Estabilidad Económica: Marcos, Presupuestos y Políticas

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El Marco Conceptual de la Intervención Pública en los Problemas de Estabilidad Económica

Las distintas fórmulas presupuestarias, que tienen como fin alcanzar la estabilidad económica, parten de la creencia de que los desequilibrios de la economía son causados por el comportamiento de los agentes privados, y que el sistema de mercado no dispone de mecanismos de ajuste lo suficientemente eficaces para alcanzar de nuevo el equilibrio.

Modelo Keynesiano Simplificado

El nivel de renta de la economía viene determinado por:

  1. La condición de equilibrio de la economía, considerando que este se alcanza cuando la producción total de bienes y servicios es suficiente para atender los deseos de los consumidores, de los empresarios y del sector público. Si la demanda de bienes y servicios manifestada por los distintos agentes económicos supera la producción total alcanzada, los empresarios reaccionarán aumentando la producción y, por consiguiente, el empleo. A la inversa, si la renta nacional (RN) es superior a la suma de bienes y servicios demandados, se reducirá la producción y el empleo.
  2. El comportamiento de las economías domésticas, como demandantes de bienes y servicios. El consumo privado depende de los ingresos percibidos por los individuos (Renta Personal Disponible de las familias), bien por su participación en los procesos productivos, o por los pagos compensatorios que hace el sector público a quienes se ven imposibilitados para incorporarse a la actividad. No todos los ingresos percibidos por el individuo pueden dedicarse al consumo, sino que de cada euro cobrado, un porcentaje, t, debe entregarse al sector público en forma de impuestos. La conexión entre esta renta disponible para los consumidores y sus deseos de adquirir bienes y servicios se cuantifica a través del concepto de propensión marginal al consumo (PMC), que señala cuánto se incrementará el consumo cuando aumente el nivel de renta del país.
  3. El comportamiento de los empresarios como demandantes de bienes, la inversión privada. El planteamiento keynesiano supone que los empresarios invierten cuando tienen expectativas de obtener beneficios.
  4. El nivel de gasto realizado por el sector público, que está limitado por los ingresos tributarios obtenidos por el Estado.

Si la economía funciona de acuerdo con estas especificaciones, pueden extraerse determinadas consecuencias sobre la estabilidad económica.

Las fluctuaciones en la actividad económica están producidas por el comportamiento del sector privado de la economía. Un empeoramiento de las expectativas de los empresarios lleva a una caída en sus inversiones, esto se traduce en una disminución de la producción y el empleo. Al caer la producción nacional, decrece también el nivel de renta del país, que conduce a una disminución del consumo privado, ello genera una nueva caída en la renta, y a nuevos efectos negativos sobre el consumo.

Este proceso y la estructura misma del modelo, dependen de un modo esencial de la ausencia de un mecanismo de precios que garantice el equilibrio. La reducción en la inversión privada debería haber afectado al menos a dos precios del sistema económico. De un lado, la caída en la demanda de bienes de la economía debería reflejarse en una reducción del nivel general de precios. De otro, tanto la menor inversión como el menor consumo, habría de traducirse en una reducción de la demanda de fondos de financiación en los mercados financieros, que en principio, generaría una disminución de los tipos de interés. Ambos ajustes deberían ser capaces de atenuar, considerablemente, las fluctuaciones en la producción y empleo.

La regla del presupuesto equilibrado acentúa las fluctuaciones en el nivel de renta. Si las decisiones del sector privado conducen a una disminución en el nivel de renta, los ingresos del sector público, por vía de impuestos se reducen. Ya que tienen la obligación de mantener el equilibrio entre ingresos y gastos, sólo puede reducir éstos últimos o incrementar la presión fiscal. Si elige la primera opción, la economía experimenta una nueva reducción de la demanda agregada, lo que amplifica el proceso de depresión. En el segundo caso, elevación de la presión fiscal o reducción de transferencias, al obtener menos ingresos los consumidores implicará una reducción del consumo, con efectos muy similares sobre la renta y el empleo del país.

Las Fórmulas Presupuestarias al Servicio de la Estabilidad Económica

Se señalan las siguientes:

  • Presupuesto cíclico: significa renunciar al principio de equilibrio anual para el presupuesto del Estado. La idea es que el sector público debe aceptar que en los años de escasa actividad económica, el presupuesto se liquide con un déficit, mientras que en aquellos ejercicios en los que se produzca un mayor ritmo en la producción y el empleo, el saldo debe ser positivo, es decir, que debe producirse un superávit en las cuentas públicas. A esta dificultad se añade otra: la de alcanzar un acuerdo sobre la propia duración del ciclo económico, que debería servir de base para hacer los cálculos sobre el equilibrio presupuestario.
  • Presupuesto compensatorio: se abandona la idea de que las cuentas del sector público deban presentarse en equilibrio. El fin primordial a la hora de establecer el importe de los gastos e ingresos públicos es el de contrarrestar las fluctuaciones generadas en la renta nacional por la actuación de los agentes privados, incurriendo en un déficit cuando las circunstancias económicas lo requieran y obteniendo un superávit cuando sea posible. La clave es que el Estado ajuste el nivel de gasto público para contrarrestar los vaivenes en la inversión privada. El sector público va modificando su gasto en bienes y servicios, así el nivel de renta permanece constante.
  • Presupuesto de estabilización automática: en este caso, se defiende que el presupuesto del sector público debe incluir, entre sus ingresos y gastos, algunas partidas que compensen las oscilaciones en el comportamiento de los agentes privados, sin necesidad de una decisión previa por parte del sector público, es decir, que estabilicen las fluctuaciones en la actividad económica de una manera automática.

Instituciones que cumplen este papel estabilizador:

  • El impuesto progresivo sobre la renta, en la medida en que atenúa las oscilaciones en la renta disponible de los consumidores, y por tanto, su demanda de bienes y servicios. Cuando se produce una recesión, la recaudación por este tributo disminuye más de lo que decrece el nivel de renta, lo que atenúa la reducción de ingresos de las economías domésticas. De esta manera, el efecto sobre el consumo privado no registra oscilaciones tan acentuadas.
  • Los pagos por transferencia, especialmente el seguro de desempleo, también constituyen un estabilizador automático de la economía.
  • Políticas de mantenimiento de los precios agrarios. El control de los precios agrarios permite, simultáneamente, controlar los procesos inflacionistas generados en los años de cosechas poco abundantes y mantener los ingresos, y el consumo, de los agricultores en los momentos de superproducción.
  • Presupuesto con superávit potencial de pleno empleo: permite elegir entre todos los de estabilidad automática, aquella combinación de progresividad y de protección al desempleo que, para un nivel determinado de otros gastos públicos en bienes y servicios y en pensiones, garantice que cuando la economía se encuentra en pleno empleo, el presupuesto del Estado se liquidará con superávit.

El Retorno a la Ortodoxia del Presupuesto Equilibrado

Interpretación Monetarista de la Gran Depresión

Un primer ataque al modelo keynesiano simplificado, procede de la estructura misma del mismo. Friedman y Schwartz parten de una hipótesis muy distinta sobre el funcionamiento de la economía que no sólo cambia la explicación de la crisis de los años treinta, sino que, además, arroja serias dudas sobre la eficacia de la política fiscal.

Dos modificaciones generan una historia totalmente distinta de la depresión de los años treinta y, sobre todo arrojan serias dudas sobre la eficacia de la política fiscal. Se señalan los siguientes aspectos sustanciales:

  • Si la inversión depende de los tipos de interés, la causa de la gran depresión no fue una caída en las expectativas de los empresarios, sino una elevación de los tipos de interés, generada como consecuencia de una política monetaria contractiva. Como el responsable de tal política es el gobierno, puede afirmarse que el causante de la inestabilidad no es el sector privado, sino el sector público.
  • Aun en el caso de que se produzca un cambio en la inversión privada, por culpa de una modificación de las expectativas, el desequilibrio económico sería transitorio y no permanente. La menor inversión generaría una reducción en la demanda de fondos de financiación por parte de las empresas, ello llevaría a una rebaja de los tipos de interés que permitiría recuperar, total o parcialmente, el nivel de renta inicial.
  • La política fiscal expansiva es inadecuada para resolver los procesos de recesión económica, salvo que su financiación no detraiga fondos del sistema financiero nacional. Si el sector público aumenta el gasto y lo financia emitiendo deuda a los ciudadanos del país, se están detrayendo fondos del mercado financiero, esto eleva los tipos de interés, se reduce el consumo de bienes duraderos y la inversión privada, de tal modo que las ganancias en la producción y empleo ligadas a la actividad pública se compensan con las pérdidas producidas en el sector privado de la economía.

Hipótesis de la Tasa Natural de Desempleo

Dos perspectivas diferentes. La primera se refiere a la configuración del mercado monetario, representado por la última ecuación del modelo. En su forma más extrema, cualquier medida expansiva de carácter fiscal genera un efecto contrapuesto en el sector privado (consumo e inversión), denominado efecto expulsión, de igual magnitud, con lo que el nivel de renta permanece constante. Pero en formulaciones menos estrictas, el efecto expulsión causado al consumo y la inversión no sería suficiente para eliminar, totalmente, el efecto expansivo de la política fiscal.

La segunda perspectiva se refiere a que dentro del marco estricto del modelo, una política expansiva tiene efectos positivos sobre la producción y el empleo, siempre que vaya acompañada de una política monetaria del mismo signo. De este modo, la ineficacia de las fórmulas presupuestarias estudiadas en el epígrafe anterior no sería total, generan los efectos adecuados siempre y cuando se lleve a cabo una política monetaria coherente.

La crisis de los años setenta y el renovado interés por los problemas de la inflación va a dar un giro nuevo al análisis de estas fórmulas presupuestarias.

Se parte de la existencia de una doble relación, por un lado entre renta y desempleo, y, por otro entre desempleo e inflación.

El índice de desempleo de un país depende, negativamente del nivel de renta, pues cuanto mayor sea la actividad económica, más fácil resulta encontrar un puesto de trabajo.

La segunda señala que las reducciones del desempleo van acompañadas de un aumento en la tasa de inflación. En aquellas situaciones caracterizadas por un alto nivel de paro, los trabajadores no pueden exigir aumentos salariales importantes, y ello condiciona que la tasa de inflación permanezca constante, mientras que, en situaciones próximas al pleno empleo de los recursos, los trabajadores pueden negociar mayores subidas salariales. En este contexto, puede formularse una relación entre inflación y desempleo, conocida como la curva de Phillips.

A la tasa de paro que no acelera la inflación se la conoce como tasa natural de desempleo. El valor de esta tasa no es constante a lo largo del tiempo, pues un shock de oferta, como crisis petrolíferas que provoca un aumento en los precios de las materias primas, desplaza hacia arriba la curva de Phillips, y aunque los trabajadores no exijan subidas de salarios, se produce un proceso inflacionista.

Las consecuencias de un desplazamiento hacia arriba de la curva de Phillips son:

  1. Si el sector público pretende mantener el nivel de desempleo en el 6%, tendrá que aceptar una tasa de inflación del 5%.
  2. Si el sector público desea volver al nivel de inflación cero, debe aceptar que el desempleo alcance a un 10% de la población activa.

La Vuelta a la Regla del Presupuesto Equilibrado

En base a las anteriores críticas a la política fiscal, tiene sentido la vuelta a la regla del presupuesto equilibrado. El déficit público no sirve para garantizar el pleno empleo, pero tiene una serie de efectos indeseables, que en resumen son los siguientes:

  • Aumento de los tipos de interés.
  • Incrementa la tasa de inflación tanto a largo como a corto plazo.
  • La persistencia del déficit público tiende a crear fenómenos de ilusión financiera, pues los agentes económicos llegarán a la conclusión de que es posible desplazar el coste de los servicios públicos hacia las generaciones futuras.
  • Es decir, a la emisión de deuda, que supone, en periodos sucesivos, el pago de intereses, y ello significa mayor gasto público.

Condiciones de Eficiencia en la Provisión de Bienes Públicos Puros

En el análisis microeconómico tradicional, la cuestión de qué cantidad de bien privado debe fabricarse y a qué precio, se resuelve a través del mecanismo de mercado. La cantidad y el precio obtenidos en el punto de equilibrio representan un resultado que tiene las características de un óptimo de Pareto. En el caso de los bienes públicos (un bien público es aquél en el que no se puede aplicar el principio de exclusión y, además, su consumo no es rival. La coexistencia de estos dos rasgos hace imposible la aplicación de un precio para determinar su cantidad óptima), no puede existir un mercado que regule su producción. La cuestión clave es cómo se financia su provisión, a través de impuestos o mediante el pago de un precio. La situación de equilibrio en el mercado sabemos que se alcanzará en el punto donde la demanda se cruza, intersecta, con la oferta, generando la cantidad de equilibrio y el precio de equilibrio. Dado que la oferta representa el coste marginal de producción, sabemos que se cumple: P = CMg. Este precio es el mismo para todos los grupos de demandantes. Cada uno de ellos determina la cantidad que desea adquirir del producto. La suma de ambas cantidades coincide con la cantidad vendida en el mercado. La demanda total de un bien público se obtiene sumando, para cada cantidad posible, los precios que están dispuestos a pagar los distintos demandantes. La variable precio está situada en el eje de ordenadas, eje vertical, así que la demanda de un bien público se representa sumando verticalmente las demandas individuales.

Una vez obtenida esta demanda, se pueden analizar las condiciones de eficiencia en su provisión. Uno de los problemas que plantea este mecanismo hipotético es el de cómo determinar las preferencias de los consumidores, es decir, cómo saber lo que están dispuestos a pagar por el bien público.

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