Ética, Religión y Felicidad: Una Guía para el Bienestar

Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Filosofía y ética

Escrito el en español con un tamaño de 6,5 KB

¿Cómo nos orienta la religión?

El deseo de inmortalidad y la búsqueda de un sentido último que supere todo dolor y toda limitación son dos constantes en la historia humana, tanto individual como colectiva. La respuesta es la experiencia religiosa. La auténtica respuesta consiste en la invitación a la felicidad y al consuelo.

En las religiones hay algunas normas, pero no son su característica principal: constituyen, en el mejor de los casos, el nivel inicial de la religiosidad. Cuando se supera el aspecto legal de la religión, el ser humano concibe y acepta a los demás del mundo como una totalidad única, dotada de sentido y abierta a la liberación, a la superación de todas las confusiones y limitaciones. El ser humano es un ser esperanzado.

El hecho de la argumentación

Las personas somos seres capaces de argumentar. Podemos aducir razones, justificaciones, motivos, etc. Cuando argumentamos seriamente, estamos aceptando una norma moral fundamental.

Para que nuestra argumentación tenga sentido pleno, hemos de reconocer que las demás personas son interlocutores válidos. Es decir, los demás son también capaces de argumentar en igualdad de circunstancias y que sus razones pueden ser tan válidas y verdaderas como las nuestras.

Teorías éticas y religiones

Las religiones coinciden con la moral en que ambas tienen la finalidad de orientar la vida de las personas. Las teorías éticas plantean una serie de exigencias para vivir plenamente como personas; las religiones ofrecen un sentido trascendente para la existencia humana.

Las tradiciones religiosas han contribuido a potenciar, difundir y profundizar en aspectos de las teorías éticas. En ocasiones, una religión ha adoptado como propios contenidos éticos. En otras ocasiones, las religiones han hecho aportaciones a la ética.

Todo ser humano debe ser tratado humanamente, porque posee una dignidad inviolable. No hagas lo que no quieras que te hagan a ti.

Felicidad budista

La felicidad se alcanza en el estado de nirvana. No es más feliz el que más tiene, sino el que desea menos cosas.

La felicidad en el pensamiento cristiano

El componente fundamental de la felicidad es el encuentro amoroso con Dios y con el prójimo. El egoísta acaba siendo desgraciado. Quien se abre a Dios y a las demás personas alcanza una felicidad que se prolonga más allá de la muerte, pues Dios es amor.

Aprender a elegir bien

Las cualidades innatas se pueden desarrollar y las que no se pueden, adquirir con algo de esfuerzo: podemos elegir, en gran medida, qué tipo de persona queremos ser.

  • Al elegir una profesión, tengamos en cuenta nuestras capacidades, las posibilidades de realización personal.
  • Con respecto a la pareja y a los amigos, a más ideales y aficiones comunes, mayor éxito.
  • Las actividades de ocio deberían permitirnos descansar al tiempo que enriquecemos nuestra personalidad.
  • Es ineludible tener unas ideas políticas coherentes con los valores en los que creemos y ayudar a que se pongan en práctica.
  • Es ineludible que tengamos alguna actitud hacia la religión; la opción religiosa ha de ser siempre una decisión personal.

Felicidad y bienestar

Sinónimos en realidad no lo son. Un mínimo de bienestar físico y psicológico es absolutamente necesario para ser feliz, pero las personas pueden tener a su alcance todas las condiciones que constituyen el bienestar y, sin embargo, no sentirse felices. Múltiples causas:

  • Miedo al aburrimiento o tedio
  • Exceso de competitividad
  • Estrés
  • Envidia
  • Sentimiento de culpabilidad
  • Manía persecutoria
  • Miedo al qué dirán

El test del discurso

La ética discursiva propone someterla a un diálogo entre los afectados por la norma, que recibirá el nombre de discurso. Discurso no es una charla, conversación, tertulia o debate, sino un diálogo especial en el que han de respetarse, como mínimo, las reglas siguientes:

  • Puede participar en el discurso cualquier sujeto capaz de usar el lenguaje y actuar.
  • Cualquier participante puede problematizar o cuestionar cualquier afirmación que haya formulado él mismo u otro.
  • Cualquiera puede introducir en el discurso cualquier afirmación pertinente, lo que implica libertad para argumentar.
  • Cualquiera puede expresar sus posiciones, deseos, necesidades o intereses en relación con el asunto del que trata el discurso.
  • No se puede impedir que ningún participante en el discurso ejerza sus derechos mediante ningún tipo de coacción.

Comunicación, no estrategia

La norma solo se declara correcta si todos los afectados por ella están de acuerdo en darle su consentimiento, porque satisface no los intereses de la mayoría o de un individuo, sino intereses universalizables. En un pacto estratégico, cada uno ha de ceder en algunos aspectos para ganar en otros en los que tiene mayor interés, y el resultado será tanto mejor cuanto más positivo sea el balance entre lo que se ha cedido y lo que se ha ganado: racionalidad instrumental.

Un consenso o acuerdo comunicativo es el resultado de un diálogo en el que los participantes se aprecian recíprocamente como interlocutores igualmente capacitados y tratan de llegar a un acuerdo que satisfaga los intereses de todos. El interés principal de los participantes en un discurso es alcanzar un acuerdo que sea válido para todos; aplicamos una racionalidad comunicativa o consensual, pues tiene en cuenta los intereses de todos. Solo actúa moralmente quien lo hace tratando de que, en la sociedad futura, toda persona sea considerada interlocutor válido.

Tipos de deberes

Deberes positivos: aquellos que ordenan que se realice una determinada acción. Son deberes negativos aquellos que se formulan como una prohibición, mandando que no se debe hacer algo. A los deberes negativos se les llama también deberes perfectos porque son tajantes y apenas admiten matizaciones o excepciones; los deberes positivos son considerados como deberes imperfectos, más dependientes de las circunstancias y de las posibilidades de cada cual. Los deberes negativos o perfectos son los más básicos y prioritarios; tratan de evitar el mal. Los deberes positivos o imperfectos no son tan exigentes porque se puede hacer el bien en diversos grados.

Entradas relacionadas: