Etapas del ciclo familiar: Desarrollo y cambios en la vida familiar

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Etapas del ciclo familiar:

Adulto joven independizado – Galanteo:

Periodo en el que una persona joven pasa de ser un muchacho a ser un miembro de la comunidad adulta, aceptando la responsabilidad emocional y económica sobre sí mismo. El adolescente enfrenta un problema particular; la involucración simultánea con su familia y sus pares. Es una etapa para establecer el estatus, se produce la afirmación profesional y la diferenciación de la familia de origen, así como la elección de pareja. El joven puede evitar las parejas por razones intrínsecas a la familia, pero también puede lanzarse prematuramente al matrimonio o relación de convivencia en pareja en un intento de liberarse de una red familiar desdichada.

Matrimonio o Convivencia en Pareja:

La pareja recién establecida. Cuando la pareja empieza a convivir, debe formar el sistema de pareja y elaborar un realineamiento con sus familias de origen mediante acuerdos: nuevas maneras de manejarse con sus familias de origen, aspectos prácticos de la vida en común, diferencias que existen entre ellos como individuos...

La familia con hijos pequeños:

Con el nacimiento de un niño el rol de pareja se rompe para pasar a un triángulo familiar, dando cabida a los hijos y creando roles parentales. Muchas de las cuestiones que enfrenta la pareja empiezan a ser tratadas a través del hijo, convirtiendo a éste en “chivo emisario” y en excusa para los nuevos problemas y para los viejos aún no resueltos. El nacimiento de un niño representa la convergencia de dos familias y crea abuelos y tíos de ambos lados, dándose un nuevo realineamiento de las relaciones con la familia extensa. La joven pareja queda más distanciada de sus familias y a la vez más enredada en el sistema familiar; siendo padres, son menos hijos.

Familia con hijos en edad escolar (hijo mayor 6 -12 años):

Los hijos comienzan la escolaridad, se están involucrando cada vez más fuera de la familia. Los conflictos entre los padres acerca de la crianza de los niños se hacen más manifiestos y se incrementan las interacciones con el exterior.

Familias con hijos adolescentes (Hijo mayor 12 -19 años):

En este período los niños están menos en casa, obligando a los padres a comprender que los hijos terminarán por irse del todo. La resolución de un problema conyugal en esta etapa del matrimonio suele ser más difícil que en los primeros años, cuando la joven pareja atraviesa aún por un estado de inestabilidad y está elaborando pautas nuevas. En esta etapa, las pautas se hallan establecidas y consolidadas.

Emancipación de los hijos:

Cuando los niños comienzan a irse parece que toda familia ingresa en un período de crisis. Cuando el joven abandona el hogar y comienza a establecer una familia propia la familia extensa se amplía con la familia política y los nietos. Los padres deben transitar ese cambio fundamental de la vida al que se llama “convertirse en abuelos”. El papel central lo ha de desarrollar la familia formada por los hijos, será necesario aceptar el cambio de roles generacionales, pero también mantener el funcionamiento y desarrollar nuevos roles sociales y familiares para apoyar a los hijos, y para integrar la propia vida en esta nueva fase.

Últimas etapas, el retiro de la vida activa y la vejez:

Cuando una pareja logra liberar a sus hijos de manera que estén menos involucrados con ella, suele llegar a un período de relativa armonía que puede subsistir durante la jubilación. Algunas veces, sin embargo, el retiro de la vida activa puede complicar su convivencia, pues se hallan frente a frente veinticuatro horas al día. Con el tiempo, uno de los cónyuges muere, el otro queda solo, y buscando una manera de involucrarse con la familia.

Principios que rigen la intervención activa y la conducta del asistente

Por la índole misma de su trabajo, la asistente debe —como en los dos casos nombrados anteriormente— desempeñar un papel activo. La dificultad parecería residir precisamente en:

a) saber cuándo no debe realizarse dicha intervención activa, por más presiones que uno tenga que soportar;

b) utilizar el propio insight para no actuar sin examinar previamente los sentimientos implicados, y

c) ser consciente de la manera en que la acción de la asistente influirá en las fantasías del entrevistado acerca de sí mismo y de aquella.

La habilidad particular del trabajador social consiste en tomar esas decisiones difíciles y, en algunos casos, combinar la investigación de los sentimientos y el dolor emocional con la necesidad de actuar. Es importante esforzarse por hacer lo menos posible, pues la intervención activa tiende a estimular los aspectos infantiles del entrevistado, promueve su inercia, resentimiento y persecución, y hace que caiga en la desesperanza por no poder enfrentar él mismo sus dificultades. La trabajadora social tiene que discernir constantemente si está siendo manejada u obligada a satisfacer los deseos poco realistas del entrevistado, o si se alía con sus aspectos destructivos y/o lo ayuda a eludir los conflictos internos mediante la no externalización de sus problemas. En todos estos casos, no ayudará al entrevistado a afrontar la ansiedad y obstaculizará su lucha por el crecimiento.

En otros momentos, sin embargo, puede llegar a la conclusión de que el entrevistado se halla abrumado por sus problemas y es realmente incapaz de enfrentarlos, ha perdido el autocontrol o podría dañarse a sí mismo o a los demás; en consecuencia, es conveniente que ella intervenga. O bien el entrevistado puede ser tan infantil y haber tenido tan pocas oportunidades de recibir comprensión de parte de su madre que la primera demostración de preocupación por él debe adoptar la forma de ayuda material. No obstante, es de esperar que esta medida sea solo transitoria. Gran parte del trabajo social se halla muy relacionado con el cumplimiento de obligaciones legales y la necesidad de hacer que el entrevistado tome o acepte ciertas decisiones en beneficio suyo.

En todos estos casos, la preocupación principal es comprender y ayudar al entrevistado con sus sentimientos, pero el hecho de que él conozca la posición de superioridad que ocupa la asistente puede hacer que el entrevistado no se totalmente franco. Por ejemplo, el informe del funcionario del Servicio de Protección al Menor sobre los futuros padres determinará si estos podrán adoptar un niño. El informe a la justicia del encargado de vigilar a una persona en libertad condicional puede inclinar la balanza hacia el castigo —el reformatorio o la cárcel— o hacia la libertad condicional. De modo similar, se sabe que algunos asistentes dan dinero o están en condiciones de obligar a otros a 'hacerlo, u ofrecen otro tipo de ayuda material.

Todas estas circunstancias pueden impulsar al entrevistado a mostrarse bajo una luz favorable —como el “hombre bueno y pobre que merece ayuda”—, y a suprimir informaciones y emociones que, a su juicio, predispondrían a la asistente contra él. Esto dificulta mucho la tarea de evaluar sus necesidades reales y la manera de ayudarlos mejor. Es necesario que la asistente analice con cuidado qué ansiedades promueven la reacción defensiva del sujeto, ya sea para tomar la decisión correcta, o para ayudarlo a sobrellevar o enfrentar tales ansiedades.

Ciertas cuestiones que se plantean a la asistente, como aconsejar, aceptar regalos, responder a preguntas sobre su vida privada y tener contacto físico con niños, deben examinarse como corresponde en función de lo que ellas pueden significar para el entrevistado. Por ejemplo, antes de dar consejos tendríamos que preguntarnos si estos son realmente útiles y si, sobre la base de lo que conocemos del entrevistado, este es capaz de utilizarlos en forma positiva.

Al aceptar regalos, deberíamos reflexionar acerca de sus significados: si son pequeñas muestras de reconocimiento, un signo de que se ha entablado competencia con una madre-asistente que da cosas, o el intento de ser un entrevistado “especial”; un indicio de que se trata de evitar la depresión mediante una reparación omnipotente, o una forma de seducir a la asistente. ¡Resulta difícil abordar los sentimientos de agresión, incluso flagrantes, de una persona que simplemente nos ofrece un regalo! Puede ser natural alzar en brazos a un niño para consolarlo, y esto debe distinguirse del intento de seducirlo e impedirle manifestar sus motivos de queja o experimentar depresión.

Todas estas situaciones deben manejarse con tacto y con una comprensión basada en la intuición apoyada en datos, pues dentro de los límites impuestos por la conducta profesional, lo más importante es ser uno mismo.

Axiomas de la comunicación:

·La imposibilidad de no comunicar: Toda conducta es y representa comunicación, sea del tipo verbal, postural, contextual…

·Los niveles de contenido y relaciones de la comunicación: En el proceso de comunicación se trasmite información que hace referencia al contenido, y al mismo tiempo se impone un comportamiento o una conducta que hace alusión al nivel de relación.

·La puntuación de la secuencia de hechos: Es necesario tener en cuenta a todos los comunicantes que intervienen en el proceso comunicativo y organizarse. Se analiza quién inicia, quién tiene la iniciativa, el dominio para empezar o establecer la relación.

·Comunicación digital y analógica: Comunicación digital conocida también como verbal, a diferencia de la analógica que es el lenguaje no verbal.

·Interacción simétrica y complementaria: La relación en la que dos personas se encuentran en desigualdad de condiciones la llamamos complementaria, es decir uno de ellos es quien domina la situación, y la relación en donde dos personas están en una condición de igualdad la llamamos simétrica.

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