Estilo ornamental romano
Enviado por Chuletator online y clasificado en Arte y Humanidades
Escrito el en español con un tamaño de 42,65 KB
caracterizándose
Por la imitación de grandes losas de mármol o columnas, como sucede en la casa de los Grifos en Roma.
Segundo estilo o Estilo
Arquitectónico.
Aparecido en Roma a principios
Del siglo 1 a.C., simulaba elementos arquitectónicos pintados, como si toda
Pared se abriera al exterior, tratando de crear
Así una sensación ilusionista. A medida que el estilo evoluciona se incorporan
Escenas mitológicas, paisajísticas o humanas en el centro del muro, a modo de
Pequeñas ventanas o cuadros colgados. Las pinturas de la Villa Fanio Sinistor en Boscoreale o d~ la Villa de los Misterios en Pompeya, son
Algunos de los ejemplos más notables.
Tercer estilo o Estilo Ornamental.
Nacído en Roma durante las últimas décadas del
Siglo 1 a.C., y desarrollado bajo la moda impuesta
desde la corte imperial de Augusto, este estilo sustituye los edificios de segundo estilo por una arquitectura fantástica y de perspectivas imposibles, que sin ocupar todo el muro, se
abrían como ventanas a un mundo imaginario en medio de las paredes. También era frecuente la presencia de esculturas que simulaban sostenerlos. Las pinturas del triclinium (comedor) de la casa de Livia de Prima Porta son un buen ejemplo de este estilo.
Cuarto estilo o Estilo
Llusionista.
Aparecido en Pompeya tras el terremoto del 62
D.C., se caracteriza por la reaparición de las arquitecturas del segundo estilo, pero con una mayor preséncia de escenas de amor, picarescas, mitológicas, y de la vida cotídiana y familiar. Otra carácterística es la cualidad escenográfica de algunas pinturas que reproducen escenas teatrales con cortinajes, telones y máscaras. Considerados de gran importancia son los frescos que decoran la casa de Lucreció Fronto en Pompeya.
Además de la pintura mural, también se han conservado pinturas sobre madera y al temple o encáustica (a la cera), que siguen los mismos parámetros realistas propios del arte romano.
MOSAICO
El mosaico romano es un legado helenístico, llegado a través de las antiguas colonías griegas del sur de la península Itálica. Su gran desarrollo se produce en la época Imperial (siglos I a.C. – III d.C.), y su aplicación, tanto en suelos como en paredes de casas particulares y edificios públicos, es claramente ornamental. El mosaico se construye con pequeños trozos de pasta de vidrio, esmalte o mármol llamados teselas. Según
el tamaño y la forma de las teselas se distinguen tres técnicas distintas: Opus tessellatum, Opus verniculatum, Opus sectile.
Los primeros temas representados son tomados de la mitología y la reproducción de pinturas griegas, como La batalla de Alejandro y los persas (siglo I a.C.). No obstante, más tarde, el gusto por el detalle y los colores vivos, tomados de la pintura mural, permitirá la elaboración de un amplio repertorio temático, entre los que también se encuentran motivos vegetales y figuras geométricas.