Ética de Santo Tomás

  • Ética ontológica y teleológica: Se basa en el ser, en la naturaleza del hombre, partiendo del concepto teleológico de la naturaleza que vimos en Aristóteles: Todo tiende a un fin, que se identifica con la perfección. Lo bueno para el hombre será también el cumplimiento de las exigencias de su naturaleza.
  • Ética eudemonista: El fin, el bien, se identifica con la felicidad.
  • Ética trascendente y teológica:
    • a) Como cristiano, la última fundamentación de la ética es religiosa (teológica): El hombre, como parte de la totalidad del universo, se halla sometido a una ordenación divina (ley eterna → ley natural).
    • b) El último fin, la definitiva felicidad del hombre es Dios; el hombre se orienta hacia Dios. El fin=felicidad no sólo incluye la contemplación racional filosófica (Aristóteles) sino también la contemplación beatífica de Dios.
  • Ética de predominio intelectualista: Siguiendo a Aristóteles, la felicidad es contemplación. Pero no es un puro intelectualismo, también incluye el amor.
  • Ética que deduce sus normas objetivas en la Ley Natural: El bien se refiere a un orden objetivo de la realidad, establecido por Dios al crear el mundo conforme a un plan racional o ley eterna. El hombre tiende a su fin libremente, por lo que puede obrar según o en contra de los dictados de la ley natural.

2. Los Preceptos Éticos de la Ley Natural se Deducen de la Naturaleza Humana

  • La Ley Natural es la participación de la Ley Eterna en la criatura racional, se refiere específicamente a la conducta humana. La ley natural queda así conectada al orden del universo, no es algo arbitrario sino que expresa un orden objetivo y racional establecido por Dios.
  • La existencia de la ley natural viene fundamentada en la naturaleza humana cuyo comportamiento, aunque posee tendencias en común con los animales, no está determinado por leyes físicas o meramente instintivas sino por una ley moral que respeta su libertad ya que posee una racionalidad que le capacita para conocer sus tendencias y deducir normas de conducta.
  • El contenido de esta ley natural se deduce de las tendencias de la naturaleza humana. Surgen así un principio general ("haz el bien y evita el mal") y unos deberes generales que ulteriormente han de ser concretados:
    • a) Deberes para con la propia vida.
    • b) Deberes de procreación y familiares.
    • c) Deberes de buscar la verdad y justicia.
  • La Ley Natural tiene las siguientes propiedades:
    • a) Evidente: sólo así puede servir de norma de conducta.
    • b) Universal: ya que la naturaleza humana es común.
    • c) Inmutable: ya que se deduce de la naturaleza, que permanece inalterable.

3. La Conciencia o Sindéresis

Es el acto por el cual aplicamos estos principios de la Ley Natural a lo que hacemos (reconociendo lo que hemos hecho, juzgando lo que hicimos o lo que debemos hacer). Cuando la razón conoce y aplica bien los principios morales es recta razón.

4. Las Virtudes, Hábitos Buenos y Vías para Alcanzar la Felicidad, Siguiendo a Aristóteles

  • a. El alma realiza los actos que le son propios mediante las facultades. Cuando estos actos se repiten, las facultades consiguen hábitos, que son disposiciones a realizar esas acciones. Los hábitos pueden ser buenos (virtudes) si facultan para la realización de actos conforme a la naturaleza o malos (vicios).
  • b. Tipos de virtudes: Siguiendo a Aristóteles va más allá de un simple intelectualismo moral y considera que para la conducta buena no es suficiente que la razón nos enseñe correctamente el deber, además es preciso que la facultad apetitiva esté bien dispuesta mediante el hábito de la virtud moral. Dado que en el alma humana encontramos el entendimiento y las facultades apetitivas (la voluntad y el apetito inferior), y que las virtudes son perfecciones de dichas facultades, podremos encontrar dos tipos generales de virtudes, las intelectuales y las morales. Hay que añadir además las virtudes teologales (sobrenaturales) desconocidas por Aristóteles.
  • c. Virtudes intelectuales: Hábitos o buenas disposiciones del entendimiento especulativo o teórico (Inteligencia, Ciencia y Sabiduría) o práctico (Prudencia, Arte-Técnica). Gracias a estas virtudes el entendimiento puede realizar el fin que le es propio: el conocimiento.
  • d. Virtudes morales: Son perfecciones de las facultades apetitivas. Según el tipo de apetito al que perfeccionan podemos clasificarlas en:
    • Virtud que perfecciona el apetito superior o voluntad: La justicia; reside en la voluntad y consiste en el hábito de dar a cada uno lo que le corresponde:
      • Cuando la justicia se refiere al bien de toda la comunidad se llama justicia general o legal.
      • Cuando se refiere al bien de cada individuo se divide en a) distributiva: por ella la sociedad da a cada uno de los miembros lo que le corresponde en función de sus méritos y circunstancias; b) y conmutativa: rige los intercambios entre los individuos y consiste en dar lo igual por lo igual.
    • Virtudes que perfeccionan el apetito inferior (irascible y concupiscible): Relacionadas con las pasiones:
      • Fortaleza: Regula las pasiones relacionadas con el apetito irascible. Nos ayuda a hacer el bien aunque alguna otra cosa nos dañe o amenace dañarnos y nos dificulte la acción buena.
      • Templanza: Regula el apetito sensitivo concupiscible que nos lleva a buscar los bienes sensibles y a huir de los males sensibles. La templanza modera este apetito y nos ayuda a seguir queriendo el bien propuesto por la razón a pesar de la atracción que podamos tener hacia un bien sensible contrario; nos permite hacer el bien aunque una cosa nos guste o no nos guste.
  • e. Es común denominar “virtudes cardinales” a las cuatro virtudes fundamentales de la vida moral: prudencia, justicia, fortaleza y templanza.



Acto, Potencia

: Igual que en Aristóteles. Lo aplica también a la distinción entre esencia y existencia o ser: la esencia es
potencia, la existencia o ser es el acto de ser (actus essendi). . ABSTRACCIÓN: Operación del entendimiento consistente en separar algún aspecto de un todo para su conocimiento o consideración. Esta noción tiene más de una aplicación en Tomás de Aquino. Una de ellas se refiere a la formación de los conceptos, que tiene lugar del siguiente modo: 1) la percepción sensible capta objetos particulares, 2) quedando una imagen de éstos en la memoria o imaginación; 3) el entendimiento, a su vez, actúa sobre estas imágenes despojándolas de sus elementos individuales, separando la forma universal (abstracción) y formando así el concepto correspondiente. ANALOGÍA. Los medievales hablan de término análogo si su significación no es exactamente la misma en todas sus aplicaciones, pero entre todas éstas hay cierta conexión que garantiza la unidad de la noción: la analogía se halla, pues, entre la univocidad y la equivocidad. S.Tomás distingue dos clases de analogía, a) La analogía es de atribución si el término se aplica en cada caso por referencia a algo a lo que corresponde primariamente la significación (así, “sano” se dice del clima, de la comida, etc., por referencia a la salud del organismo). b) Hay analogía de proporcionalidad cuando lo significado por el término se da, en los distintos casos conforme a cierta proporción. Ambas formas de analogía tienen lugar, según Tomas de Aquino, en aquellos términos que se aplican a Dios y al resto de los seres. CREACIÓN: Producción de algo sin materia preexistente: Suma Teológica. Como se excluye toda materia previa, a veces se define la creación como producción a partir de nada, de la nada (ex nihilo). Según el cristianismo, el mundo es creado por Dios y sólo Dios tiene potencia creadora DIOS: Ser supremo en el que no hay distinción real entre esencia y existencia o ser: su esencia es su ser; de ahí que Tomás de Aquino lo caracterice precisamente como “el ser mismo subsistente” (ipsum esse subsistens). ENTE: participio del verbo “ser”. Significa lo que es, lo que tiene ser. En este uso insiste Tomás de Aquino para distinguir la esencia (“lo que”) y la existencia(“es”, “tiene ser”). Tal distinción es real y Aquino la interpreta a través de las nociones de potencia y acto. ENTENDIMIENTO: Facultad superior de conocimiento. Aquino toma de Aristóteles la distinción entre entendimiento agente (activo) y posible (pasivo): aquél es la capacidad de universalizar a partir de las imágenes sensibles, éste es la capacidad de conocer lo universalizado. Según Aristóteles, sólo el entendimiento activo (en acto) es incorruptible y es el mismo para toda la especie humana, mientras que el pasivo es individual y corruptible, mortal. Frente a esta interpretación (defendida por Averroes), Tomás de Aquino sostuvo que ambas capacidades se dan en cada alma individual, defendiendo de este modo la inmortalidad del alma individual.

INDIVIDUACIÓN: la forma específica a) es la misma en todos los individuos de la especie, lo que significa que por sí es indiferente a cualquier individualización y, sin embargo, b) se halla de hecho individualizada, multiplicada en distintos individuos. El “principio de individuación”, factor individualizador de la forma específica, es, según Tomás de Aquino, la materia determinada cuantitativamente (materia signata quantitate). LEY: “ordenación de la razón para el bien común dada a conocer adecuadamente por aquél a quien compete cuidar de la comunidad”. Ley es, pues, el establecimiento de un orden racional a modo de norma o medida. LEY ETERNA: Puesto que en el universo hay orden y la ley es ordenación, cabe decir que existe una ley universal. Considerada desde quien la instituye (Dios), esta ley universal se denomina ley eterna. LEY NATURAL: La ley eterna regula de distinto modo el comportamiento de los seres irracionales y el del hombre: 1)aquéllos son regidos por leyes físicas, mientras que 2) los seres humanos son regidos por leyes morales acordes con su razón y libertad. El conjunto de estas leyes morales es la ley natural. La ley natural es, pues, “la participación de la ley eterna en la criatura racional” (Suma teológica), es la parte de la ley eterna que se refiere al hombre como ser racional y libre”. LIBERTAD: El objeto propio de la voluntad es el bien; la voluntad lo desea necesariamente, lo mismo que a la felicidad en tanto que bien total y fin último. Pero, los demás bienes no aparecen al ser humano como bienes totales y absolutos, sino como bienes parciales y limitados y, por tanto, la voluntad no se halla necesariamente inclinada a apetecerlos. La libertad consiste, pues, 1) en sentido negativo en que “la voluntad no se halla determinada necesariamente hacia los bienes particulares por una inclinación natural” y 2) de forma positiva en que, frente a ellos, “la voluntad se determina a sí misma sin necesidad” (De veritate) VERDAD: La verdad consiste en la adecuación de la cosa y el entendimiento. Aquino distingue la verdad en tres ámbitos: en el del ser, en el del conocer y en el del decir. a) En el ámbito del ser, la verdad consiste en la conformidad del ser de las cosas con el entendimiento divino. b) En el ámbito del conocer, la verdad consiste en la conformidad del conocimiento con el ser de la cosa conocida. c) En el ámbito del decir, en fin, la verdad es la conformidad de lo que se dice con lo que se piensa. Esta última forma de verdad suele denominarse “veracidad”. VOLUNTAD: La voluntad es el apetito racional (o bien, apetito intelectual), es decir, la facultad de desear aquello que el entendimiento presenta como algo bueno. El objeto propio de la voluntad es, pues, el bien, lo bueno



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